El ¨¦xodo verde de los due?os del ¡®oro negro¡¯
Las grandes petroleras, forzadas por el cambio de era, aceleran la transici¨®n hacia las energ¨ªas renovables
A veces un dicho narra mejor la realidad de un sector que una presentaci¨®n cargada de n¨²meros y frases rimbombantes. ¡°El mejor negocio del mundo¡±, se oye desde hace d¨¦cadas, ¡°es una petrolera bien gestionada; el segundo mejor, una petrolera mal gestionada¡±. El chascarrillo esconde a¨²n una parte importante de verdad ¡ªcu¨¢ntas fortunas no se han cimentado sobre el crudo¡ª, pero parece tener los d¨ªas contados. Por el bien del planeta, el negocio est¨¢ abocado a un ...
A veces un dicho narra mejor la realidad de un sector que una presentaci¨®n cargada de n¨²meros y frases rimbombantes. ¡°El mejor negocio del mundo¡±, se oye desde hace d¨¦cadas, ¡°es una petrolera bien gestionada; el segundo mejor, una petrolera mal gestionada¡±. El chascarrillo esconde a¨²n una parte importante de verdad ¡ªcu¨¢ntas fortunas no se han cimentado sobre el crudo¡ª, pero parece tener los d¨ªas contados. Por el bien del planeta, el negocio est¨¢ abocado a un declive m¨¢s o menos acelerado en el que las renovables ocupar¨¢n, poco a poco, su lugar. Y los grandes del sector, que le empiezan a ver las orejas al lobo, no quieren perder el paso.
Si en los a?os noventa a¨²n se elucubraba sobre cu¨¢ndo se agotar¨ªa todo el crudo del subsuelo ¡ªel famoso c¨¦nit petrolero¡ª, hoy se sabe con certeza que millones de barriles quedar¨¢n sepultados bajo tierra por los siglos de los siglos: los avances tecnol¨®gicos y, muy particularmente la fracturaci¨®n hidr¨¢ulica, han aumentado la oferta disponible hasta niveles inimaginables, pero la demanda global har¨¢ cumbre en un punto indeterminado entre 2030 y 2035. En paralelo, el ¨¦xodo de los grandes nombres de la industria, sobre todo en Europa, ya ha comenzado: aunque el coraz¨®n de su negocio seguir¨¢ siendo el crudo, al menos durante unos cuantos a?os m¨¢s, las renovables se han convertido en el destino prioritario de sus inversiones. Con las cuentas corrientes a¨²n repletas tras d¨¦cadas de beneficios a mansalva, la baza de la electricidad verde seguir¨¢ ganando fuerza ajena a la pandemia global.
No solo un lavado de cara
La caudalosa cascada de anuncios de inversiones en energ¨ªas limpias en los ¨²ltimos meses tiene ¡ªcomo reconocen varias voces autorizadas en el sector¡ª algo de greenwashing, el anglicismo que se refiere al lavado de cara verde de muchas empresas en tiempos de m¨¢xima presi¨®n social sobre las que son contaminantes. La industria petrolera tiene mucho que esconder: una veintena de colosos del sector ¡ªde Saudi Aramco a la rusa Gazprom; de la estadounidense ExxonMobil a la estatal mexicana Pemex¡ª son responsables de, atenci¨®n, la tercera parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero desde 1965, seg¨²n un reciente estudio conjunto de Richard Heede, del Climate Accountability Institute, y el diario brit¨¢nico The Guardian.
