La desigualdad de la covid y la que vendr¨¢
Hay que crear herramientas para medir el bienestar de las personas m¨¢s all¨¢ de las basadas puramente en la renta
?Cu¨¢nto aument¨® la desigualdad de la renta de los hogares espa?oles durante la pandemia? Aunque parezca sorprendente, todav¨ªa no tenemos datos oficiales para responder a esta pregunta. La principal medida de desigualdad, el ¨ªndice de Gini, se calcula utilizando los datos de la encuesta de condiciones de vida que realiza el INE anualmente. El pasado mes de julio se public¨® la ¨²ltima oleada de esta encuesta, realizada durante el a?o 2020. ...
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?Cu¨¢nto aument¨® la desigualdad de la renta de los hogares espa?oles durante la pandemia? Aunque parezca sorprendente, todav¨ªa no tenemos datos oficiales para responder a esta pregunta. La principal medida de desigualdad, el ¨ªndice de Gini, se calcula utilizando los datos de la encuesta de condiciones de vida que realiza el INE anualmente. El pasado mes de julio se public¨® la ¨²ltima oleada de esta encuesta, realizada durante el a?o 2020. Sin embargo, esta encuesta s¨®lo recoge medidas de ingreso referente al a?o anterior, es decir, a 2019, por lo que no nos permite estudiar el periodo de la pandemia. Aunque existen evidencias de que la pobreza y la desigualdad aumentaron de manera notable durante la pandemia, tendremos que esperar un a?o para tener una cuantificaci¨®n oficial al respecto.
Con el objetivo de suplir la falta de datos oficiales, en un reciente estudio que he desarrollado junto con Carlos Sanz (Banco de Espa?a), recogemos datos de una muestra representativa de la poblaci¨®n espa?ola mediante encuestas online. En estas encuestas, realizadas a 2.700 personas entre mayo y noviembre de 2020, preguntamos a los encuestados por sus ingresos mensuales, tanto personales como familiares, en el momento de la encuesta, as¨ª como por sus ingresos anteriores a la pandemia. Los resultados indican que los hogares espa?oles sufrieron importantes p¨¦rdidas de poder adquisitivo y que estas p¨¦rdidas fueron repartidas de manera muy desigual. Mientras que, en mayo de 2020, el 20% de los hogares m¨¢s ricos hab¨ªa experimentado una ca¨ªda en sus ingresos del 6,5% con respecto al inicio de la pandemia, el 20% m¨¢s pobre hab¨ªa perdido el 27% de sus ingresos. Aunque en noviembre de 2020 todos los grupos hab¨ªan recuperado ligeramente parte de los ingresos perdidos, el car¨¢cter desigual del impacto econ¨®mico persisti¨®. Utilizando los datos de renta familiar podemos calcular la evoluci¨®n del ¨ªndice de Gini durante la pandemia. Los resultados indican que en mayo de 2020 este ¨ªndice de desigualdad hab¨ªa aumentado tres puntos con respecto del valor anterior a la pandemia. Para poner este incremento en perspectiva, conviene saber que es similar al experimentado por la econom¨ªa estadounidense en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, que es un conocido caso de considerable incremento de la desigualdad.
Nuestro estudio tambi¨¦n aporta resultados adicionales: los aut¨®nomos sufrieron las mayores p¨¦rdidas, seguidos por los asalariados. Las mujeres sufrieron mayores p¨¦rdidas econ¨®micas que los hombres, y los trabajadores temporales, mayores p¨¦rdidas que los permanentes. Dentro de todos estos grupos poblacionales, los individuos m¨¢s pobres perdieron un mayor porcentaje de sus ingresos que los m¨¢s acomodados. Tambi¨¦n encontramos que un 44% de los encuestados indica haber perdido bienestar emocional y psicol¨®gico durante la pandemia. Aunque esta p¨¦rdida es parecida entre individuos de diferente nivel de renta, los motivos de p¨¦rdida de bienestar son diferentes: las personas en hogares de mayor poder adquisitivo se?alan la p¨¦rdida de contacto con seres queridos como factor de preocupaci¨®n m¨¢s frecuentemente que aquellas en hogares m¨¢s pobres, mientras que estas ¨²ltimas son m¨¢s proclives a se?alar la p¨¦rdida de empleo e ingresos.
