Y Abengoa ya no pudo reinventarse m¨¢s
La empresa sevillana fundada en 1941 cae en el concurso de acreedores tras erigirse en los a?os noventa como un modelo tecnol¨®gico en el ¨¢mbito de las renovables
Quienes conocen de cerca la trayectoria de Abengoa coinciden en que, m¨¢s all¨¢ de su apuesta por las energ¨ªas renovables, su especialidad es reinventarse. Desde su fundaci¨®n, en 1941, para fabricar contadores monof¨¢sicos de cinco amperios, que jam¨¢s llegaron al mercado en una Espa?a hundida en la posguerra hasta construir la mayor central solar del mundo en EE UU y ser alabada por Barack Obama, la empresa sevillana ha ido adapt¨¢ndose.
Primero en la cima del poder, cuando lleg¨® a cotizar en el Nasdaq en 2013 y, en los ¨²ltimo...
Quienes conocen de cerca la trayectoria de Abengoa coinciden en que, m¨¢s all¨¢ de su apuesta por las energ¨ªas renovables, su especialidad es reinventarse. Desde su fundaci¨®n, en 1941, para fabricar contadores monof¨¢sicos de cinco amperios, que jam¨¢s llegaron al mercado en una Espa?a hundida en la posguerra hasta construir la mayor central solar del mundo en EE UU y ser alabada por Barack Obama, la empresa sevillana ha ido adapt¨¢ndose.
Primero en la cima del poder, cuando lleg¨® a cotizar en el Nasdaq en 2013 y, en los ¨²ltimos seis a?os, en los vaivenes del abismo al que cay¨® engullida por una deuda que alcanz¨® los 26.000 millones de euros. Pero despu¨¦s de tres planes de rescate, la capacidad contorsionista de la entidad parece haberse agotado y ha sucumbido a la negativa de una nueva pr¨®rroga de su plan de reestructuraci¨®n, aboc¨¢ndola a un concurso de acreedores anunciado por su consejo en la noche del lunes. El halo de sus imponentes torres solares de Sanl¨²car La Mayor (Sevilla) brilla ahora desnortado.
Javier Benjumea Puigcerver y Jos¨¦ Manuel Abaurre Pasalagua fundaron junto a otros miembros de la burgues¨ªa industrial sevillana Abengoa (el acr¨®nimo de los apellidos de las familias promotoras: Abaurre, Benjumea, Gallego y Ortueta) con un capital social de 180.000 euros. Aunque su intenci¨®n era construir contadores el¨¦ctricos monof¨¢sicos de cinco amperios, no consiguieron las materias primas para producirlos a gran escala y tuvieron que reorientar la empresa hacia la reparaci¨®n y mantenimiento de maquinaria y motores para compa?¨ªas como Hispano Aviaci¨®n o Cruzcampo. Tras esa primera reinvenci¨®n, lleg¨® la segunda: enfocarse al dise?o de montajes el¨¦ctricos, como l¨ªneas de alta tensi¨®n o la se?alizaci¨®n y las catenarias de Renfe.
En sus primeros 30 a?os de vida y bajo el auspicio del franquismo ¡ªel t¨ªo de Benjumea, Joaqu¨ªn, fue ministro de Hacienda¨D Abengoa creci¨® de manera exponencial, pasando de una facturaci¨®n de 45 millones de pesetas (unos 270.000 euros al cambio oficial) en 1950 a 4.880 millones de pesetas en 1970. En este periodo la empresa consum¨® su expansi¨®n internacional con proyectos en Colombia, Venezuela, Guatemala y Argentina, de la mano de clientes como Telef¨®nica.
Entre los a?os setenta y noventa, el grupo vuelve a reinventarse adentr¨¢ndose en las energ¨ªas renovables. Cuando Benjumea cede su testigo a sus dos ¨²nicos hijos varones (de 13 hermanos), Felipe y Javier, el grupo ya era un referente internacional en ingenier¨ªa energ¨¦tica, con m¨¢s de 100 filiales y 7.000 empleados.
Felipe, de car¨¢cter austero y un obseso del trabajo, fue tomando las riendas de Abengoa. Su control de la empresa era tan f¨¦rreo que no hab¨ªa una sola decisi¨®n que no contara con su aprobaci¨®n. ¡°Todo pasaba por la misma persona, era incapaz de delegar¡±, recuerda un antiguo empleado que prefiere mantener el anonimato. ¡°Esa organizaci¨®n piramidal del entramado de empresas es una de las razones que explican que la empresa encallara¡±, seg¨²n un exdirectivo que tambi¨¦n pide no dar su nombre. ¡°Se creci¨® muy deprisa en poco tiempo y sin una gesti¨®n acorde¡±, abunda.
La apuesta por la bioenerg¨ªa y el negocio del bioetanol que la direcci¨®n se empe?¨® en financiar solo a expensas de Abengoa, o la apuesta por determinados proyectos en Chile y Brasil ¡ªdonde invirti¨® el 33% de su capital coincidiendo con la crisis econ¨®mica del pa¨ªs¡ª tambi¨¦n empezaron a horadar las cuentas del grupo. ¡°Se invirti¨® de manera excesiva por ciertas materias vol¨¢tiles como los biocombustibles que incrementaron el endeudamiento de una manera enorme¡±, indica Francisco Ferraro, presidente del Observatorio Econ¨®mico de Andaluc¨ªa.
