El Tribunal de la UE y el Constitucional alem¨¢n se enzarzan en una batalla jur¨ªdica sobre el BCE
La justicia europea recuerda a Karlsruhe que est¨¢ obligado a aplicar sus sentencias
Breve. Contundente. E hist¨®rico. El Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) ha emitido este viernes un comunicado de apenas cuatro frases que han restallado como cuatro latigazos dirigidos al Tribunal Constitucional de Alemania. La in¨¦dita lucha entre dos gigantes del sistema judicial europeo se ha desatado a cuenta del programa de compra de deuda p¨²blica del Banco Central Europeo. Pero el descomunal choque tiene ra¨ªces mucho m¨¢s profundas y su desenlace marcar¨¢ en gran medida el futuro de la UE y, sobre todo, del euro, la principal creaci¨®n del club comunitario.
El comunicado de la Corte europea arranca subrayando la excepcionalidad de un pronunciamiento de estas caracter¨ªsticas. ¡°Los Servicios de la Instituci¨®n nunca hacen comentarios sobre las sentencias de un ¨®rgano jurisdiccional nacional¡±, se?ala la m¨¢xima instancia judicial comunitaria, con sede en Luxemburgo.
Y tras el trompetazo previo a un anuncio sin precedentes, el Tribunal de la UE se despacha con cuatro andanadas contra un Tribunal nacional que, desde su sede en Karlsruhe, se ha permitido juzgar la actuaci¨®n de una instituci¨®n comunitaria como el BCE y ha puesto en jaque toda la arquitectura jur¨ªdica de la UE.
El Constitucional alem¨¢n no solo se ha lanzado a juzgar la compatibilidad del programa de compra de deuda del BCE con el Tratado europeo sino que, adem¨¢s, se ha negado, por primera vez en la historia judicial de Alemania, a acatar la sentencia de Luxemburgo que valid¨® las compras de deuda.
¡°El Tribunal de Justicia, creado a tal fin por los Estados miembros, es el ¨²nico competente para declarar que un acto de una instituci¨®n de la Uni¨®n es contrario al Derecho de la Uni¨®n¡±, remacha el hist¨®rico comunicado de Luxemburgo. Y advierte que ¡°las divergencias entre los ¨®rganos jurisdiccionales de los Estados miembros en cuanto a la validez de dichos actos pueden llegar a comprometer la unidad del ordenamiento jur¨ªdico de la Uni¨®n y perjudicar la seguridad jur¨ªdica¡±.
El Tribunal europeo ha rumiado durante m¨¢s de 72 horas su respuesta p¨²blica a la sentencia del Constitucional alem¨¢n. Y sus medidas y aceradas palabras anticipan un conflicto institucional cuyas ramificaciones pueden afectar no solo al BCE, sino tambi¨¦n al Gobierno de Angela Merkel y al conjunto de la zona euro. La brecha judicial coincide, adem¨¢s, con las negociaciones de un plan de rescate de la econom¨ªa europea despu¨¦s de la pandemia, un proyecto que deber¨¢ sortear el campo minado que han dejado los jueces alemanes.
Pocas veces una decisi¨®n de la m¨¢xima autoridad judicial alemana hab¨ªa sido tan contestada. Y desde posturas ideol¨®gicas tan dispares. La ultraderecha de Frattelli d¡¯Italia acus¨® a Alemania y Francia de utilizar la UE para defender sus propios intereses. Y fuerzas de signo europe¨ªsta a izquierda y derecha ven en el fallo un ataque a la l¨ªnea de flotaci¨®n de la UE que puede animar a Polonia y Hungr¨ªa a defender la primac¨ªa de sus tribunales sobre los europeos.
¡°Es una sentencia cuya gravedad no se puede ocultar¡±, aseguraba Josep Borrell, vicepresidente de la Comisi¨®n Europea y jefe de la diplomacia comunitaria durante una videoconferencia con medios espa?oles. ¡°Cuestiona la cadena de mando judicial, que ten¨ªa al Tribunal europeo en la c¨²spide¡±.
