N¨²meros rojos en tiempos de covid-19
La ca¨ªda de ingresos p¨²blicos ha sido similar a la del PIB, mientras que en 2008 y 2009 los ingresos fiscales bajaron m¨¢s del doble que la econom¨ªa

Cuando comenz¨® el confinamiento en Espa?a, hace un a?o, el escenario de incertidumbre era total. Los datos de China y, en general, de Asia, llevaban al pesimismo y muchos anticipamos una crisis econ¨®mica sin precedentes en nuestra historia, mucho m¨¢s intensa que en 2008. Los pron¨®sticos m¨¢s pesimistas se cumplieron, con un desplome del PIB del 10%. Aplicando una elasticidad hist¨®rica de ca¨ªda de ingresos p¨²blicos, las proyecciones de d¨¦ficit p¨²blico eran a¨²n m¨¢s negativas. As¨ª elaboramos los economistas nuestras predicciones. Y nos equivocamos. La ca¨ªda de ingresos p¨²blicos ha sido similar a la del PIB. En 2008 y 2009 los ingresos fiscales cayeron m¨¢s del doble que el PIB.
?Por qu¨¦? En 2008 y 2009 la demanda interna y las ventas de las empresas cayeron mucho m¨¢s que el PIB, pero el hundimiento de las importaciones distorsion¨® el dato de PIB. Durante la burbuja, Espa?a era una econom¨ªa adicta al cr¨¦dito y al frenarse en seco por la crisis financiera internacional los efectos econ¨®micos fueron mucho m¨¢s traum¨¢ticos. Pero la gran diferencia en esta ocasi¨®n ha sido la ambiciosa pol¨ªtica de rentas del Gobierno.
El d¨¦ficit ha aumentado en 77.000 millones: 24.000 por ca¨ªda de ingresos y 53.000 por aumento de gasto. A menudo escuchamos, incluso a economistas, que el Estado supone casi la mitad del PIB, pero esa gente sabe poco a nada de contabilidad p¨²blica y de econom¨ªa real. De los 53.000 millones de gasto, 45.000 millones han estado relacionados con la pandemia y 20.000 millones, directamente con los ERTE. Esas rentas del Estado han llegado a las familias y se habr¨¢n traducido ¡ªo se traducir¨¢n¡ª en consumo privado. Esto ayuda a explicar que la ca¨ªda del empleo haya sido muy inferior respecto a la crisis anterior y que el impuesto de la renta haya aumentado su recaudaci¨®n durante el pasado a?o. Esta extraordinaria pol¨ªtica fiscal ser¨ªa impensable si Espa?a estuviera fuera del euro y si el BCE no hubiera aprobado un programa de compras de deuda sin precedentes.
La pandemia contin¨²a, las vacunas se retrasan en Europa y el Tribunal Constitucional alem¨¢n acaba de meter palos en las ruedas del plan de recuperaci¨®n, que se retrasar¨¢ unos meses m¨¢s. El PIB de Europa y Espa?a volver¨¢ a caer en el primer trimestre. Por eso, sigue siendo necesaria la pol¨ªtica fiscal y de rentas. El BCE mantiene sus compras, Espa?a sigue emitiendo deuda p¨²blica a tipos negativos y la Comisi¨®n Europea ha permitido no cumplir el Pacto de Estabilidad en 2021.
La clave ser¨¢ el d¨¦ficit estructural despu¨¦s de la pandemia y la necesidad de alcanzar un super¨¢vit primario (sin contar con el pago de intereses), para reducir la deuda p¨²blica a partir de 2022. Para conseguirlo habr¨¢ que asumir cambios en el sistema p¨²blico de pensiones, mejoras de eficiencia en nuestro sistema de salud p¨²blica para hacer frente al envejecimiento de nuestra poblaci¨®n y una reforma fiscal integral que aumente nuestra recaudaci¨®n sobre PIB dos o tres puntos por encima de los niveles de 2019. Veremos.
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