La guerra revive el miedo a la inflaci¨®n sin crecimiento
La duraci¨®n del conflicto se antoja decisiva para determinar el golpe al PIB mundial que podr¨ªa desembocar en estanflaci¨®n, aunque los expertos vaticinan todav¨ªa un avance en 2022
Los a?os veinte del pasado siglo trajeron una d¨¦cada de paz y esperanza tras una pandemia de gripe que dej¨® millones de muertos. Los a?os veinte del siglo XXI han unido enfermedad y guerra sin par¨¦ntesis festivo de por medio. Mascarillas y bombas. Como un coche al que se le pinchara una segunda rueda cuando todav¨ªa circula con la primera agujereada. El vocabulario econ¨®mico tiene sus propios t¨¦rminos de moda, todos hijos de su tiempo: en la Gran Recesi¨®n las hipotecas subprime estaban por todas partes; en la crisis de deuda, ...
Los a?os veinte del pasado siglo trajeron una d¨¦cada de paz y esperanza tras una pandemia de gripe que dej¨® millones de muertos. Los a?os veinte del siglo XXI han unido enfermedad y guerra sin par¨¦ntesis festivo de por medio. Mascarillas y bombas. Como un coche al que se le pinchara una segunda rueda cuando todav¨ªa circula con la primera agujereada. El vocabulario econ¨®mico tiene sus propios t¨¦rminos de moda, todos hijos de su tiempo: en la Gran Recesi¨®n las hipotecas subprime estaban por todas partes; en la crisis de deuda, la prima de riesgo era el term¨®metro que avisaba de la calentura; y en el a?o del estallido v¨ªrico la palabra restricciones fue sin¨®nimo de par¨®n de la actividad. En 2022 deb¨ªa pronunciarse mucho, y en todos los idiomas, recuperaci¨®n. Pero en su lugar gana espacio en la conversaci¨®n un vocablo maldito, h¨ªbrido de otros dos: estanflaci¨®n, combinaci¨®n de estancamiento e inflaci¨®n, acu?ado en los a?os setenta para definir un cuadro de escaso o nulo crecimiento acompa?ado de un incremento de los precios. Una pesadilla de doce letras.
El r¨ªo suena, pero a¨²n es pronto para saber si lleva agua. Un d¨ªa despu¨¦s de la invasi¨®n rusa, la Comisi¨®n Europea calcul¨® el golpe al crecimiento en un 1% y un incremento de la inflaci¨®n de un punto en el peor de los escenarios. Eso todav¨ªa dejar¨ªa margen para crecer de manera robusta, dado que las previsiones de Bruselas cifraban en el 4% el avance del PIB en la zona euro antes de la guerra. El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip Lane, dijo la semana pasada que el impacto ser¨¢ a¨²n menor, de tres o cuatro d¨¦cimas, aunque s¨ª augura subidas de precios m¨¢s sostenidas.
En la ecuaci¨®n, por tanto, existe consenso sobre una mayor duraci¨®n de subidas de precios muy da?inas para el poder adquisitivo de los consumidores, imparables en pleno bum del gas y el petr¨®leo. Este ¨²ltimo ha superado umbrales impensables hace no tanto, por encima de los 130 d¨®lares el barril este lunes. Mucho m¨¢s divididas parecen las posturas acerca de un crecimiento estancado. El gobernador del Banco de Portugal, Mario Centeno, est¨¢ entre los m¨¢s pesimistas. ¡°Hay escenarios de estanflaci¨®n frente a nosotros¡±, asegur¨® este mi¨¦rcoles en un evento en Lisboa. ¡°Obviamente, depender¨¢ de la duraci¨®n del conflicto y de la respuesta m¨¢s o menos concertada (en pol¨ªtica fiscal) de los europeos¡±, matiz¨®. En una tercera v¨ªa, la de la cautela, se mueven Olli Rehn, su hom¨®logo del Banco de Finlandia, y la presidenta del BCE, Christine Lagarde, quienes creen que es demasiado pronto para evaluar el impacto del conflicto en la econom¨ªa europea.
Hasta ahora, la inflaci¨®n estaba alimentada b¨¢sicamente por los altos precios de la energ¨ªa, el alza de otras materias primas, sobre todo agr¨ªcolas, y la crisis global de suministros derivada de la carencia de chips y los problemas de las navieras para entregar mercanc¨ªas en un entorno de alta demanda, colapso de los puertos, f¨¢bricas afectadas por contagios y falta de camioneros y trabajadores portuarios.
La guerra ha exacerbado esa tendencia. Precios de la energ¨ªa a¨²n m¨¢s altos debido a que Rusia es uno de los grandes productores de gas y petr¨®leo. Precios del trigo en m¨¢ximos de 14 a?os porque Rusia y Ucrania est¨¢n entre los mayores exportadores mundiales y son algo as¨ª como el granero de Europa. Fuertes aumentos del ma¨ªz y otros cereales, tambi¨¦n de metales como el aluminio y el n¨ªquel.
