El BCE afronta el debate sobre los est¨ªmulos en plena escalada de la inflaci¨®n
La entidad actualiza este jueves sus previsiones econ¨®micas mientras los mercados aguardan se?ales sobre su programa de compra de activos
Europa escala, piedra a piedra, la monta?a por la que se despe?¨® la econom¨ªa el a?o pasado. Lo hace a ritmos diferentes: Alemania recobrar¨¢ el nivel de actividad anterior a la depresi¨®n pand¨¦mica a finales de este a?o. Espa?a tardar¨¢ un a?o m¨¢s. La foto de conjunto, sin embargo, es cada vez m¨¢s n¨ªtida: la campa?a de vacunaci¨®n avanza a buen ritmo, los contagios caen, y Bruselas elev¨® en mayo las previsiones de crecimiento de la zona euro para este a?o al 4,2%. La recuperaci¨®n se da ¡ªcon algunas cautelas sobre nuevas variantes del virus¡ª por descontada, aunque dejar¨¢ un cuerpo maltrecho, magullado y condenado a cargar durante d¨¦cadas con una pesada mochila ¡ªla deuda¡ª, que amenaza la prosperidad de las nuevas generaciones. En ese escenario, las miradas giran hacia Fr¨¢ncfort con una pregunta de doble filo: ?Cu¨¢ndo se empezar¨¢ con la retirada gradual de los est¨ªmulos?
La respuesta que la mayor¨ªa de analistas espera este jueves del Banco Central Europeo es simple: todav¨ªa no, aunque un sector no descarta que el lenguaje empiece a cambiar t¨ªmidamente para ir preparando a los mercados para lo que viene. El momento de que la econom¨ªa siga trepando sin las cuerdas que le lanza la entidad ¡ªque permiten a los Estados disminuir su factura en intereses de la deuda¡ª es desconocido, pero no parece inminente. En unas recientes declaraciones al diario japon¨¦s Nikkei, el representante italiano en la ejecutiva, Fabio Panetta, tildaba de ¡°prematura¡± la eliminaci¨®n progresiva del Programa de Compras de Emergencia para la Pandemia (PEPP, por sus siglas en ingl¨¦s), equipado con una potencia de fuego de 1,85 billones de euros hasta marzo de 2022, aunque la fecha podr¨ªa variar.
La inflaci¨®n ha dado nuevos argumentos al sector m¨¢s ortodoxo del banco, partidario de no alargar m¨¢s de la cuenta el salvavidas, entre ellos el gobernador del banco central holand¨¦s, Klaas Knot, que la semana pasada destac¨® que la econom¨ªa se est¨¢ reponiendo m¨¢s r¨¢pidamente de lo esperado.
El repunte de los precios es patente. En la eurozona subieron al 2% en junio ¡ªm¨¢ximos de casi tres a?os¡ª, pero sin infravalorar otros problemas ¡ªcomo las interrupciones en las cadenas de suministro globales¡ª, se debe sobre todo a un ¨²nico factor: el alza del precio de la energ¨ªa. Los expertos de ING creen que la situaci¨®n continuar¨¢, y en la segunda mitad del a?o la inflaci¨®n estar¨¢ m¨¢s cerca del 3% que del 2%. Est¨¢ por ver cu¨¢nta paciencia atesora el BCE antes de mover ficha frente a esa disyuntiva de ver los precios superar su objetivo, pero el aumento de la inflaci¨®n no ha sido una sorpresa, Lagarde conf¨ªa en que ser¨¢ temporal y no tiene todav¨ªa la entidad suficiente como para inquietar a Fr¨¢ncfort, por lo que las casas de an¨¢lisis no esperan ver un despliegue de fuegos artificiales este jueves, y estar¨¢n m¨¢s pendientes de cambios terminol¨®gicos que proporcionen pistas futuras.
El juego de equilibrios se antoja complicado para su presidenta, Christine Lagarde. El banco presentar¨¢ sus nuevas proyecciones econ¨®micas ¡ªen marzo auguraba un crecimiento del 4% para este a?o y del 4,1% en 2022, y una inflaci¨®n del 1,5% este ejercicio y del 1,2% el pr¨®ximo¡ª. La gestora de fondos Pimco espera que el BCE eleve esas previsiones igual que hizo Bruselas, que suele ser un indicador adelantado de lo que luego hace el banco. M¨¢s all¨¢ de las nuevas cifras, la atenci¨®n, como casi siempre, estar¨¢ en el discurso. Un exceso de optimismo podr¨ªa alentar a¨²n m¨¢s la revalorizaci¨®n del euro frente al d¨®lar, lo cual encarecer¨ªa las exportaciones y penalizar¨ªa la recuperaci¨®n. Y pronunciar la palabra tapering ¡ªque alude a la retirada gradual de est¨ªmulos¡ª podr¨ªa conducir a una subida de las primas de riesgo, y por tanto, de los costes de financiaci¨®n de los Estados. ¡°Es m¨¢s importante que nunca mantener estables los costes de refinanciaci¨®n, dado el elevado nivel de deuda soberana¡±, insisten desde el banco suizo Julius Baer.
Un debate problem¨¢tico
El momento es trascendente, porque tras verse aplazada por los rebrotes pand¨¦micos de comienzos de a?o, la remontada prometida debe empezar por fin a ganar tracci¨®n tras un primer trimestre de reca¨ªda, por lo que se espera que Fr¨¢ncfort evite debatir sobre la retirada de est¨ªmulos que alteren esa inercia positiva. ¡°Incluso si la evoluci¨®n econ¨®mica, en nuestra opini¨®n, justifica claramente al menos tener una primera discusi¨®n, la sola menci¨®n de tal discusi¨®n podr¨ªa impulsar a¨²n m¨¢s los rendimientos de los bonos y en consecuencia socavar la recuperaci¨®n¡±, apunta Carsten Brzeski, de ING. En cambio, Luigi Speranza, economista de BNP Paribas, espera una ¡°reducci¨®n moderada¡± del programa de compras, que allane el camino de la desaceleraci¨®n.
El debate, sin embargo, no podr¨¢ retrasarse mucho tiempo. Lorenzo Codogno, exsecretario del Tesoro italiano, cree que el consejo de gobierno del BCE cambiar¨¢ pronto su discurso sobre la retirada de est¨ªmulos, pero no espera que sea este mismo jueves. Gilles M?ec, economista jefe de AXA, estima que el BCE ¡°debe ser especialmente cauto con sus palabras¡±, pues ¡°los inversores se fijar¨¢n incluso en los cambios de redacci¨®n m¨¢s sutiles¡±, por lo que opina que lo m¨¢s inteligente para mantener la paz en los mercados es mantener intacto el mensaje.
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