India retrocede tres a?os de un solo golpe
La pandemia se ceba con el pa¨ªs, cuya econom¨ªa se hundi¨® un 25% en el segundo trimestre del a?o devolviendo a millones de personas a la pobreza
¡°Desde medianoche, el pa¨ªs entero deber¨¢ cumplir un confinamiento absoluto: PM Modi¡±. Este fue el mensaje oficial del primer ministro indio, Narendra Modi, el 24 de marzo, apenas unas horas antes de que entrara en vigor. Aunque el Gobierno hab¨ªa recomendado otras medidas de contenci¨®n meses antes y algunos Estados ya decretaron el aislamiento de sus ciudadanos, el anuncio pill¨® ...
¡°Desde medianoche, el pa¨ªs entero deber¨¢ cumplir un confinamiento absoluto: PM Modi¡±. Este fue el mensaje oficial del primer ministro indio, Narendra Modi, el 24 de marzo, apenas unas horas antes de que entrara en vigor. Aunque el Gobierno hab¨ªa recomendado otras medidas de contenci¨®n meses antes y algunos Estados ya decretaron el aislamiento de sus ciudadanos, el anuncio pill¨® a m¨¢s de 1.300 millones de personas con algo m¨¢s de cuatro horas para prepararse para el encierro, inicialmente de 21 d¨ªas ¡ªque se extendi¨® por fases 46 d¨ªas m¨¢s¡ª. Grandes empresas, tiendas de barrio, el sector del transporte, vendedores ambulantes...
El segundo pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo par¨® a fin de priorizar una crisis sanitaria que ha provocado m¨¢s de 95.000 muertos y seis millones de contagios. Medio a?o despu¨¦s, las fuertes restricciones sanitarias y la falta de un plan de rescate econ¨®mico a largo plazo han pasado factura. India es el pa¨ªs del G-20 que sufri¨® la mayor ca¨ªda de su PIB (25,2%) en el segundo trimestre respecto al primero, y la naci¨®n con m¨¢s casos en datos absolutos, despu¨¦s de EE UU.
La vida de Sanntosh tampoco era f¨¢cil antes de que todo explotara. Vive en el distrito de Gonda en el Estado de Uttar Pradesh y antes del confinamiento vend¨ªa pani puri en la calle (un popular aperitivo hecho con pan crujiente y salsa de tamarindo) para ganar entre 150 y 200 rupias diarias ¡ªmenos de dos euros¡ª. Con eso subsist¨ªan los nueve miembros de su familia. Buri Mallick, de 62 a?os, es viuda y madre de un ni?o y su ¨²nica fuente de ingresos era la venta de verduras en las calles de Bankura, Bengala Occidental. El marido de Ram Pyari, 53, ganaba cerca de 10.000 rupias ¡ª115 euros¡ª con la venta ambulante en condominios. Hasta que el coronavirus les puso a todos el candado a su oficina de trabajo: la calle.
Como ellos, el 75% de los trabajadores informales perdi¨® el sustento durante los meses de encierro, seg¨²n un informe nacional elaborado por Action Aid, una organizaci¨®n internacional presente en 20 de los 28 Estados indios. De los cerca de 12.000 encuestados, tres de cada cuatro aseguraron no haber sido atendidos por el sistema sanitario cuando lo necesitaron y m¨¢s del 30% reconoci¨® no tener acceso a m¨¢s de un plato de comida al d¨ªa.
Para entender las proporciones de la India y el impacto econ¨®mico no sirven los raseros europeos. Hablar del par¨®n de los trabajos informales en el pa¨ªs del color y del contraste es citar a m¨¢s del 90% de la poblaci¨®n activa, seg¨²n datos del Fondo Monetario Internacional y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo. De ellos, 450 millones ¡ªseg¨²n estimaciones de la ONG Action Aid¡ª son migrantes. El equivalente a 10 veces la poblaci¨®n espa?ola ocupa puestos temporales y precarios en las grandes ciudades, lejos de sus pueblos de origen, habitando chabolas y con la eterna incertidumbre de si al d¨ªa siguiente volver¨¢n a requerir sus servicios. Con el inicio de la pandemia, la mayor¨ªa no tuvo tiempo ni dinero para volver a sus casas y se vieron varados en las capitales rezando para que todo pasara, con m¨¢s fe en la caridad que en las medidas del Gobierno. KT Suresh, responsable nacional de pol¨ªticas y promoci¨®n de la organizaci¨®n internacional Action Aid, es tajante: ¡°El confinamiento ha sido como el juego de las sillitas: un s¨¢lvese quien pueda. El problema es que nadie pens¨® en los que no tienen silla¡±.
