Un puente entre el mundo acad¨¦mico y el laboral
Con el sistema de microcredenciales, a medida que se van pasando fases, se certifican los avances con un distintivo digital
Las universidades son las mayores proveedoras de conocimiento. La transferencia de ese conocimiento a la sociedad se hace en forma de investigaci¨®n y de educaci¨®n. Una de las consecuencias de la disrupci¨®n digital, y de la cada vez m¨¢s omnipresente inteligencia artificial, es que parte de la fuerza laboral est¨¢ qued¨¢ndose fuera del sistema porque sus trabajos ya no son necesarios bien porque los realizan las m¨¢quinas mejor y m¨¢s barato, o bien porque los realizan otros trabajadores con habilida...
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Las universidades son las mayores proveedoras de conocimiento. La transferencia de ese conocimiento a la sociedad se hace en forma de investigaci¨®n y de educaci¨®n. Una de las consecuencias de la disrupci¨®n digital, y de la cada vez m¨¢s omnipresente inteligencia artificial, es que parte de la fuerza laboral est¨¢ qued¨¢ndose fuera del sistema porque sus trabajos ya no son necesarios bien porque los realizan las m¨¢quinas mejor y m¨¢s barato, o bien porque los realizan otros trabajadores con habilidades del siglo XXI. La mitad de la fuerza laboral actual, independientemente de sus calificaciones iniciales, necesitar¨¢ actualizar sus habilidades en los pr¨®ximos cinco a?os, seg¨²n estimaciones europeas. Esta disyuntiva est¨¢ generando una enorme brecha que nos coloca ante la necesidad de readaptar la transmisi¨®n de conocimiento a los nuevos contenidos que el mercado laboral demanda y a los nuevos formatos que la tecnolog¨ªa ofrece.
Un estudio de Harvard realizado por el profesor David J. Deming encontr¨® que la base de habilidades de muchos trabajos cambi¨® hasta en un 40% en la ¨²ltima d¨¦cada. Dado el rol pivotal de las universidades en esta transferencia, es necesario que los esfuerzos de las instituciones acad¨¦micas, as¨ª como de los empleadores p¨²blicos y privados, se coordinen para capacitar a los estudiantes en las nuevas habilidades demandadas, puesto que el modelo actual no ofrece suficiente agilidad, flexibilidad ni relevancia para dar respuesta a una realidad laboral en constante cambio.
Una de las soluciones para reducir la brecha entre la demanda de nuevas habilidades, la escasez de oferta de dichas habilidades y la garant¨ªa de que esa oferta sea de calidad son las microcredenciales. Como en los videojuegos, las microcredenciales nacen de una idea muy simple: a medida que vas pasando fases o consiguiendo retos, vas certificando dichos avances con un distintivo digital. El reto est¨¢ en c¨®mo construimos puentes entre el mundo laboral y el acad¨¦mico a trav¨¦s de estas certificaciones.
Para que tengamos ¨¦xito es fundamental que nos centremos en tres objetivos. Primero, que se imponga la ley del mercado. Es tal la transformaci¨®n que est¨¢ sufriendo el entorno laboral que las instituciones acad¨¦micas, los empleadores y los usuarios necesitamos concentrarnos en las competencias realmente demandadas para la econom¨ªa digital. Seg¨²n un estudio de Manpower realizado en 2020, un 41% de los ejecutivos en Espa?a declararon ese a?o que ten¨ªan problemas para encontrar talento con los que cubrir las vacantes, el porcentaje m¨¢s alto registrado en la ¨²ltima d¨¦cada. Para conseguir reducir estos problemas es necesario ofrecer una cartera de microcredenciales atractivas, fiables y sencillas con las que construir itinerarios claros que permitan a los estudiantes tener visibilidad y control, como en los videojuegos, de a d¨®nde le lleva cada una de las fases que va superando y, en consecuencia, c¨®mo se suman a otras credenciales pasadas. Adem¨¢s, estas microcredenciales son particularmente ¨²tiles para aquellos que ya est¨¢n en el mercado laboral, pero requieren una serie de habilidades adicionales para seguir siendo relevantes (upkilling y reskilling).
Segundo, que hablemos todos el mismo idioma: por ejemplo, no podemos permitir que cualquier persona que haga un curso sobre datos se convierta en ¡°cient¨ªfico de datos¡±, formaci¨®n que t¨ªpicamente requiere de varios a?os de inmersi¨®n intensa y reglada. La concreci¨®n sobre qu¨¦ se aprende y a qu¨¦ nivel es clave. Esta falta de un est¨¢ndar com¨²n, de visibilidad y de transparencia puede obstaculizar el empleo, la movilidad y, en ¨²ltima instancia, el crecimiento. Las definiciones impuestas actualmente por muchos Estados, incluidos los est¨¢ndares europeos, parecen desactualizadas. Por otro lado, tenemos que contemplar la posibilidad cada vez m¨¢s presente de que actores fuera del entorno acad¨¦mico como las empresas tecnol¨®gicas puedan formar en determinadas competencias digitales, siempre y cuando se adhieran a ese idioma com¨²n, que el mundo acad¨¦mico pueda convalidar en formaciones m¨¢s completas. Esto es esencial puesto que, si no, veremos ¡ªcomo ya pasa actualmente¡ª que empiezan a expandirse infinidad de proveedores educativos de baja calidad que ofrecen p¨ªldoras que no aportan una transmisi¨®n adecuada de los conocimientos necesarios ni, por tanto, ninguna credibilidad a los empleadores, y que, en consecuencia, acabar¨¢n por no valer nada generando una enorme frustraci¨®n a sus usuarios.
Por ¨²ltimo, en un mundo donde se pueden hacer las cosas m¨¢s ¨¢giles y fiables gracias a los poderes de validaci¨®n descentralizados de tecnolog¨ªas como blockchain, no podemos esperar a un supraorganismo que gobierne las microcredenciales ni a otro acuerdo de Bolonia. Bastar¨ªa con definir las reglas generales y una tecnolog¨ªa fiable, dando al usuario el absoluto control y la plena propiedad de sus datos.
El Hub de Competencias Digitales espa?ol parece haber identificado algunos de estos puntos mencionados y parece que hay sinton¨ªa entre sector p¨²blico y privado para avanzar en esta direcci¨®n. En general, es importante que las universidades europeas y otras instituciones acad¨¦micas entiendan el rol fundamental que tienen que desempe?ar para transformar el talento en los Estados miembros, y los constantes esfuerzos que tendr¨¢n que hacer para innovar y alinear sus programas y formatos con las necesidades de los empleadores en la era digital. Si las microcredenciales, en las que se basan los itinerarios acad¨¦micos, tienen un claro foco en las demandas del mercado laboral, con una taxonom¨ªa simple y clara y en la que todas las partes interesadas tengan confianza, tendremos una oportunidad ¨²nica para cerrar la brecha entre empleadores, empleados y educadores, especialmente en lo que se refiere a las competencias digitales. Espero que Europa sea ¨¢gil en definir su pol¨ªtica de microcredenciales y podamos avanzar en las tres l¨ªneas enunciadas.
Diego del Alc¨¢zar Benjumea es vicepresidente ejecutivo de IE University.