El mercado de lana se enreda por la falta de demanda
La ca¨ªda de las compras chinas hunde el precio de este material y llena los almacenes espa?oles
La lana merina rebosa en los almacenes. El anestesiado mercado internacional, y muy especialmente el chino, no demanda un material hist¨®ricamente cotizad¨ªsimo en el mundo textil, que ahora se acumula en plena campa?a de esquilaje. Las ovejas, con el verano a punto de empezar, necesitan que se les retire el vell¨®n por una estricta cuesti¨®n sanitaria. Esta necesidad natural ¡ªconvertida durante siglos en negocio¡ª deja ahora, ante la crisis econ¨®mica, a ganaderos empresarios con un producto a precios m¨ªnimos y una producci¨®n p¨ªrrica.
La pandemia, que el a?o pasado dificult¨® la llegada a Espa?a de cientos de esquiladores uruguayos que suplen la escasez de profesionales nacionales, azota directamente al bolsillo. Una empresa mediana como Lanas Payo, dirigida por Rub¨¦n Payo en Paredes de Nava (Palencia), exportaba normalmente cada a?o m¨¢s de un mill¨®n de kilos y distribu¨ªa otros 400.000 por Espa?a. Payo tilda de ¡°catastr¨®fico¡± el ejercicio de 2020, con solo un 40% de ventas respecto a lo habitual. La campa?a actual recorre la misma senda.
La ¨²nica lana que interesa es la prestigiosa merina, a unos 40 c¨¦ntimos de euro el kilo contra los 2,5 euros de hace dos a?os, un 84% menos. Mientras, la mercanc¨ªa de menos calidad, que apenas vale nada, se recoge por deferencia a ganaderos o productores de confianza. El vell¨®n merino, detalla Payo, puede durar dos a?os si se guarda con mimo, sin humedad y protegido de las polillas. Esas toneladas corren el riesgo de no ser comercializados porque los intermediarios chinos que acud¨ªan a Palencia mensualmente, interesados en toda la mercanc¨ªa anual, hace mucho que no les visitan.
Un ejemplo de c¨®mo el estancamiento general tambi¨¦n repercute en el campo es que los hoteles, paralizados durante meses, ya no requieren moquetas, uno de los destinos habituales de la lana. Los almacenes se abarrotan sin perspectivas de futuro halag¨¹e?as: cuando el mercado resucite habr¨¢ tanto volumen por colocar que los precios se mantendr¨¢n sin grandes alzas.
Ana Mar¨ªa Garc¨ªa-Pedroche, administradora de la empresa madrile?a Carmiel Wool, estima que su actividad seguir¨¢ muy mermada hasta el invierno de 2022 o ya en 2023, pues la pr¨®xima campa?a servir¨¢ para vender, a bajo precio, el remanente. Esta compa?¨ªa permaneci¨® detenida durante el confinamiento y ha ido recuperando ritmo durante 2021, pero factura apenas un 70% respecto a la ¨¦poca de normalidad, as¨ª que han tenido que subsistir a base de liquidez previa y cr¨¦dito ICO.
Peque?os y grandes ganaderos tienen en la lana un ingreso extra m¨¢s all¨¢ de la leche o carne, pues una oveja de leche da un kilo de lana y las merinas tres. Alfonso Su¨¢rez, gerente de Esquiladores de Le¨®n, conf¨ªa en que China mejore su situaci¨®n y reactive el mercado, algo que tambi¨¦n depende del ritmo global de la vacunaci¨®n: ¡°Es la pescadilla que se muerde la cola¡±.
Espa?a mira hacia Asia y de refil¨®n a Italia, cuyas grandes firmas textiles trabajan con la producci¨®n oriental y traer¨¢n buenas noticias si pronto se dinamizan. La visi¨®n optimista llega del secretario de la Asociaci¨®n Nacional de Criadores de Ganado Merino, Antonio Granero, que admite ¡°precios de guerra¡± esta temporada, pero conf¨ªa en la calidad de la lana merina espa?ola para que, en adelante, el producto vuelva por sus fueros.
Los tiempos han cambiado y la pandemia ha asentado una tendencia negativa entre quienes no solo cr¨ªan ovejas merinas. Un ganadero de Valbonilla (Burgos) comenta que hace unos a?os la campa?a de esquilaje les daba r¨¦dito gracias a sus 1.300 animales y cubr¨ªa con creces los gastos de una labor ¡°necesaria¡± para el bienestar ovino. Liberar a cada una de su lana cuesta algo m¨¢s de un euro, detalla, sin que ahora se les pague pr¨¢cticamente nada por esos vellones: ¡°Nada es como antes, ya no compensa¡±.
Igualmente hay que gastar y cortar la lana para que el ganado pueda parir con m¨¢s libertad y exponerse a menos infecciones. Rub¨¦n Payo lamenta el panorama actual, pero aplaude que, al menos, el sector ha sobrevivido y conf¨ªa en que alg¨²n d¨ªa, a poder ser cuanto antes, la actividad recupere el br¨ªo. Como dir¨ªa su abuelo: ¡°Que pase el hambre por la puerta pero no entre¡±.
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