La segunda ola de la crisis ser¨¢ a¨²n m¨¢s fuerte
No hemos aprendido del pasado reciente y estamos abocados a una recesi¨®n peor que la de 2007-2009
Una norma bastante buena para hacer pron¨®sticos en esta era del coronavirus es tomar como base lo que quiera que diga el Gobierno de Trump y dar por sentado que ocurrir¨¢ todo lo contrario. Cuando el presidente Trump declaraba en febrero que el n¨²mero de casos se reducir¨ªa enseguida pr¨¢cticamente a cero, sab¨ªamos que se acercaba una pandemia. Cuando el vicepresidente Mike Pence insist¨ªa a mediados de junio en que ¡°no hay segunda ola¡±, estaba claro que prontamente se producir¨ªa un gigantesco aumento de los casos nuevos y los fallecimientos. Y cuando Larry Kudlow, jefe de economistas del Gobierno, declaraba hace apenas una semana que todav¨ªa estaba en marcha la ¡°recuperaci¨®n en V¡±, era predecible que la econom¨ªa se iba a estancar.
El viernes [horas despu¨¦s de que se publicase este art¨ªculo] se dio a conocer el informe oficial sobre el empleo en el mes de julio. Pero diversos indicadores privados, como el informe mensual de la empresa de procesamiento de datos ADP, ya apuntan a que la r¨¢pida mejora del empleo en mayo y junio fue una recuperaci¨®n moment¨¢nea y que el crecimiento del empleo ha sido, en el mejor de los casos, m¨ªnimo. Al menos la cifra de ADP era positiva; otros indicadores dan a entender que el empleo est¨¢ cayendo de hecho. Pero incluso si esa mejora del empleo que se ha anunciado fuera correcta, a este ritmo no recuperaremos el nivel anterior al coronavirus hasta¡ 2027.
Adem¨¢s, tanto el informe de ADP como el pr¨®ximo informe oficial ser¨¢n noticia de ayer, b¨¢sicamente unas instant¨¢neas de la segunda semana de julio. Desde entonces, buena parte del pa¨ªs ha frenado o incluso revertido la reapertura econ¨®mica, y hay indicios de que muchos trabajadores recontratados durante la abortada recuperaci¨®n de mayo y junio han vuelto a ser despedidos. Pero las cosas podr¨ªan ponerse mucho peor. De hecho, seguramente empeorar¨¢n considerablemente, a no ser que los republicanos se planteen seriamente el aprobar otro paquete de est¨ªmulo econ¨®mico y lo hagan ya.
No estoy seguro de que mucha gente se d¨¦ cuenta de que la recesi¨®n causada por el coronavirus en 2020 podr¨ªa haber sido mucho m¨¢s profunda. Evidentemente, ha sido terrible: el empleo se ha hundido, y el PIB real ha ca¨ªdo en torno a un 10%. Sin embargo, pr¨¢cticamente todo eso era un reflejo de los efectos directos de la pandemia, que oblig¨® a paralizar buena parte de la econom¨ªa. Lo que no se ha producido es una segunda ronda importante de p¨¦rdida de empleo provocada por el desplome de la demanda de los consumidores. Millones de trabajadores han perdido sus ingresos regulares; sin la ayuda oficial, se habr¨ªan visto obligados a recortar gastos, lo que habr¨ªa dejado sin trabajo a muchos millones m¨¢s. Por suerte, el Congreso asumi¨® su responsabilidad y aprob¨® una ayuda especial a los desempleados, que sostuvo el gasto en consumo y mantuvo a flote las partes de la econom¨ªa no sometidas al confinamiento.
Ahora esa ayuda ha expirado. Los dem¨®cratas presentaron un plan para mantener las prestaciones, pero los republicanos ni siquiera logran ponerse de acuerdo entre ellos y proponer una oferta alternativa. Incluso si se forjara un acuerdo ¡ªy no hay se?ales de que sea algo inminente¡ª pasar¨¢n semanas hasta que el dinero vuelva a circular. El sufrimiento que esto provocar¨¢ a las familias a las que se les ha retirado la ayuda ser¨¢ inmenso, pero tambi¨¦n perjudicar¨¢ al conjunto de la econom¨ªa. ?Cu¨¢l ser¨¢ la dimensi¨®n de estos da?os? He estado haciendo c¨¢lculos, y da miedo.
A diferencia de los estadounidenses acaudalados, los trabajadores cuyas subvenciones acaban de terminar, principalmente empleados con salarios bajos, no pueden amortiguar el impacto tirando de ahorros o hipotecando su patrimonio. De modo que su gasto caer¨¢ mucho. Los datos sobre los efectos iniciales de la ayuda de emergencia indican que el fin de las prestaciones har¨¢ que el gasto en consumo ¡ªprincipal motor de la econom¨ªa¡ª disminuya en m¨¢s de un 4%. Es m¨¢s, los datos derivados de las pol¨ªticas de austeridad que se aplicaron hace una d¨¦cada dan a entender que estas tienen un considerable efecto ¡°multiplicador¡±, ya que el recorte de gastos provoca una ca¨ªda de ingresos, que a su vez ocasiona nuevos recortes de gastos.
Si consideramos todos estos aspectos, la expiraci¨®n de la ayuda de emergencia podr¨ªa provocar una ca¨ªda de entre el 4% y el 5% del PIB. Pero esperen, hay m¨¢s. Hay estados y municipios en serias dificultades, y ya preparan fuertes recortes de gastos; pero los republicanos se niegan a conceder ayudas, y Trump insiste en que las crisis fiscales locales no tienen nada que ver con la covid-19, lo cual es mentira. Tengan en cuenta que el coronavirus en s¨ª solo redujo el PIB en torno al 10%. Lo que estamos viendo ahora podr¨ªa ser otra crisis, una segunda oleada econ¨®mica, casi tan grave desde el punto de vista monetario como la primera. Y a diferencia de la pandemia, esta crisis se habr¨¢ generado sola, provocada por la temeridad del presidente Trump y de Mitch McConnell, l¨ªder de la mayor¨ªa del Senado.
La pregunta es c¨®mo puede estar sucediendo esto. No hace tanto tiempo que sufrimos la crisis financiera de 2008 y la lenta recuperaci¨®n que la sigui¨®, y ambas nos aportaron lecciones valiosas y aplicables a nuestra situaci¨®n actual. Ante todo, la experiencia adquirida en esa recesi¨®n demostr¨® que las depresiones no son un buen momento para obsesionarse con la deuda y que recortar el gasto en una situaci¨®n de desempleo masivo es un terrible error.
Pero nadie en la Casa Blanca o en la parte republicana del Capitolio parece haber aprendido de esa experiencia. De hecho, el no haber aprendido nada de la ¨²ltima crisis casi parece constituir uno de los requisitos exigidos para ser asesor econ¨®mico republicano. De modo que, por el momento, parecemos abocados a una recesi¨®n a¨²n mayor, una contracci¨®n peor que la de 2007-2009, a?adida a la provocada por el coronavirus. ?Devolvamos a Estados Unidos su grandeza!
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2020 Traducci¨®n News Clips
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