El economista indio y ex consejero econ¨®mico del primer ministro, Rathin Roy, alerta de un impacto ¡°sin precedentes¡± en la historia de la India: ¡°Esta crisis nos har¨¢ retroceder tres a?os. Hemos perdido de un plumazo tres a?os de crecimiento, que para un pa¨ªs como la India es horrible¡±, explica desde Nueva Delhi a trav¨¦s de una videollamada.
Medidas
Las medidas m¨¢s aclamadas por el Gobierno de Modi han consistido en una mayor accesibilidad a cr¨¦ditos, ayudas en efectivo a los sectores m¨¢s empobrecidos, microcr¨¦ditos para las mujeres y una campa?a de alimentos y combustible gratuito del que se han beneficiado m¨¢s de 800 millones de personas, seg¨²n fuentes de la embajada de la India en Espa?a. Asimismo aseguran que est¨¢ en marcha un programa con 250.000 millones de euros ¡°para aliviar la econom¨ªa¡±. Roy lamenta que estas medidas no ser¨¢n suficientes para reanimar a la superpotencia en que se hab¨ªa convertido India: ¡°No est¨¢n pensando a tres o cinco a?os vista. Cada Gobierno decide d¨®nde invertir su dinero y ellos est¨¢n tomando medidas instant¨¢neas cuando lo que necesita la India son proyectos de educaci¨®n, vivienda y agricultura, que generen empleo y cubran las fuertes carencias actuales¡±.
Las semanas fueron pasando y el goteo diario de contagios empez¨® a medirse por decenas de miles. Sin embargo, el hambre se convirti¨® en una amenaza similar al coronavirus. Por ello, millones de empleados migrantes decidieron emprender el camino de vuelta a sus pueblos. ¡°La gente equipar¨® el coronavirus a la malaria o la tuberculosis y nos dec¨ªan que ya les daba igual de qu¨¦ morir. Solo quer¨ªan salir de ah¨ª¡±, recuerda KT Suresh, de Action Aid. Miles ¡ªel Gobierno no ha facilitado cifras oficiales¡ª fallecieron en el camino a causa del sofocante calor y las distancias, a veces superiores a 500 kil¨®metros. Otros llevaron sin saberlo el virus a las zonas rurales, que no se hab¨ªan visto tan azotadas como las capitales.
Dada la avalancha y el gradual repunte de contagios, a mediados de mayo el Gobierno indio ampli¨® la frecuencia de trenes y puso a disposici¨®n de la ciudadan¨ªa migrante autobuses para volver de manera ordenada y segura. ¡°Asistimos al mayor ¨¦xodo invertido desde la partici¨®n de la India [en 1947]¡±, compara Suresh. ¡°Todos los avances que hab¨ªamos conseguido en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas se han visto sacudidos estos meses¡±, a?ade Sandeep Chachra, jefe ejecutivo de la misma entidad. ¡°Las brechas basadas en las clases sociales, el g¨¦nero y la religi¨®n son cada vez m¨¢s profundas¡±, lamenta.
Raju tuvo algo m¨¢s de suerte y no tuvo que echar a andar hasta su pueblo. Aunque lo hizo gracias a la ayuda de la ONG Robin Hood Army. Tiene 40 a?os, sufre tuberculosis y si bien es de Haridwar, una ciudad del distrito de Uttarakhand, cerca de la frontera india con China, trabajaba ¡°en lo que iba saliendo¡± en Jaipur, a 600 kil¨®metros de su casa. Dado que Raju no cumpl¨ªa los requisitos para acceder a los autobuses que facilitaba el Gobierno, deambul¨® durante d¨ªas sin dinero ni comida frente a un hospital de la ciudad, hasta que un voluntario le ayud¨®. El suyo es un caso aislado. Esta organizaci¨®n, que opera en m¨¢s de 180 ciudades, reparti¨® comida a 23,2 millones de personas en situaciones similares a las de Raju en apenas seis semanas de confinamiento.