Incluso los denominados halcones, partidarios de la austeridad frente al activismo monetario del BCE, han mostrado cierta perplejidad. El actual presidente del Parlamento alem¨¢n y ministro de Finanzas durante la crisis del euro, Wolfgang Sch?uble, ha apoyado la idea del Constitucional de que las instituciones independientes como el BCE ¡°deben sujetarse de manera estricta a su mandato y no interpretarlo de manera demasiado holgada¡±. Pero Sch?uble a?ad¨ªa, en una entrevista con la emisora alemana RND, que el desaire del Constitucional a Luxemburgo puede sentar un peligroso precedente para la Uni¨®n Europea. ¡°Ahora quiz¨¢ se cuestione la existencia del euro en otros pa¨ªses de la UE porque cada tribunal constitucional nacional puede juzgar por s¨ª mismo¡±, reconoc¨ªa el ex ministro del gobierno de Angela Merkel
El contundente comunicado del Tribunal de Luxemburgo intenta neutralizar, precisamente, la onda expansiva de la sentencia alemana, cuyas repercusiones pol¨ªticas se perfilan como mucho mayores que las econ¨®micas. Los mercados han reaccionado con relativa tranquilidad porque el veredicto no suspendi¨® de manera inmediata la participaci¨®n del Bundesbank (Banco nacional de Alemania) en el programa del BCE. Y, adem¨¢s, el banco se apresur¨® a declarar el mismo martes que seguir¨ªa haciendo todo lo necesario para garantizar la estabilidad del euro. ¡°Sin inmutarse¡±, a?adi¨® el mi¨¦rcoles la presidenta del banco, Christine Lagarde.
Pero la cadena rota de mando que apunta Borrell puede ser m¨¢s dif¨ªcil de reestablecer. Karlsruhe ha ignorado ol¨ªmpicamente la sentencia que Luxemburgo hab¨ªa dictado sobre el PPSP en respuesta, precisamente, a una consulta prejudicial del Constitucional alem¨¢n.
Luxemburgo advierte en su comunicado que ¡°conforme a reiterada jurisprudencia del Tribunal de Justicia, una sentencia dictada con car¨¢cter prejudicial por este Tribunal vincula al juez nacional para la resoluci¨®n del litigio principal¡±. Y en un llamativo tir¨®n de orejas entre magistrados, la corte europea le recuerda a la alemana que nadie est¨¢ por encima de la ley, ni si quiera los tribunales del pa¨ªs m¨¢s grande de la UE. ¡°Al igual que otras autoridades de los Estados miembros, los ¨®rganos jurisdiccionales nacionales est¨¢n obligados a garantizar el pleno efecto del Derecho de la Uni¨®n. Solo as¨ª puede garantizarse la igualdad de los Estados miembros en la Uni¨®n creada por ellos¡±.
Reyerta
El sorprendente rifirrafe entre dos grandes tribunales se ven¨ªa incubando desde hace muchos a?os. Durante d¨¦cadas, el Constitucional alem¨¢n mir¨® a la corte europea por encima del hombro. Y la creciente influencia del Tribunal de Luxemburgo en la jurisprudencia de todos los pa¨ªses no era bienvenida entre algunos magistrados alemanes. El choque larvado estall¨® durante la crisis del euro y ha alcanzado su m¨¢xima expresi¨®n (por ahora) durante esta semana.
El veredicto de Karlsruhe del martes llegaba tras m¨¢s de una d¨¦cada de continuos litigios en Alemania sobre la presunta ilegalidad de la mayor¨ªa de las medidas puestas en marcha por la zona euro para superar la crisis financiera, desde la creaci¨®n de un fondo de rescate a las operaciones de compra puestas en marcha por el BCE, sobre todo, durante la presidencia del italiano Mario Draghi.