Aunque habr¨¢ que esperar a tener estad¨ªsticas oficiales para evaluar el impacto global en la desigualdad de la renta, estos datos sugieren que la desigualdad aument¨® de manera muy sustancial en nuestro pa¨ªs.
Una pregunta importante es c¨®mo evolucionar¨¢ la desigualdad econ¨®mica en los pr¨®ximos a?os. Es probable que, a corto plazo, la reactivaci¨®n econ¨®mica y los fondos de recuperaci¨®n de la Uni¨®n Europea, canalizados mediante pol¨ªticas p¨²blicas, consigan mitigar parte del efecto desigual de la pandemia en la renta de los hogares espa?oles.
Sin embargo, un mayor reto est¨¦ quiz¨¢s por venir. Recientes cambios tecnol¨®gicos y de estructura empresarial apuntan a que, en los pr¨®ximos a?os, las sociedades avanzadas se enfrentar¨¢n a una creciente desigualdad econ¨®mica. La automatizaci¨®n de la producci¨®n econ¨®mica y la aplicaci¨®n de tecnolog¨ªas de inteligencia artificial podr¨ªan reducir de manera sustancial el n¨²mero de puestos de trabajo en la econom¨ªa. Por otro lado, la concentraci¨®n empresarial en ciertos sectores puede contribuir a que los aumentos de productividad se traduzcan en mayores beneficios empresariales pero no se trasladen a mayores salarios para los trabajadores.
?Est¨¢n nuestras instituciones preparadas para afrontar los retos de una creciente desigualdad econ¨®mica? Desde mi punto de vista, enfrentarnos a estos retos requerir¨¢ un cambio de paradigma desde diferentes ¨¢mbitos. Los mecanismos habituales de redistribuci¨®n de la renta mediante impuestos, transferencias y gasto p¨²blico pueden resultar insuficientes para hacer frente a la nueva realidad econ¨®mica. Gobiernos como el estado?unidense o el japon¨¦s est¨¢n iniciando una senda de creciente intervenci¨®n en la econom¨ªa mediante el apoyo al desarrollo a ciertos sectores y ocupaciones. Sectores econ¨®micos relacionados con la transici¨®n energ¨¦tica, la educaci¨®n o el cuidado de ni?os y ancianos pueden ser candidatos a absorber parte del excedente de trabajo que las nuevas tecnolog¨ªas puedan generar. Sin embargo, en una econom¨ªa muy desigual y sin una decidida intervenci¨®n p¨²blica, es posible que la demanda de estos servicios est¨¦ s¨®lo al alcance de unos pocos.
Por un lado, una mayor intervenci¨®n en la econom¨ªa har¨¢ cada vez m¨¢s necesaria tanto la evaluaci¨®n rigurosa de las pol¨ªticas p¨²blicas como el acceso a los datos administrativos que permitan obtener mediciones relevantes a la acci¨®n pol¨ªtica. Las econom¨ªas m¨¢s exitosas ser¨¢n aquellas que tengan mayor acierto en las decisiones de intervenci¨®n. Nuestro pa¨ªs deber¨ªa fortalecer los organismos de evaluaci¨®n independiente que aseguren que futuras pol¨ªticas e intervenciones sean dise?adas teniendo en cuenta la evidencia cient¨ªfica.
Por otro lado, los economistas y otros cient¨ªficos sociales deber¨ªamos desarrollar herramientas para medir el bienestar de los ciudadanos, m¨¢s all¨¢ de las medidas puramente relativas a la renta. Dise?ar pol¨ªticas que fomenten el bienestar emocional de los ciudadanos y que tengan los mayores multiplicadores sociales ser¨¢ cada vez m¨¢s necesario.
Por ¨²ltimo, es primordial que los organismos de evaluaci¨®n independiente de las pol¨ªticas p¨²blicas se ganen la confianza de los ciudadanos y que los ciudadanos sean los primeros en demandar que las decisiones de intervenci¨®n en la econom¨ªa se tomen de acuerdo con la evidencia cient¨ªfica.
M¨®nica Mart¨ªnez Bravo es profesora de Econom¨ªa en Cemfi y reciente ganadora del premio del Banco Sabadell a la mejor economista menor de 40 a?os en Espa?a. En Twitter: @Mmbravo_es