El cambio de nombre del gigante noruego Statoil ¡ªEquinor desde hace dos a?os¡ª es uno de los ejemplos m¨¢s claros de que los grandes actores del sector quieren dejar atr¨¢s la etiqueta de ¡°petrolera¡± para empezar a catalogarse, simplemente, como ¡°energ¨¦ticas¡± o, m¨¢s a¨²n, ¡°el¨¦ctricas¡±. Sacudirse del lastre del pasado es un imperativo, pero ni mucho menos toda la amplitud de la jugada se explica por un mero intento de venderse a la sociedad vestidas con un nuevo traje: sabedores de que el futuro ¡ªy el dinero¡ª est¨¢ en la electricidad y que las tecnolog¨ªas renovables ya son rentables por s¨ª mismas, el envite tiene mucho de estrategia a medio y largo plazo. ¡°Las grandes petroleras ya no est¨¢n ¨²nicamente en el negocio de extraer y vender petr¨®leo. Est¨¢n en el negocio de hacer dinero: da igual si viene o no del crudo¡±, sintetiza por tel¨¦fono Paola Rodr¨ªguez-Masiu, analista de Rystad Energy en Oslo.
Con la eficiencia y la competitividad dibujando una curva ascendente desde hace a?os, las energ¨ªas limpias ¡ªe¨®lica, solar o biomasa, entre otras¡ª ya no necesitan la muleta de las ayudas p¨²blicas para encontrar inversores dispuestos a apostar por ellas. M¨¢s bien al contrario: los continuos avances t¨¦cnicos est¨¢n atrayendo cada vez m¨¢s inter¨¦s por parte de empresas inicialmente ajenas ¡ªtecnol¨®gicas incluidas¡ª, y las petroleras no son una excepci¨®n. ¡°Es una gran oportunidad para ellas, pero al salirse del campo en el que cuentan con una mayor ventaja competitiva [la extracci¨®n y el refinado de petr¨®leo], tendr¨¢n que competir con otros jugadores y deber¨¢n demostrar su capacidad para ser exitosas tambi¨¦n en este campo¡±, acota Bassam Fattouh, director del Oxford Institute for Energy Studies, adscrito a la universidad brit¨¢nica hom¨®nima.
Sin embargo, las petroleras tienen una parte no menor del camino recorrido. Primero, porque con la inversi¨®n en pozos petroleros pr¨¢cticamente paralizada desde hace meses, cuentan con ingentes cantidades de dinero listo para ser desembolsado. Segundo, porque su capital humano resulta ¡°relativamente intercambiable¡± ¡ªen palabras de Gonzalo Escribano, investigador principal y director del programa de Energ¨ªa y Cambio Clim¨¢tico del Real Instituto Elcano¡ª entre el crudo y las renovables. Y eso es una ventaja esencial: ¡°Disponen de ej¨¦rcitos de ingenieros sin gran carga de trabajo por el frenazo de la exploraci¨®n y producci¨®n; y de traders que se dedican a comprar y vender petr¨®leo, y que perfectamente pueden pasar a hacer lo mismo con contratos el¨¦ctricos¡±, desarrolla.
Grandes proyectos
Las petroleras tienen un tercer factor m¨¢s que aportar a la ecuaci¨®n: su experiencia en la gesti¨®n de grandes proyectos, un atributo del que no tantos sectores pueden sacar pecho, y en operaciones mar adentro, vital para la energ¨ªa e¨®lica offshore, una rama que no ha dejado de crecer en los ¨²ltimos tiempos. ¡°Eso facilita mucho las cosas. Lo raro es que hayan tardado tanto en dar este paso, cuando las renovables llevan bastante tiempo siendo rentables por s¨ª mismas¡±, completa Escribano. ¡°Pero ya se han dado cuenta de que el coche el¨¦ctrico les va a pasar por encima y de que tienen que aprovechar sus fortalezas, que siguen siendo muchas¡±.