El Constitucional alem¨¢n hab¨ªa aceptado hasta ahora, muchas veces a rega?adientes, la legalidad de todas las intervenciones que permitieron salvar la integridad de la zona euro. Pero su paciencia empez¨® a agotarse con la llamada OMT de Draghi, un programa anunciado en 2012 que promet¨ªa la compra de deuda masiva a los pa¨ªses que pidiesen un rescate. El plan daba m¨²sculo a la famosa frase de Draghi (whatever it takes). Y aunque nunca se lleg¨® a activar, calm¨® a los mercados y evit¨® la ca¨ªda de Italia y Espa?a, entonces en la cuerda floja de la bancarrota.
El inevitable recurso contra la participaci¨®n del Bundesbank (Banco nacional de Alemania) en la OMT fue suscrito por 37.000 firmantes, entre acad¨¦micos, empresarios y pol¨ªticos. El juicio sirvi¨® de vivero para Alternativa por Alemania (AfD), el primer partido euroesc¨¦ptico y ultraderechista que ha logrado elevarse por encima del 10% de votos en numerosos comicios en el pa¨ªs.
La presi¨®n pol¨ªtica para frenar a Draghi subi¨® enteros. El entonces ministro alem¨¢n de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, lleg¨® a culpar al BCE del ascenso del populismo euroesc¨¦ptico en Alemania. El malestar cund¨ªa (y cunde), entre otras cosas, porque la pol¨ªtica monetaria del italiano se tradujo, y a¨²n sigue as¨ª, en una perdida de intereses para los ahorradores alemanes y en un quebradero de cabeza para el sector bancario y asegurador del pa¨ªs, incapaz de adaptarse a la nueva realidad de tipos negativos y expansi¨®n monetaria que impera en la zona euro y en la mayor parte de las econom¨ªas avanzadas.
En ese clima pol¨ªtico, el Constitucional alem¨¢n dud¨®. Y por primera vez en su historia, le temblaron las piernas y remiti¨® una consulta prejudicial al Tribunal de la UE. Se trata de una pr¨¢ctica habitual para los tribunales de muchos pa¨ªses. Pero Karlsruhe nunca se hab¨ªa dignado a consultar con Luxemburgo por considerar que ninguna corte est¨¢ por encima del Constitucional alem¨¢n.
La hist¨®rica consulta lleg¨® a Luxemburgo llena de preguntas sesgadas que apuntaban a la ilegalidad de la OMT. Pero los jueces comunitarios sentenciaron a favor del plan de Draghi. Y el Constitucional alem¨¢n, todo indica que muy a su pesar, acat¨® el veredicto y tambi¨¦n dict¨® sentencia aceptando la legalidad de la OMT.
Pero la sentencia de la OMT no puso fin a la reyerta entre Luxemburgo y Karlsruhe, que llevaban a?os mir¨¢ndose de reojo. M¨¢s bien aument¨® la rivalidad tras un primer cuerpo a cuerpo en el que se impuso con claridad la primac¨ªa del derecho comunitario por encima de las posibles reticencias de unos magistrados alemanes.
El partido de vuelta, sin embargo, lleg¨® con el recurso contra la PPSP, presentado esta vez por 1.750 personas, entre ellos, el fundador de AfD. Por segunda vez, el Constitucional se rebaj¨® a consultar con Luxemburgo. Y los jueces europeos sentenciaron de nuevo a favor de la legalidad de actuaci¨®n del BCE. Pero en esta ocasi¨®n, Karlsruhe romper¨ªa la secuencia. ¡°El Tribunal Constitucional Federal no est¨¢ sujeto a la decisi¨®n del TJUE y debe llevar a cabo su propia revisi¨®n del PSPP¡±, proclam¨® la sentencia del martes. Y los cimientos jur¨ªdicos de la UE y de la zona euro se sacudieron.
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