El nuevo reinado del d¨®lar castiga al resto del mundo
El mercado de divisas se agita con las intervenciones en Jap¨®n y Reino Unido, mientras el alza del billete verde eleva las presiones inflacionistas
En Dios confiamos, se lee en todas las monedas y billetes de Estados Unidos desde que as¨ª lo decidiera en los a?os cincuenta el entonces presidente Dwight Eisenhower. Los americanos creen en el m¨¢s all¨¢, pero tambi¨¦n en el d¨®lar. Y no son los ¨²nicos. La divisa se ha convertido en uno de los pocos activos, en estos tiempos de guerra, amenazas de recesi¨®n y crisis energ¨¦tica, donde meter dinero no es sin¨®nimo de perder. Los inversores internacionales, asediados por el rojo de las Bolsas, los bonos y las criptomonedas, se han lanzado al billete verde como quien se zambulle en un oasis en m...
En Dios confiamos, se lee en todas las monedas y billetes de Estados Unidos desde que as¨ª lo decidiera en los a?os cincuenta el entonces presidente Dwight Eisenhower. Los americanos creen en el m¨¢s all¨¢, pero tambi¨¦n en el d¨®lar. Y no son los ¨²nicos. La divisa se ha convertido en uno de los pocos activos, en estos tiempos de guerra, amenazas de recesi¨®n y crisis energ¨¦tica, donde meter dinero no es sin¨®nimo de perder. Los inversores internacionales, asediados por el rojo de las Bolsas, los bonos y las criptomonedas, se han lanzado al billete verde como quien se zambulle en un oasis en medio del desierto. Y su colosal revalorizaci¨®n frente al resto de monedas est¨¢ teniendo consecuencias no menores para Estados, empresas y ciudadanos.
Comparado con el resto, el mercado de divisas suele ser poco vol¨¢til. Salvando episodios espor¨¢dicos como el c¨¦lebre ataque del inversor George Soros a la libra esterlina en 1992 o puntuales derrumbes en pa¨ªses emergentes, las fluctuaciones acostumbran a ser peque?as. Pero esa apacible realidad est¨¢ cambiando. La volatilidad se abre paso azuzada por las subidas de tipos de inter¨¦s de los bancos centrales, que alteran el precio del dinero y sumen a las monedas nacionales en una competencia de la que el d¨®lar est¨¢ saliendo reforzado: frente a ¨¦l, el yen japon¨¦s pierde m¨¢s de un 20% en un a?o, la libra esterlina y el euro m¨¢s de un 15%, y el yuan chino se deprecia m¨¢s de un 10%, su peor declive desde 1994.
El ¨ªndice d¨®lar, que mide su evoluci¨®n frente a una cesta de monedas, est¨¢ en m¨¢ximos de casi 20 a?os. Y las razones que explican su auge son varias. La Reserva Federal estadounidense empez¨® a subir tipos antes que otros bancos centrales, y est¨¢ siendo m¨¢s agresiva al elevar el precio del dinero ¡ªlo ha situado en el 3%-3,25%, frente al 1,25% del Banco Central Europeo (BCE)¡ª, atrayendo a m¨¢s inversores en busca de rentabilidad. La crisis energ¨¦tica est¨¢ afectando menos a EE UU porque, a diferencia de Europa ¡ªmuy dependiente de Rusia¡ª, es uno de los grandes exportadores mundiales de gas natural y petr¨®leo. Y los tambores de ralentizaci¨®n econ¨®mica severa son gasolina para su cotizaci¨®n por su condici¨®n de valor refugio, como tambi¨¦n le sucede al franco suizo.
Las consecuencias m¨¢s claras de esa fortaleza tienen que ver con los precios. ¡°La depreciaci¨®n del euro contribuye a aumentar las presiones inflacionistas (al encarecer sus importaciones); y, justo al contrario, en Estados Unidos la apreciaci¨®n del d¨®lar estar¨ªa ayudando a controlar las presiones inflacionistas¡±, explican desde BBVA Research. Es decir, EE UU exporta inflaci¨®n, no solo a Europa, sino a todo el mundo, a trav¨¦s del d¨®lar, porque las materias primas agr¨ªcolas cotizan en esa divisa y los contratos energ¨¦ticos est¨¢n denominados en d¨®lares, lo que encarece las compras de gas y petr¨®leo, ya de por s¨ª disparados. Las voces que advierten del fen¨®meno salen incluso de EE UU. The New York Times sintetizaba esta semana esa tesitura con un titular simple: ