?M¨¢s madera!
El programa de compras del BCE es una respuesta l¨®gica a la crisis, pero hay que pensar a futuro
Habr¨¢n observado que el t¨ªtulo del art¨ªculo se ha tomado de la pel¨ªcula Los hermanos Marx en el Oeste. En una de sus m¨¢s famosas y desternillantes escenas, Groucho vocifera a sus hermanos que le traigan piezas de los vagones o asientos del tren en el que est¨¢n montados para que los pueda utilizar como combustible para que el veh¨ªculo no se pare. Algo parecido parece estar sucediendo con las ¨²ltimas decisiones del Banco Central Europeo. Hace unos d¨ªas decidi¨® ampliar la magnitud del programa de compras de bonos soberanos y privados por motivo de la pandemia en medio bill¨®n de euros para intentar que la econom¨ªa europea no se hunda. Se traduce como m¨¢s combustible financiero para la econom¨ªa. A priori y a corto plazo, parece una respuesta l¨®gica al debilitamiento de las econom¨ªas europeas ¡ªsin se?al alguna de inflaci¨®n¡ª en los ¨²ltimos meses tras la segunda ola de la covid-19. Sin embargo, esta nueva acci¨®n del banco central tiene numerosas implicaciones, no todas deseadas.
Los mercados financieros se encuentran desde hace a?os con unas referencias imposibles. Con los tipos de inter¨¦s (por ejemplo, el eur¨ªbor) en terreno negativo, distorsionando las decisiones de ahorro y endeudamiento de familias, empresas y Gobiernos desde hace m¨¢s de cinco a?os y con un horizonte que no va a cambiar, al menos, en el pr¨®ximo a?o. Asimismo, los intermediarios financieros ¡ªbancos, aseguradoras, fondos de pensiones¡ª tienen que operar en un marco que les da?a enormemente su rentabilidad y viabilidad. Preocupan los efectos sobre los ahorradores, que llevan a?os asumiendo gran parte de la carga de esta pol¨ªtica monetaria.
Por otro lado, los Gobiernos de la eurozona ¡ªen particular aquellos que reciben m¨¢s apoyo comparativo en el programa de compras de sus bonos¡ª parecen estar c¨®modos con un crecimiento preocupante ¡ªen alg¨²n caso, desbocado¡ª de la deuda p¨²blica, ya que la est¨¢n colocando a tipos de inter¨¦s negativos, como consecuencia de las pol¨ªticas monetarias ultraexpansivas, sin tener que hacer reformas ni tener que mostrar compromisos que el mercado valore positivamente. Sin embargo, no se puede olvidar que toda esa deuda habr¨¢ que pagarla tarde o temprano y, sin una clara senda de crecimiento, el mercado terminar¨¢ reflejando nerviosismo.
El mandato del BCE es claro: debe actuar solamente guiado por la inflaci¨®n. Mirando de reojo a la estabilidad financiera, eso s¨ª. El crecimiento de los precios anda desaparecido desde hace una d¨¦cada, lo que ha facilitado la continuidad de las pol¨ªticas expansivas de compras de bonos y tipos negativos o ultrarreducidos. Sin embargo, muchos empezamos a temer que, en el intervalo de un a?o, con todos los est¨ªmulos fiscales y de los bancos centrales, cuando llegue la recuperaci¨®n, se produzca un rebrote de la inflaci¨®n en Estados Unidos y quiz¨¢s en Europa que nos pillar¨ªa con tipos negativos. Una mayor inflaci¨®n no es el escenario central hoy, pero empieza a ganar peso entre los analistas. No lo olvidemos y empecemos a pensar seriamente c¨®mo saldremos de este marco imposible de tipos bajos o negativos de la ¨²ltima d¨¦cada si apareciera la inflaci¨®n.
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