Elon Musk quiere hacer volar a Twitter de nuevo
El due?o de Tesla se convierte en el principal accionista de una red social que no ha crecido seg¨²n su potencial y en medio de un debate sobre censura
Twitter public¨® el 1 de abril en la red social que estaba trabajando en un bot¨®n que permitir¨¢ editar sus mensajes despu¨¦s de haberlos publicado. Esta ha sido una de las peticiones m¨¢s repetidas que los tuiteros han hecho a la tecnol¨®gica. Los usuarios m¨¢s veteranos entendieron pronto que el mensaje era una broma de April¡¯s Fool, las inocentadas que se hacen el primer d¨ªa de abril en Estados Unidos. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, la compa?¨ªa inform¨® oficialmente que preparaba la anhelada herram...
Twitter public¨® el 1 de abril en la red social que estaba trabajando en un bot¨®n que permitir¨¢ editar sus mensajes despu¨¦s de haberlos publicado. Esta ha sido una de las peticiones m¨¢s repetidas que los tuiteros han hecho a la tecnol¨®gica. Los usuarios m¨¢s veteranos entendieron pronto que el mensaje era una broma de April¡¯s Fool, las inocentadas que se hacen el primer d¨ªa de abril en Estados Unidos. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, la compa?¨ªa inform¨® oficialmente que preparaba la anhelada herramienta. ?Qu¨¦ cambi¨® en tan poco tiempo? El aterrizaje de Elon Musk, el hombre m¨¢s rico del mundo con una fortuna de 213.000 millones de d¨®lares, en la empresa y en su consejo de administraci¨®n, donde permanecer¨¢ al menos hasta 2024.
El episodio del bot¨®n de edici¨®n es una muestra de la velocidad que puede imprimir Musk en una compa?¨ªa que ha dejado pasar oportunidades de crecimiento y se ha visto superada por competidores como Snap y Meta (Facebook). La compra del due?o de Tesla del 9,2% de Twitter (73,5 millones de acciones por 2.400 millones de d¨®lares) ha dado acceso al consejo a un activo usuario seguido por 80 millones de personas y quien ha lanzado m¨¢s de 17.000 mensajes en 13 a?os. Uno de los m¨¢s recientes, por cierto, fue una encuesta sobre el bot¨®n de edici¨®n (el 73% de 4,4 millones de personas vot¨® s¨ª; la empresa niega que la encuesta fuera un punto de partida). Como el resto de humanos que usan la plataforma, Musk se ha dividido entre el amor y el odio. En julio de 2016 le declar¨® su cari?o para siete meses despu¨¦s calificarla de sitio infernal. En julio de 2020, dijo que la red ¡°apestaba¡±.
La llegada de Musk a Twitter es lo m¨¢s interesante que le ha pasado a la empresa en mucho tiempo. ?Qu¨¦ har¨¢ ahora el multimillonario con ella? Es la gran pregunta a la que todos intentan dar respuesta. Algunos han apostado por la r¨¦plica econ¨®mica. ¡°Twitter es uno de los productos m¨¢s importantes de la historia (es una fuente de informaci¨®n en tiempo real y una plataforma de comunicaci¨®n global), pero sigue siendo una inversi¨®n mediocre¡±, ha argumentado en su popular blog Scott Galloway, un acad¨¦mico de Marketing de la escuela de Negocios de NYU. A pesar de su omnipresencia en la vida cotidiana moderna, la empresa no ha incrementado considerablemente su valor (30.000 millones) ni ha logrado ampliar su base de usuarios.
La llegada de Musk dio un empuj¨®n al valor de los t¨ªtulos de Twitter, que se dispararon un 30% superando los 40 d¨®lares, una barrera que le hab¨ªa costado rebasar durante meses. Hasta diciembre pasado, las acciones de la compa?¨ªa solo hab¨ªan aumentado un 80% su valor desde 2013, mientras que las de Meta, por ejemplo, lo hab¨ªan hecho un 788%. Esto llev¨® a varios inversores activistas, especialmente el fondo de inversi¨®n Elliott Managment, a pedir el cese de Jack Dorsey por incompetente, uno de los fundadores de la empresa y consejero delegado hasta finales de 2021. Musk, quien ya tiene cuatro veces m¨¢s acciones que Dorsey, lo considera un tipo ¡°de buen coraz¨®n¡±.
