El golpe de Tribunal Constitucional alem¨¢n al BCE a¨²n resuena en Europa
Bruselas y Berl¨ªn intentan dar por resuelto el conflicto con el Constitucional alem¨¢n por su sentencia contra el programa de compra de deuda del eurobanco
Cruzar los dedos y esperar que no pase nada. El mi¨¦rcoles expir¨® el plazo de tres meses concedido por el Constitucional alem¨¢n para que el Gobierno y el Parlamento alem¨¢n comprobasen que el programa de compra de deuda p¨²blica puesto en marcha por el Banco Central Europeo (BCE) para rebajar las primas de riesgo es proporcional a sus objetivos. Bruselas y Berl¨ªn conf¨ªan en que el tribunal con sede en Karlsruhe se d¨¦ por satisfecho con la resoluci¨®n aprobada por el Bundestag aceptando las justificaciones del BCE sobre la creaci¨®n de su multimillonaria intervenci¨®n en los mercados. Pero la pol¨¦mic...
Cruzar los dedos y esperar que no pase nada. El mi¨¦rcoles expir¨® el plazo de tres meses concedido por el Constitucional alem¨¢n para que el Gobierno y el Parlamento alem¨¢n comprobasen que el programa de compra de deuda p¨²blica puesto en marcha por el Banco Central Europeo (BCE) para rebajar las primas de riesgo es proporcional a sus objetivos. Bruselas y Berl¨ªn conf¨ªan en que el tribunal con sede en Karlsruhe se d¨¦ por satisfecho con la resoluci¨®n aprobada por el Bundestag aceptando las justificaciones del BCE sobre la creaci¨®n de su multimillonaria intervenci¨®n en los mercados. Pero la pol¨¦mica parece lejos de estar zanjada. El veredicto de Karlsruhe coloc¨® un interrogante, a¨²n no despejado del todo, sobre la actuaci¨®n del BCE. Y su choque frontal con el Tribunal de Justicia de la UE, que ya hab¨ªa validado el programa de compra, todav¨ªa puede deparar en un expediente de infracci¨®n contra Alemania.
La sentencia del Constitucional provoc¨® el pasado 5 de mayo un se¨ªsmo institucional. Sus magistrados desautorizaron abiertamente el veredicto del tribunal europeo, que hab¨ªa validado el programa del BCE. El impacto en los mercados fue mitigado porque el organismo que preside Christine Lagarde se apresur¨® a recordar que no est¨¢ bajo la jurisdicci¨®n del Constitucional alem¨¢n y que, por tanto, har¨ªa caso omiso de la sentencia.
Desde entonces se han sucedido los movimientos para intentar desactivar el impacto de una sentencia que ha puesto en peligro una de las principales medidas aprobadas por el BCE para atajar la crisis del euro y cuyo modelo se ha vuelto a utilizar a ra¨ªz de la crisis provocada por la covid-19.
El frente institucional tambi¨¦n se ha calmado. La presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, amenaz¨® con abrir un expediente de infracci¨®n contra Alemania ante el aparente desacato de su Constitucional al tribunal con sede en Luxemburgo. Bruselas ha preferido despu¨¦s rebajar el tono y esperar a ver la evoluci¨®n de los acontecimientos. La Comisi¨®n ni siquiera ha concluido a¨²n el an¨¢lisis jur¨ªdico de la sentencia del 5 de mayo, que podr¨ªa servir de base para un expediente de infracci¨®n.
El calendario apunta, sin embargo, nuevos nubarrones en el horizonte. Los demandantes contra el programa de compra de deuda han reclamado a Karlsruhe que verifique el cumplimiento fehaciente de la sentencia. Una petici¨®n que, de ser aceptada, podr¨ªa llevar a una revisi¨®n de la informaci¨®n facilitada por el BCE menos complaciente que la del Parlamento alem¨¢n.
Si los magistrados del Constitucional no se dan por satisfecho, podr¨ªan ordenar al Bundesbank (banco central alem¨¢n) que cancele su participaci¨®n en el programa, lo que har¨ªa trizas una de las grandes medidas del BCE para atajar las crisis del euro y de la pandemia y mantener a raya las primas de riesgo de los pa¨ªses m¨¢s vulnerables, como Espa?a o Italia.
En Bruselas hay voces partidarias de no dar carpetazo al asunto y de mantener la presi¨®n sobre Alemania. Fuentes comunitarias consideran que la sentencia de Karlsruhe puede establecer ¡°un precedente muy peligroso para la estructura jur¨ªdica de la UE, basada en la primac¨ªa del derecho comunitario y en el Tribunal de Luxemburgo como ¨²ltima instancia para interpretar¡±. Esas fuentes creen que la Comisi¨®n debe reafirmar esa supremac¨ªa bien a trav¨¦s de un expediente de infracci¨®n o de alguna otra v¨ªa m¨¢s suave que evite que la doctrina de Karlsruhe se consolide.
Fuentes comunitarias se?alan que nunca antes hab¨ªa habido un cuestionamiento tan directo al tribunal europeo. Los precedentes apuntados por los especialistas, en Dinamarca y Rep¨²blica Checa, no tuvieron la misma envergadura, seg¨²n esas fuentes.
A la incertidumbre sobre el impacto de la sentencia se a?aden otros casos judiciales ligados al BCE. Ante el Constitucional ya se libra otra batalla contra el programa de deuda de compra de deuda de empresas. Y todo indica que podr¨ªa haber tambi¨¦n denuncias contra las compras puestas en marcha a ra¨ªz de la pandemia.
El mercado, de momento, no ha reaccionado, gracias en gran parte a la contundente reacci¨®n del BCE. Tras la sentencia, Lagarde mantuvo el programa de compra de deuda p¨²blica (a raz¨®n de 20.000 millones de euros al mes) y ampli¨® las compras relacionadas con la pandemia (de 750.000 millones a 1,3 billones). Al mismo tiempo, el organismo colabor¨® para buscar una soluci¨®n pragm¨¢tica que, sin poner en cuesti¨®n su independencia, facilitase responder a las peticiones de Karlsruhe.
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, solicit¨® al BCE permiso para compartir con el Gobierno y el Parlamento alem¨¢n documentos confidenciales con los que demostrar que la autoridad monetaria europea hab¨ªa calibrado muy bien su intervenci¨®n en los mercados, sin extralimitarse en sus competencias, como teme el tribunal de Karlsruhe.
Gran parte de la informaci¨®n remitida por el BCE a Weidmann ya hab¨ªa sido facilitada al Constitucional durante el juicio sobre el programa de compra de deuda iniciado a ra¨ªz de la denuncia de 1.750 personas, incluidos, profesores, pol¨ªticos y el fundador del partido de ultraderecha AfD.
Pero los documentos liberados por Fr¨¢ncfort permitieron que el Bundestag aprobase el 2 de julio una resoluci¨®n (planteada por conservadores, socialistas liberales y verdes) dando por cumplida la petici¨®n de Constitucional. El texto aprobado considera que el BCE sopes¨® todas las consecuencias de su programa de compra y que su impacto positivo en la pol¨ªtica monetaria de la instituci¨®n justificaba su puesta en marcha. Punto y final, seg¨²n Berl¨ªn. Punto y ya veremos, seg¨²n Bruselas. Y puntos suspensivos en Karlsruhe.