Las renovables sonr¨ªen con Biden
El dem¨®crata ha prometido una ¡°revoluci¨®n¡± de las energ¨ªas limpias tras cuatro a?os en los que el Gobierno estadounidense no ha dejado de apoyar el carb¨®n y el petr¨®leo
El principio y el final de la presidencia de Donald Trump ser¨¢n, con total seguridad, los dos mayores puntos de inflexi¨®n en la pol¨ªtica estadounidense de la era moderna. Su llegada a la Casa Blanca supuso una enmienda a la totalidad sobre el rumbo econ¨®mico en tiempos de Barack Obama: la unilateralidad impuso su ley; el libre comercio cedi¨® terreno frente a los aranceles; las bajadas de impuestos a los m¨¢s ricos se abrieron paso tras unos a?os de mayor progresividad fiscal; y el carb¨®n y el crudo recuperaron el favor oficial en detrimento de las renovables. Su salida echar¨¢ el reloj atr¨¢s de nuevo: el vicepresidente y mano derecha de Obama, Joe Biden, regresa con mando en plaza y algunos sectores, como el de las energ¨ªas limpias, se preparan para cuatro a?os de actividad fren¨¦tica.
¡°El sector de infraestructuras, renovables incluidas, se beneficiar¨ªan directamente de una victoria de Biden¡±, subrayaba en la misma jornada electoral, cuando todo estaba a¨²n el aire, el jefe de estrategia global de Julius Baer, Patrik Lang. En el lado contrario, petroleras, gasistas y farmac¨¦uticas ¡°sentir¨¢n una mayor presi¨®n por el lado de la regulaci¨®n¡±. Adem¨¢s, a diferencia de otros sectores a los que le beneficiar¨ªa una victoria dem¨®crata ¡ªel de consumo, por ejemplo, que depende en gran medida de los planes de est¨ªmulo que apruebe el nuevo Gobierno y el nuevo Congreso¡ª, las renovables no dependen tanto de en qu¨¦ manos quede el Senado: aqu¨ª, el empuj¨®n que d¨¦ Biden se antoja esencial, aunque si se confirma que la C¨¢mara alta sigue dominada por los conservadores, esta puede torpedear algunas reformas vitales en la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
Las principales empresas estadounidenses vinculadas con las renovables ya est¨¢n anticipando en su cotizaci¨®n sus halag¨¹e?as proyecciones en la era Biden. El fabricante de paneles solares FirstSolar bati¨® su m¨¢ximo hist¨®rico en Bolsa hace dos semanas, cuando todos los sondeos ya apuntaban a la victoria de Biden, y, tras unas jornadas de dudas, este viernes retom¨® la senda alcista. La firma de pilas de hidr¨®geno Plug Power, tambi¨¦n en m¨¢ximos hist¨®ricos, multiplica por seis su valor burs¨¢til desde principios de a?o, y Sunpower, especializada en soluciones solares para hogares, ha multiplicado por cinco su valor en el ¨²ltimo semestre. A rebufo de las noticias que llegan de la terna de Estados clave a¨²n en disputa (Pensilvania, Georgia, Nevada, Arizona), el¨¦ctricas estadounidenses muy centradas en las renovables, como NextEra Energy ¡ªque ya vale m¨¢s que muchos colosos del petr¨®leo¡ª, tambi¨¦n baten estos d¨ªas r¨¦cord hist¨®ricos de capitalizaci¨®n.
El alborozo se ha extendido allende las fronteras estadounidenses: en Europa, el fabricante dan¨¦s de aerogeneradores Vestas cabalga hacia un nuevo m¨¢ximo hist¨®rico y la espa?ola ¡ªaunque filial de alemana¡ª Siemens Gamesa, pese al resbal¨®n de este viernes, ya ha superado con creces el susto del mi¨¦rcoles, cuando los primeros conteos apuntaban a una mayor fortaleza de Trump de lo previsto. La explicaci¨®n es clara: en EE UU, tanto la industria solar como la e¨®lica son muy dependientes de componentes importados. Seg¨²n las ¨²ltimas cifras recopiladas por Reuters, el 84% de las instalaciones fotovoltaicas instaladas el a?o pasado vinieron del exterior, una cifra que oscila entre el 30% y el 50% en el caso de los molinos de viento.