?Fotovoltaica o viento? ?Biomasa o mareomotriz? Casi todas las petroleras est¨¢n jugando con varias barajas, pero ya van asomando sus preferencias. ¡°Cada una se est¨¢ centrando en el nicho de especializaci¨®n que m¨¢s le conviene, en funci¨®n de sus ventajas competitivas¡±, desliza Rodr¨ªguez-Masiu. Mientras la francesa Total o la portuguesa Galp est¨¢n apostando a lo grande por la solar, especialmente centradas en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, la brit¨¢nica BP, una de las primeras en lanzarse al ruedo cuando las renovables a¨²n no eran rentables sin primas p¨²blicas, se ha decantado por los biocombustibles y el viento. Y mientras Equinor, con mucha experiencia en pozos mar¨ªtimos, ha puesto el foco en los molinos de viento en mar abierto, la angloholandesa Shell, que busca su segunda reconversi¨®n total en sus dos siglos de historia tras dejar atr¨¢s la compraventa de conchas ¡ªsu actividad inicial cuando naci¨®¡ª, quiere hacerse fuerte en el hidr¨®geno verde sin perder de vista las alternativas solar y la e¨®lica. El resultado: una pl¨¦yade de nuevas fuentes de energ¨ªa renovable se est¨¢ colando m¨¢s r¨¢pido de lo que muchos aventuraban en la matriz productiva de estos gigantes mundiales de los hidrocarburos.
Tendencia fundamentalmente europea
La reconversi¨®n del modelo de negocio, sin embargo, dista mucho de ser una tendencia mundial: es, m¨¢s bien, algo t¨ªpicamente europeo, y el Atl¨¢ntico, m¨¢s que un oc¨¦ano parece una sima. Mientras las petroleras del Viejo Continente han pisado el acelerador, apartando paulatinamente el petr¨®leo para abrazar las renovables ¡ªOswald Clint, de la consultora Bernstein, prev¨¦ que la fracci¨®n de beneficio generada por sus negocios de bajas emisiones pasar¨¢ del menos de 2% actual al 8% y a entre un 14% y un 16% en 2030, ¡°para seguir aumentando de ah¨ª en adelante¡±¡ª, las americanas se est¨¢n quedando atr¨¢s.
La ¡°menor presi¨®n dom¨¦stica para diversificarse¡± parece el factor clave de esta asimetr¨ªa, como reconocen los t¨¦cnicos de la organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro Carbon Disclosure Project (CDP, por sus siglas en ingl¨¦s): si las autoridades nacionales ¡ªel caso de la Administraci¨®n de Donald Trump es paradigm¨¢tico; con Joe Biden las cosas cambiar¨¢n¡ª, los accionistas y, en ¨²ltima instancia, los consumidores no se muestran beligerantes, el movimiento es mucho m¨¢s lento. E influye, tambi¨¦n, que el negocio de las grandes petroleras estadounidenses descansa mucho m¨¢s en el pol¨¦mico crudo fracking, mucho m¨¢s flexible y adaptable a los vaivenes a los que acostumbra el mercado petrolero. ¡°A diferencia de sus competidoras europeas, siguen prefiriendo explotar sus ventajas competitivas en gas y petr¨®leo¡±, explica Rebecca Fitz, directora s¨¦nior del Boston Consulting Group (BCG), especializada en temas energ¨¦ticos.
Y, sin embargo, aunque a un ritmo mucho menor, en los ¨²ltimos tiempos algunos grandes nombres estadounidenses del sector de los combustibles f¨®siles van entrando poco a poco en el carril de las renovables: por ejemplo, en el a?o 2018 ExxonMobil empez¨® a tomar posiciones en proyectos de energ¨ªa solar y e¨®lica en Texas ¡ªla cuna petrolera del pa¨ªs norteamericano, que est¨¢ virando a marchas forzadas a las fuentes limpias¡ª, y Chevron acaba de anunciar una potente inversi¨®n para cubrir sus propias necesidades energ¨¦ticas en la extracci¨®n y tratamiento del crudo. En EE UU, en fin, tambi¨¦n empiezan a caer poco a poco en la cuenta de que el futuro ser¨¢ renovable o no ser¨¢. Pero, de no acelerar el tr¨¢nsito, zanja por correo la experta del BCG, quedar¨¢n ¡°en una posici¨®n mucho menos diversificada¡± y, por tanto, probablemente m¨¢s d¨¦bil.
A¨²n m¨¢s lenta est¨¢ siendo la transici¨®n en otros rincones del globo. En Am¨¦rica Latina, al margen de la apuesta de la brasile?a Petrobras por el biofuel ¡ªque no por la electricidad procedente de fuentes renovables¡ª, el resto de actores relevantes sigue completamente anclado a sus negocios tradicionales (crudo y gas) a pesar de que sus cuentas de resultados necesitan como el comer nuevas fuentes de ingresos.
