La palabra de moda
Presiones inflacionarias m¨¢s potentes en el segundo semestre podr¨ªan llevar a algunos a preguntarse cosas como ¡°si no cambia la pol¨ªtica monetaria ahora ?cu¨¢ndo lo har¨¢?¡±
Se empieza a ver la luz al final del t¨²nel de la covid-19 y no es la recuperaci¨®n ¡ªevidente en algunos pa¨ªses¡ª el t¨¦rmino econ¨®mico que m¨¢s se menciona sino la inflaci¨®n. Eso s¨ª, la reuni¨®n de este jueves del Banco Central Europeo mostr¨® poca preocupaci¨®n en el medio plazo por el repunte de los precios y dej¨® claro que el menor tono de crecimiento de la Eurozona le inquieta m¨¢s. En Fr¨¢ncfort se sigue hablando de ¡°puente¡± para la recuperaci¨®n porque no es...
Se empieza a ver la luz al final del t¨²nel de la covid-19 y no es la recuperaci¨®n ¡ªevidente en algunos pa¨ªses¡ª el t¨¦rmino econ¨®mico que m¨¢s se menciona sino la inflaci¨®n. Eso s¨ª, la reuni¨®n de este jueves del Banco Central Europeo mostr¨® poca preocupaci¨®n en el medio plazo por el repunte de los precios y dej¨® claro que el menor tono de crecimiento de la Eurozona le inquieta m¨¢s. En Fr¨¢ncfort se sigue hablando de ¡°puente¡± para la recuperaci¨®n porque no es tan palpable, como s¨ª lo es en Estados Unidos. No se esperan grandes cambios en la estrategia monetaria ¡ªlos tipos de inter¨¦s no cambian por ahora¡ª y se mantiene con intensidad el programa de compra de activos. La autoridad monetaria ratific¨® que este programa est¨¢ para lo que haga falta a¨²n durante bastante tiempo.
El BCE no est¨¢ muy presionado para hacer virajes porque, aunque la inflaci¨®n de la Eurozona ha aumentado, sigue estando dos puntos por debajo de la de Estados Unidos y la subyacente en el 0,9% en mayo, a¨²n relativamente contenida. Los m¨¢s halcones presionan para ir anunciando alguna retirada adicional de est¨ªmulos, pero no protestan demasiado. No quieren descarrillar la recuperaci¨®n en sus propios pa¨ªses, a¨²n d¨¦bil. El retorno a niveles prepandemia del empleo y otros indicadores se producir¨¢ m¨¢s bien en 2022 y, en algunos pa¨ªses, en 2023.
El mandato de los bancos centrales marca pautas. En la Fed de los Estados Unidos es amplio, aporta flexibilidad. El del BCE es mucho m¨¢s limitado. Su presidenta se ve obligada a ampliar la dial¨¦ctica, incluso a retorcerla. Aunque no ha cambiado el objetivo de inflaci¨®n, Lagarde ha afirmado que para que haya un cambio en la pol¨ªtica monetaria no bastar¨¢ con que la inflaci¨®n llegue al 2% de forma ¡°robusta¡± sino que se mantenga en ese nivel o por encima de forma ¡°consistente¡±. Es hacer pol¨ªtica monetaria con adjetivos. De momento, funciona. A pesar del menor margen de maniobra, el BCE ha ampliado impl¨ªcitamente o indirectamente ese mandato con la protecci¨®n de primas de riesgo, el control de temperatura de mercados de deuda o mimando la recuperaci¨®n.
Los pr¨®ximos meses son cruciales. Presiones inflacionarias m¨¢s potentes en el segundo semestre podr¨ªan llevar a algunos a preguntarse cosas como ¡°si no cambia la pol¨ªtica monetaria ahora ?cu¨¢ndo lo har¨¢?¡±. O a plantearse qu¨¦ suceder¨¢ si, en una recuperaci¨®n algo desigual en Europa y con potentes est¨ªmulos, la inflaci¨®n se mantuviera elevada durante la segunda parte del a?o y 2022. ?Ser¨ªa un a?o suficiente para hablar de consistencia en la inflaci¨®n?
Dos ¨²ltimos apuntes. Tanto el BCE como la Fed han errado en sus previsiones de inflaci¨®n en los ¨²ltimos a?os. Han esperado subidas que no llegaron. Ahora esperan que no aparezcan esas subidas consistentes. Un ¡°que viene el lobo¡± que ya no asusta. Asimismo, aunque suene a una dolorosa iron¨ªa, el desempleo puede ser aliado de la estrategia del BCE porque con millones de personas que han perdido su trabajo o en riesgo de hacerlo en la Eurozona, un repunte continuado de la inflaci¨®n parece m¨¢s improbable.