La industria l¨¢ctea en Uruguay: no solo es cuesti¨®n de buena leche
Una agricultura y ganader¨ªa m¨¢s sostenible es central para garantizar alimentos seguros y mayor valor econ¨®mico para los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina
?Qu¨¦ es lo primero que las personas hacen al empezar cada d¨ªa? La respuesta no es ¨²nica; cambia seg¨²n las rutinas de cada familia, las ¨¦pocas del a?o y los gustos personales. Sin embargo, miles de millones de personas empiezan su d¨ªa de la misma forma: consumiendo un producto l¨¢cteo.
Seg¨²n datos de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura, aproximadamente 6.000 millones de personas consumen productos l¨¢cteos. Para que cada uno de estos consumidores reciba en tiempo y forma su yogurt, leche, queso o manteca, 50 millones de hogares en todo el mundo se dedican a la producci¨®n de leche.
En Am¨¦rica Latina, Uruguay destaca como el exportador de productos l¨¢cteos por excelencia: m¨¢s de 20.000 personas se dedican al trabajo en los tambos y las industrias l¨¢cteas. Este pa¨ªs, de poco m¨¢s de tres millones de habitantes, es el s¨¦ptimo exportador mundial de leche, y sus productos llegan a m¨¢s de 60 mercados.
La l¨¢ctea es solo una de las industrias que creci¨® en su nivel de exportaciones en Uruguay: seg¨²n datos del Banco Mundial, durante el periodo 2005-2015 las exportaciones totales promediaron el 26% del PIB, lo que representa una expansi¨®n mayor que la que experimentaron otros pa¨ªses vecinos. Para este ¨¦xito fue fundamental el aprovechamiento de los activos naturales con los que cuenta el pa¨ªs, como su tierra f¨¦rtil y la abundancia de recursos h¨ªdricos.
Uruguay no es el ¨²nico pa¨ªs que enfrenta el desaf¨ªo de hacer crecer su econom¨ªa de una manera en la que la producci¨®n sea sostenible y no desgaste los recursos naturales. Sin embargo, el pa¨ªs y sus productores de leche ya pueden compartir casos de ¨¦xito con el mundo, como la puesta en marcha de un nuevo sistema de gesti¨®n que reduce la degradaci¨®n del suelo y la contaminaci¨®n de las aguas.
Un mal trago
Los logros uruguayos que ahora son reconocidos como ejemplo de producci¨®n sostenible tuvieron un punto de quiebre en marzo de 2013. Tras muchos a?os de expansi¨®n de la industria l¨¢ctea en los alrededores de Montevideo, los vecinos de la capital comenzaron a notar que al abrir grifos el agua que recib¨ªan ten¨ªa mal olor y sabor.
Se trat¨® de un caso t¨ªpico de floraci¨®n algal, es decir, la multiplicaci¨®n y acumulaci¨®n acelerada de organismos del fitoplancton. Esto sobrecarg¨® temporalmente la capacidad de tratamiento de la empresa estatal de agua y saneamiento (Obras Sanitarias del Estado, OSE), pero ese episodio instal¨® el debate sobre el deterioro de la calidad del agua del r¨ªo Santa Luc¨ªa y sus causas.
Este sistema fluvial es uno de los m¨¢s importantes del pa¨ªs, dado que abastece de agua potable a la capital uruguaya, donde vive casi la mitad de los habitantes del pa¨ªs, adem¨¢s de ser fuente de riego para la producci¨®n agroindustrial.
En un an¨¢lisis posterior se estableci¨® que la contaminaci¨®n difusa de la cuenca hidrogr¨¢fica, impulsada en gran parte por la ganader¨ªa, constitu¨ªa el 80 % del problema de contaminaci¨®n. Este no es un problema exclusivo de Uruguay: estimaciones del Banco Mundial aseguran que las actividades agr¨ªcolas representan el 70% del uso del agua y genera niveles insostenibles de contaminaci¨®n y desechos. En el caso particular de los productores lecheros, los desechos acumulados por el ganado no eran tratados y los efluentes se escurr¨ªan hacia los arroyos y r¨ªos cercanos.
