Soplar y sorber: al mismo tiempo
Todav¨ªa toca invertir, pero tambi¨¦n empezar a enderezar el desequilibrio entre ingreso y gasto
Toca a¨²n soplar, para que los pulmones respiren: por eso aumenta el techo de gasto. Quien no invierta hoy, y mucho m¨¢s, es que nunca sabr¨¢ gastar.
Pero al tiempo toca anunciar cu¨¢ndo habr¨¢ que sorber. O sea, empezar a enderezar el desequilibrio entre ingreso y gasto.
Los laboratorios oficiales de ideas reclaman desde el inicio de la pandemia que junto al alza inmediata del gasto (hasta donde convenga) se prevea a medio plazo la...
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Toca a¨²n soplar, para que los pulmones respiren: por eso aumenta el techo de gasto. Quien no invierta hoy, y mucho m¨¢s, es que nunca sabr¨¢ gastar.
Pero al tiempo toca anunciar cu¨¢ndo habr¨¢ que sorber. O sea, empezar a enderezar el desequilibrio entre ingreso y gasto.
Los laboratorios oficiales de ideas reclaman desde el inicio de la pandemia que junto al alza inmediata del gasto (hasta donde convenga) se prevea a medio plazo la reconducci¨®n/reducci¨®n acompasada de la deuda provocada por este.
¡°Hacia sendas m¨¢s sostenibles que reduzcan la vulnerabilidad de la econom¨ªa espa?ola¡±, precisa la Autoridad Fiscal Independiente (AIReF, informe del 15-7-2021).
Traducido: que cuando los mercados estigmaticen a los m¨¢s endeudados (lo har¨¢n), los especuladores no apuesten contra su deuda soberana, multiplicando su prima de riesgo, como en el pasado.
Por eso la ¡°estrategia de consolidaci¨®n fiscal¡± a medio plazo tiene ¡°indudables ventajas en t¨¦rminos de mejora de la credibilidad de nuestra pol¨ªtica econ¨®mica¡±, para lo que deben revisarse los impuestos y la eficiencia de ¡°todas las partidas de gasto p¨²blico¡± (Banco de Espa?a, 13-5-2021).
En suma, los acreedores (compradores de nuestra deuda p¨²blica) necesitan saber que ahora gastamos m¨¢s, y que sabremos c¨®mo compensar ese mayor gasto y hacer frente a nuestra deuda para que no se pillen los dedos: hoy, del 125,2% del PIB (triplica la que dej¨® el Gobierno de Zapatero).
Por suerte, la inflaci¨®n europea est¨¢ monitorizada y, con ella, los tipos de inter¨¦s. La ¨²ltima proyecci¨®n del BCE ¡ªtraducida de la pastosa ret¨®rica de Christine Lagarde¡ª prev¨¦ que los tipos no repuntar¨¢n hasta bien iniciado 2024, no agravar¨¢n su coste. Rompe la previsi¨®n del ansioso mercado, que elucubraba con 2023.
De modo que la hip¨®tesis de la AIReF de que si aumentaran un 1% este a?o, la carga financiera de la deuda subir¨ªa tambi¨¦n un punto para 2030 (y casi dos para 2050), se aleja. De momento.
Pero eso no invalida que haya que prever sustos. ?Qui¨¦n debe hacerlo? Los reguladores lo exigen al Gobierno. Este se escuda en que, mientras dure la pandemia y la consiguiente incertidumbre, los c¨¢lculos a largo plazo son poco fiables.
En realidad, no hay incentivos para ese plan de consolidaci¨®n fiscal futura: si es para 2024, la coyuntura electoral lo desaconseja a quien con razones reclame aumentar la recaudaci¨®n fiscal; tambi¨¦n a quienes desde la oposici¨®n suspiren por un plan secreto de recortes sociales.
Hay una alternativa a medio camino. Pedir al Congreso un Libro Verde anal¨ªtico (convertible en Libro Blanco propositivo) sobre consolidaci¨®n fiscal, un suelo com¨²n para todos, al modo de las conclusiones de la Comisi¨®n para la reconstrucci¨®n social y econ¨®mica de julio de 2020. V¨ªa ardua, pero no del todo impracticable.