En Espa?a, Iberdrola tambi¨¦n sonr¨ªe ante la m¨¢s que probable victoria del dem¨®crata. Tras redoblar su apuesta por el pa¨ªs norteamericano, con un desembolso nada despreciable (casi 3.700 millones de euros) por la el¨¦ctrica PNM Resources, cuya actividad descansa sobre dos Estados clave para el avance de la solar en EE UU: Nuevo M¨¦xico y Texas. Y la llegada a la Casa Blanca de un ferviente defensor de las energ¨ªas limpias m¨¢s que justifica la prima pagada por su nueva filial, que algunos analistas ve¨ªan demasiado alta.
Una ¡°revoluci¨®n¡± de energ¨ªa verde
En campa?a, Biden prometi¨® en repetidas ocasiones una aut¨¦ntica ¡°revoluci¨®n de las energ¨ªas limpias que traer¨¢ consigo millones de empleos de clase media¡±. Para ello, el dem¨®crata ha desvelado un potent¨ªsimo impulso ¡ªdos billones de d¨®lares solo en su primer mandato, que se dice pronto: bastante m¨¢s que el PIB espa?ol actual¡ª en fuentes limpias de energ¨ªa. La solar se llevar¨¢ la palma, con el compromiso de instalar 500 millones de nuevos paneles, y la e¨®lica ir¨¢ a la zaga, con 60.000 turbinas. En su ¡°transici¨®n para dejar atr¨¢s el petr¨®leo¡± ¡ªlas palabras que ¨¦l mismo ha utilizado para referirse a su proyecto¡ª, las bater¨ªas para almacenar los excedentes de generaci¨®n tendr¨¢n un papel central, como tambi¨¦n lo tendr¨¢n los incentivos para acelerar el tr¨¢nsito del coche de combusti¨®n al el¨¦ctrico y para mejorar la eficiencia energ¨¦tica de los hogares. El objetivo ¨²ltimo: que el sector el¨¦ctrico estadounidense sea neutral en carbono en 2035 y que las emisiones netas de todo el pa¨ªs lleguen a zona cero en 2050. Se trata, como se lee en la p¨¢gina web del dem¨®crata, ¡°no solo de revertir el da?o hecho por Trump, sino de ir m¨¢s all¨¢. Y hacerlo r¨¢pido¡±.
¡°Su presidencia crear¨¢ oportunidades para este sector, mientras que otro mandato de Trump habr¨ªa mantenido el apoyo al actual r¨¦gimen energ¨¦tico¡±, completa Mona Mahajan, estratega de inversi¨®n en EE UU de Allianz Global Investors. La hoja de ruta de Biden y Trump, en efecto, son agua y aceite: el republicano es defensor ac¨¦rrimo de la trilog¨ªa de energ¨ªas f¨®siles (petr¨®leo, gas, carb¨®n), que todav¨ªa suponen el 80% de una matriz, la estadounidense, en la que el peso de las renovables a¨²n es residual. Y una victoria suya no solo habr¨ªa mejorado los incentivos fiscales para invertir en las fuentes tradicionales ¡ªsucias¡ª sino que habr¨ªa prolongado su apoyo al fracking, una t¨¦cnica muy discutida en lo medioambiental, pero gracias a la cual EE UU ha conseguido la soberan¨ªa energ¨¦tica y que ha llevado al pa¨ªs norteamericano a la primera posici¨®n en la tabla global de productores de petr¨®leo.
La preferencia de Trump ¡ªel presidente que sac¨® a su pa¨ªs del acuerdo de Par¨ªs¡ª por el carb¨®n y el crudo ha alargado su vida ¨²til en algunas instalaciones, favorecido su extracci¨®n con t¨¦cnicas medioambientalmente agresivas y ralentizado, en cierto modo, el avance de las renovables. Este palo en la rueda, sin embargo, no ha impedido su florecimiento en amplias zonas del pa¨ªs: tras a?os de avances tecnol¨®gicos ininterrumpidos, no solo son m¨¢s limpias sino que tambi¨¦n son mucho m¨¢s rentables. ¡°Es la fuente de electricidad m¨¢s barata de la historia¡±, recordaba recientemente la Agencia Internacional de la Energ¨ªa. Pero, con Biden, el impulso adicional desde el 1600 de la avenida Pensilvania ser¨¢ un enorme espaldarazo para un sector que se hab¨ªa acostumbrado ¡ªa la fuerza¡ª a navegar en piloto autom¨¢tico, sin ning¨²n sustento de Washington. Como tantas otras cosas, eso cambiar¨¢ a partir de enero.
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