Contra el fatalismo
Las crisis no ser¨ªan inevitables, pero requieren la decisi¨®n de los l¨ªderes pol¨ªticos
En 2018, Steve Keen escribi¨® un libro seminal ?Podemos evitar otra crisis financiera? El economista australiano argument¨® que la causa principal de la debacle financiera de 2008 fue una deuda privada excesiva y una econom¨ªa demasiado basada en el cr¨¦dito. Concluy¨® que se podr¨ªa reducir enormemente el impacto de estas crisis si los l¨ªderes pol¨ªticos estuviesen dispuestos a usar la capacida...
En 2018, Steve Keen escribi¨® un libro seminal ?Podemos evitar otra crisis financiera? El economista australiano argument¨® que la causa principal de la debacle financiera de 2008 fue una deuda privada excesiva y una econom¨ªa demasiado basada en el cr¨¦dito. Concluy¨® que se podr¨ªa reducir enormemente el impacto de estas crisis si los l¨ªderes pol¨ªticos estuviesen dispuestos a usar la capacidad del Estado de crear dinero para reducir la excesiva deuda privada poscrisis. En sustancia, rechazaba el fatalismo de que estas fueran inevitables. A su juicio, las crisis financieras solo son inevitables si se quiere mantener un sistema monetario basado en la banca privada.
Un enfoque muy contundente contra el fatalismo es el que adopta Ricardo Ruiz de Querol frente a la creciente desigualdad generada por las nuevas tecnolog¨ªas y sus gigantescas corporaciones. En su libro No es inevitable. Un alegato por futuros digitales alternativos (Alternativas Econ¨®micas) sostiene una doble propuesta: ¡°Un despliegue de las nuevas tecnolog¨ªas digitales al margen de todo control social comporta el riesgo de evolucionar hacia una digitalocracia. Pero tambi¨¦n que ese futuro no es inevitable¡±. Un texto fundamental para comprender el desarrollo e impacto de la transformaci¨®n digital. Su tesis es que las revoluciones tecnol¨®gicas no son una consecuencia inevitable de la evoluci¨®n de las tecnolog¨ªas, sino que son el resultado de una producci¨®n social. Es decir, son revoluciones sociales, en las que objetivos de riqueza y poder son determinantes.
Doctor en Ciencias F¨ªsicas por el Massachussetts Institute of Tecnology y con una dilatada experiencia en las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, Ruiz de Querol, reconoce las virtudes de lo digital, pero aboga por un desarrollo alternativo. Recuerda que en un principio se vendi¨® internet como una herramienta igualitaria y democr¨¢tica, pero que ha evolucionado en sentido contrario, dominada ahora por empresas privadas con poderes centralizados fuera de control. Censura que el mundo tecnol¨®gico no sea ¡°un territorio ordenado seg¨²n los dictados de la moral, el progreso y el bien com¨²n. Por el contrario, ha favorecido una enorme concentraci¨®n de riqueza en empresas como Google, Amazon, Facebook y Apple¡±.
Como ha explicado Farhad Manjoo en The New York Times, ¡°la era de las grandes empresas tecnol¨®gicas apenas comienza¡±. El valor de Microsoft supera ya los dos billones de d¨®lares y el de Apple casi tres, mientras que las posibilidades de implementar pol¨ªticas antimonopolios se desvanecen.
Frente a esta implacable realidad, No es inevitable propugna ¡°repensar el nuevo marco social, legal y ¨¦tico en el que englobar el futuro de las tecnolog¨ªas digitales¡±. La posibilidad de implementar alternativas no es ¨²nicamente cuesti¨®n de voluntarismo, sino que el autor lo fundamenta en los hallazgos de matem¨¢ticos como Alan Turing, K¨¹rt Godel y Claude Shannon, que detalla expl¨ªcitamente. Se trata de una rigurosa investigaci¨®n con un mensaje n¨ªtidamente constructivo. Inspirado en la antrop¨®loga estadounidense Margaret Mead, Ruiz de Querol cree que ¡°no solo grupos peque?os de personas reflexivas comprometidas pueden cambiar el mundo, sino que, de hecho, esta es la ¨²nica forma de cambiarlo¡±.