Las intrigas en el consejo parecen improbables por el momento. Parag Agrawal, el consejero delegado que sustituy¨® a Dorsey, ha dado la bienvenida a Musk, a quien ha llamado ¡°un apasionado creyente e intenso cr¨ªtico del servicio¡±. ¡°Es lo que necesitamos¡±, a?adi¨® el ingeniero. En su aviso a las autoridades regulatorias, con las que Musk tiene un pulso desde hace mucho, Twitter indica que el empresario no puede hacer dumping con sus acciones y le impone un techo de 14,9% de acciones durante los dos a?os en los que estar¨¢ en el consejo y 90 d¨ªas despu¨¦s de dejarlo. La empresa se protege as¨ª de que el due?o de SpaceX le arrebate el control.
Otros analistas consideran que la batalla que Musk querr¨¢ dar est¨¢ en el campo pol¨ªtico y de la libertad de expresi¨®n. ¡°Dado que Twitter sirve como una plaza p¨²blica de facto, su falta a los principios de la libertad de expresi¨®n minan la democracia. ?Qu¨¦ debemos hacer?¡±, pregunt¨® el empresario d¨ªas antes de que se hiciera p¨²blica su inversi¨®n en la compa?¨ªa. Esta preocupaci¨®n ha dado esperanza a los sectores de derechas y a los radicales, quienes han sido expulsados de Twitter y otras grandes plataformas digitales tras el asalto al Capitolio. Estos usuarios se han desplazado a marginales arenas radicales como Parler, Rumble y Truth Social, la aplicaci¨®n de Donald Trump que tiene 1,5 millones de usuarios en la lista de espera (el expresidente ha lanzado un solo mensaje a sus 750.000 seguidores desde su lanzamiento el 21 de febrero).
¡°Si los locos de izquierdas que est¨¢n intentando censurar la libertad de expresi¨®n se quieren ir de Twitter con la llegada de Elon Musk que lo hagan, ser¨¢ un mejor lugar¡±, dijo esta semana a la conservadora Fox News el pol¨¦mico senador Rand Paul, que hace campa?a por encarcelar a Anthony Fauci, el encargado de la respuesta de Estados Unidos contra la covid. Mike Davis, un republicano que fund¨® el Internet Accountability Project en Washington, considera que la llegada de Musk es ¡°un paso en la direcci¨®n correcta¡±. ¡°Es desafortunado que se necesite a un inversionista heroico como Elon Musk para luchar por este derecho¡±, se?ala. ?l, como muchos de los conservadores que simpatizan con Trump, piden reducir el poder de las grandes tecnol¨®gicas. La congresista radical Lauren Boebert ya ha pedido al due?o de Tesla que se le levante el castigo al expresidente y se le deje volver a Twitter. Esta acci¨®n tendr¨ªa consecuencias directas en las presidenciales de 2024. Adri¨¢n Zamora, un portavoz de la tecnol¨®gica, se?al¨® que de momento ¡°no existen planes de revertir ninguna decisi¨®n de pol¨ªticas¡± y que estas no son adoptadas por inversionistas.
En los pr¨®ximos 24 meses se ver¨¢ si Musk logra impulsar el paso de Twitter hacia la web3, la tierra prometida de los visionarios tecnol¨®gicos, una evoluci¨®n de la Red gracias al blockchain que dar¨ªa nueva libertad a los usuarios. El empresario ha preguntado tambi¨¦n a sus seguidores si Twitter deber¨ªa hacer p¨²blicos sus algoritmos. La respuesta de lo que quiere Musk de Twitter podr¨ªa estar en sus trinos. ¡°Mis tuits son literalmente lo que estoy pensando en ese momento, no una basura cuidadosamente compuesta por un corporativo¡±, escribi¨® en 2018. Hace unos d¨ªas, elev¨® las expectativas de la pr¨®xima reuni¨®n del consejo ¡ªuna cita a¨²n sin fecha¡ª con un meme de su paso por el p¨®dcast de Joe Rogan, donde se fum¨® un porro (el momento depreci¨® un 9% las acciones de Tesla). Musk tiene entre sus an¨¦cdotas m¨¢s famosas el haber chocado un McLaren F1 de un mill¨®n de d¨®lares que no estaba asegurado, lo que se ha convertido en Silicon Valley en una met¨¢fora de su impulsividad.