Sus pares chinas solo ahora empiezan a desvelar sus planes para transitar hacia las renovables con la intenci¨®n de alcanzar la neutralidad en carbono a mediados de siglo. Y en la pen¨ªnsula ar¨¢biga Saudi Aramco, la mayor petrolera del mundo y una de las mayores empresas del planeta por valor en Bolsa, ha optado por una ret¨®rica grandilocuente apenas sustentada en acciones ¡ªe inversiones¡ª concretas: mantiene unos costes de extracci¨®n tan bajos ¡ªentre los menores del mundo¡ª que sus m¨¢rgenes se mantienen altos incluso en un entorno de precios deprimido como el actual. ¡°Planes para moverse a las renovables tienen y en el desierto hay espacio de sobra para placas solares¡±, enfatiza Escribano. ¡°Cuando den el paso, si lo dan, su problema ser¨¢ otro: ?a qui¨¦n podr¨¢n vender toda esa energ¨ªa?¡±, se pregunta.
Lejos de frenar el empuje de las petroleras hacia las energ¨ªas renovables, la pandemia puede acelerarlo a¨²n m¨¢s. Una marejada econ¨®mica como esta ¡ªestamos, no se puede olvidar, en mitad de la mayor recesi¨®n desde la Segunda Guerra Mundial¡ª no es buena para ning¨²n sector. Ni siquiera para el de las renovables, hoy por hoy un valor seguro. Pero la crisis sanitaria acelera el proceso por otras v¨ªas: el teletrabajo, el menor uso del avi¨®n y el cambio de h¨¢bitos ¡ªm¨¢s consumo local¡ª han llevado a algunas casas de an¨¢lisis a adelantar el pico de consumo de crudo a solo una d¨¦cada vista.
Penalizaci¨®n burs¨¢til
¡°Antes, cuando habl¨¢bamos de transici¨®n energ¨¦tica con nuestros clientes lo hac¨ªamos en condicional. Ya no: ahora todo el mundo, incluidas las petroleras, la dan por seguro¡±, ilustra Rodr¨ªguez-Masiu, de Rystad. El mercado tambi¨¦n cotiza el paulatino ocaso de los combustibles f¨®siles: tras caer en abril, en lo m¨¢s crudo de la pandemia, al abismo de los precios negativos ¡ªpagar por deshacerse de petr¨®leo, que se dice pronto¡ª, su recuperaci¨®n ha sido mucho m¨¢s lenta que la de otras materias primas. En paralelo, la valoraci¨®n de las petroleras cotizadas en Bolsa tambi¨¦n se ha resentido: es uno de los sectores que peor comportamiento ha tenido desde el inicio del estallido sanitario y pocos auguran un rebote fulgurante a corto o medio plazo.
¡°La pandemia de la covid-19 y el descenso del precio del crudo han empeorado las cosas para las petroleras, erosionando su rentabilidad y reduciendo el atractivo de los proyectos de hidrocarburos vis a vis de las renovables, que suelen ofrecer retornos m¨¢s bajos pero menos riesgos y flujos de caja m¨¢s estables¡±, cierra Fattouh, del Oxford Institute.
Una ¨²ltima relevante en el cuaderno de bit¨¢cora del naufragio: la el¨¦ctrica espa?ola Iberdrola ¡ªintensiva, c¨®mo no, en renovables¡ª ya vale el doble que la espa?ola Repsol y la italiana Eni juntas, y pisa los talones a Total. Es el ¨²ltimo signo del cambio de era. ¡°Pero eso no quiere decir que el petr¨®leo est¨¦ totalmente muerto¡±, sentencia Rodr¨ªguez-Masiu. ¡°Igual que seguimos quemando carb¨®n o madera, seguir¨¢ ah¨ª. Aunque con un espacio cada vez menor ante la competencia de las renovables¡±. Algunos, sobre todo en Europa, ya lo han entendido.