Hacia un cambio sostenible
Los desaf¨ªos ambientales no eran una novedad para el pa¨ªs, que desde 2010 contaba con una estrategia para transformar los riesgos medioambientales en oportunidades. Sin embargo, el incidente h¨ªdrico en 2013 impuls¨® una discusi¨®n abierta a toda la sociedad y visibiliz¨® el impacto que una mala preparaci¨®n puede tener para la vida de todos los uruguayos.
El debate p¨²blico complement¨® los esfuerzos de una iniciativa apoyada por el Banco Mundial desde 2011 que buscaba integrar mejores pr¨¢cticas en la producci¨®n ganadera y reforzar la productividad agr¨ªcola, entre otros objetivos.
Gracias a este trabajo conjunto se implementaron m¨¢s de 500 sistemas de gesti¨®n de efluentes en tambos situados en la cuenca del r¨ªo Santa Luc¨ªa. De esta manera, el esti¨¦rcol de las vacas de esa zona se canaliza hacia dep¨®sitos de decantaci¨®n (o piletas). Luego, la mezcla de sustancias org¨¢nicas l¨ªquidas y s¨®lidas se roc¨ªa cuidadosamente sobre los pastizales utilizando un sistema de bombeo. En otras palabras, el abono rico en nutrientes ahora se recoge y recicla en forma de fertilizante natural, contribuyendo as¨ª al crecimiento de cultivos y pastizales sanos.
Adem¨¢s, todos los productores de la cuenca deben proporcionar planes para la producci¨®n lechera sostenible que se mapean y monitorean en el marco de un sistema integrado de informaci¨®n, el Sistema Nacional de Informaci¨®n Agropecuaria (SNIA), como parte de una iniciativa nacional m¨¢s amplia orientada a establecer una gesti¨®n m¨¢s adecuada de los recursos naturales y mejorar la toma de decisiones utilizando tecnolog¨ªa digital.
Entre los puntos m¨¢s destacados, los datos disponibles han permitido la puesta en marcha de un sistema de alerta temprana para el manejo del ganado, procedimientos de control de agroqu¨ªmicos, evaluaciones de riesgo rural sistem¨¢tico, y mejoras en los planes de uso del suelo, agua y tierra. Gracias a la adopci¨®n de estas nuevas herramientas, en 2015, el 90% de las tierras en Uruguay estaban bajo planes de manejo y uso de suelos registrados en el sistema. Estos acuerdos son controlados a trav¨¦s de im¨¢genes satelitales remotas, que han permitido garantizar el cumplimiento en un 98%.
Claro que los desaf¨ªos son dobles para los peque?os y medianos productores que representan la mayor parte del paisaje lechero de la cuenca. No solo deben hacer frente a cambios en sus formas de producci¨®n, sino que enfrentan cuantiosas inversiones para modernizar su infraestructura y tecnolog¨ªa. Gracias a la asistencia financiera y t¨¦cnica otorgada, los peque?os establecimientos lecheros pudieron costear una inversi¨®n que oscila entre los 30 000 y 45 000 d¨®lares y as¨ª preparar sus tambos para los retos del siglo XXI.
Esta no es la primera vez que los productores uruguayos toman una crisis y la convierten en una oportunidad: un brote de fiebre aftosa en 2000 y 2001 dio lugar a la puesta en marcha de un sistema de rastreo de ganado vacuno que aument¨® los niveles de exportaci¨®n de las carnes producidas en el pa¨ªs y que es reconocido a nivel mundial.
La preparaci¨®n de los productores y el desarrollo de sistemas de informaci¨®n como los uruguayos permiten producir alimentos seguros y aumentar el valor econ¨®mico de la producci¨®n. Las pr¨¢cticas lecheras m¨¢s sostenibles tambi¨¦n son un paso crucial en el camino para estrechar los lazos entre los productores de alimentos y bebidas de las zonas rurales y los consumidores urbanos, que exigen productos m¨¢s sofisticados y amigables con su salud y el planeta.
Flore Martinant de Preneuf es comunicadora y Leandro Hern¨¢ndez es productor online del Banco Mundial.
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