Roland Gillet, profesor de Econom¨ªa Financiera en la Universidad Libre de Bruselas y la Sorbona de Par¨ªs explica que esos encarecimientos tendr¨¢n consecuencias sobre el crecimiento. ¡°El dinero que los consumidores utilizan para pagar las facturas de electricidad y sus desplazamientos en coche es dinero que no se utiliza para ir al restaurante o consumir otras cosas. Y sobre todo, es dinero que no se queda en Europa, dado que se marcha a los pa¨ªses exportadores de energ¨ªa. Eso contribuye a la ralentizaci¨®n econ¨®mica¡±, advierte.
El economista percibe otro factor negativo: la llamada moral del consumidor. Con una guerra a las puertas de Europa, pueden decidir ser m¨¢s conservadores en el gasto que por ejemplo en Estados Unidos, donde debido a la distancia ese efecto es menor. Tambi¨¦n ser¨¢ distinto el impacto directo: mientras Europa tiene grandes compa?¨ªas instaladas en Rusia, sobre todo francesas, (Francia es el primer empleador extranjero en el pa¨ªs con 160.000 trabajadores), la exposici¨®n de las firmas estadounidenses es mucho m¨¢s reducida. Gillet estima que esa suma de circunstancias ralentizar¨¢ el crecimiento, pero sin llegar a la estanflaci¨®n. ¡°No creo que por el momento estemos en un escenario de crecimiento cercano a cero. Todav¨ªa hay mucho ahorro embalsado que no se utiliz¨® debido al virus y va a ir a parar al consumo¡±.
Los mercados tampoco lo creen del todo: las Bolsas europea y estadounidense han ca¨ªdo con fuerza, y los nervios han extremado la volatilidad, pero las bajadas, pese a su intensidad, no son todav¨ªa lo suficientemente dram¨¢ticas como para descontar un descenso a los infiernos de la estanflaci¨®n. Salvo en Rusia, cuya econom¨ªa, asolada por las sanciones, el hundimiento del rublo y la desbandada de empresas, ser¨¢ la m¨¢s perjudicada con diferencia.
Una de las claves, seg¨²n Gillet, ser¨¢ el tiempo que se prolongue la contienda. ¡°Si dura uno, dos o tres meses ser¨¢ ya demasiado claro, pero tendr¨ªa un efecto marginal sobre lo que habremos gastado en energ¨ªa. En cambio, si dura mucho m¨¢s todo puede agravarse, pero creo que no estamos en ese escenario todav¨ªa¡±.
¡°Cada escalada nos acerca a la estanflaci¨®n, pero estamos lejos¡±
Otros analistas coinciden en lo b¨¢sico del diagn¨®stico. Philippe Waechter, jefe de Investigaci¨®n econ¨®mica en Ostrum AM cree que la guerra ¡°a?adir¨¢ presi¨®n al entorno inflacionario e impondr¨¢ un impuesto al crecimiento mundial¡±, pero todav¨ªa prev¨¦ avances del PIB s¨®lidos para 2022 en la zona euro, de entre el 3% y el 3,5%. Espera, eso s¨ª, un encarecimiento de la cesta de la compra en el lado de la alimentaci¨®n, debido a las subidas del trigo, el ma¨ªz, la cebada y el girasol ¡ªUcrania es el principal productor mundial de semillas, harinas y aceites de girasol¡ª.
?ngel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, ve el conflicto ¡°tremendamente estanflacionario¡±, porque hace subir la inflaci¨®n y afecta negativamente al crecimiento, pero puntualiza: ¡°con las perspectivas actuales de crecimiento en Espa?a, con un PIB a¨²n aumentando sobre el 5% este a?o, estamos lejos de estar en estanflaci¨®n propiamente dicha. Creo que la distinci¨®n entre estas dos cosas es importante, pero con cada escalada del conflicto es obvio que nos movemos un poco m¨¢s cerca de que esto se convierta en realidad¡±.
El economista y exsecretario del Tesoro italiano, Lorenzo Codogno, explica que antes del conflicto en Ucrania el PIB avanzaba por encima de su potencial y proyectaba seguir as¨ª los siguientes dos o tres a?os gracias a la inyecci¨®n de fondos europeos en marcha. Y que el precio de la energ¨ªa deb¨ªa desinflarse a lo largo del a?o. Esas expectativas, sin embargo, han quedado obsoletas. ¡°Se ha vuelto mucho m¨¢s probable que las tensiones sobre los precios del petr¨®leo y el gas contin¨²en por m¨¢s tiempo, con riesgos de racionamiento que ser¨ªan particularmente da?inos para la econom¨ªa. Es probable que esto reduzca al menos entre 0,5 y 1 punto porcentual el PIB de la zona euro este a?o¡±, sostiene.
El tsunami b¨¦lico ha golpeado una recuperaci¨®n que en casos como el de Espa?a es todav¨ªa incompleta, con el PIB sin alcanzar los niveles previos a la pandemia y la inflaci¨®n en el 7,4%, niveles no vistos desde 1989. Ante la escalada de los precios, una subida de tipos por parte de los bancos centrales demasiado r¨¢pida, que encareciera los costes de financiaci¨®n y debilitara el crecimiento, figuraba a la cabeza de los temores. En tiempos de guerra y provocaciones nucleares, el n¨²mero de amenazas se vuelve casi inabarcable.