La compa?¨ªa no paraba de crecer, llegando a tener 653 sociedades en 80 pa¨ªses. Se endeudaba para costear su fuerte crecimiento en renovables en EE UU, China o India. ¡°Se empez¨® a olvidar cu¨¢l era el origen de la empresa, la ingenier¨ªa, para hacer ingenier¨ªa financiera¡±, explica el antiguo empleado. De hecho, a Felipe Benjumea le gustaba repetir en las reuniones que la suya era una ¡°compa?¨ªa financiera que usa la ingenier¨ªa como negocio cotidiano¡±, recuerda el exdirectivo.
Los cambios regulatorios en materia de renovables iniciados por el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y consolidados por el de Mariano Rajoy, unidos al empecinamiento de Benjumea por no ampliar capital, como le recomendaban algunos de los miembros independientes del consejo de administraci¨®n, impidieron a las fr¨¢giles costuras financieras de la compa?¨ªa aguantar el desborde su pesado saco de deuda.
Entrada en el abismo
El 24 de noviembre de 2014 la acci¨®n se desplom¨® de casi el 50% en dos d¨ªas por las dudas de los inversores sobre su nivel de endeudamiento. Abengoa reconoci¨® una deuda de 9.022 millones de euros y reformul¨® su pasivo, reduciendo su participaci¨®n en la filial Abengoa Yield, que hab¨ªa cotizado en el Nasdaq un a?o antes. Pero este fue el inicio del particular calvario del grupo que en 2015 inici¨® su primer intento de salvaci¨®n. El consejero delegado de la empresa y mano derecha de Benjumea, Manuel S¨¢nchez Ortega, dimiti¨® a mediados de ese a?o. Posteriormente, el Banco de Santander forz¨® la dimisi¨®n de Benjumea, despu¨¦s de una ampliaci¨®n de capital fallida.
¡°Abengoa era un ejemplo para todos, no solo por la dimensi¨®n de la empresa. El consejero delegado [S¨¢nchez Ortega] comenz¨® como becario, esto en Sevilla significaba que pod¨ªan tener una proyecci¨®n profesional¡±, explica el antiguo empleado. Desde el primer plan de reestructuraci¨®n ¡°la mayor reestructuraci¨®n industrial de Espa?a¡±, lleg¨® a decir Gonzalo Urquijo, el pen¨²ltimo presidente de la firma, este ingeniero ya vio que lo que quedaba por delante era la cr¨®nica de una muerte anunciada. ¡°No hab¨ªa posibilidad de encontrar avales para los proyectos¡±, cuenta.
Desde entonces, Abengoa ha tratado de resurgir, fiel a su historia de reinvenciones. En los ¨²ltimos seis a?os han pasado cuatro presidentes: Jos¨¦ Dom¨ªnguez Abascal, Antonio Fornielles, Gonzalo Urquijo y el actual, Juan L¨®pez-Bravo; se han presentado tres planes de rescate y su plantilla no solo se ha visto mermada -de 26.000 trabajadores a 14.000 (2.700 en Espa?a)-, sino que ha tenido congelaciones y retrasos en el abono de las n¨®minas. Los acuerdos de reestructuraci¨®n se han visto torpedeados, adem¨¢s, por una guerra entre la direcci¨®n y los accionistas minoritarios, que en la asamblea del 17 de noviembre derrocaron a como presidente Urquijo, que ha minado la confianza de los prestamistas.
¡°En todo este ¨²ltimo proceso ha habido mucha opacidad. La guerra de accionistas responde m¨¢s a una cr¨®nica de sucesos¡±, se queja Ferraro. ¡°No se ha hablado de lo sustantivo, de cu¨¢les son realmente los proyectos en los que est¨¢ trabajando Abengoa, d¨®nde los est¨¢ ejecutando, cu¨¢ntos trabajadores tiene en realidad, cu¨¢l es su deuda...¡±, reclama.
En este tiempo y a trav¨¦s de la nueva sociedad Abenewco1, la direcci¨®n de Abengoa quiso creer que la empresa pod¨ªa renacer como un Ave F¨¦nix. Felipe Benjumea era ¡°el dios¡± de la empresa. ¡°Actuaba como tal y se le respetaba como tal¡±, reconoce el directivo. Su megaloman¨ªa y su ambici¨®n lo indujo a querer tocar el sol, pero Abengoa ha resultado ser m¨¢s un ?caro con las alas de cera que no ha podido contener los efectos de la desinversi¨®n y de una deuda desorbitada.
Los tres rescates de Abengoa
- Agosto de 2015.- La compa?¨ªa anuncia una ampliaci¨®n de capital de 650 millones de euros a que Gestamp respald¨® con 350 millones. Meses m¨¢s tarde el fondo de inversi¨®n retira su compromiso y el 6 de enero de 2016 Abengoa presenta un preconcurso. En noviembre la justicia avala el plan de rescate presentado por el grupo sevillano.
- Octubre 2018.- Abengoa vuelve a presentar otro plan de rescate para obtener liquidez y refinanciar m¨¢s de 3.000 millones de deuda neta. En enero de 2019, publican un plan de viabilidad para los pr¨®ximos 10 a?os que deciden revisar en marzo de 2020 por el impacto de la crisis del covid.
- Mayo 2020. La empresa anuncia su tercer rescate con un patrimonio neto de -388 millones,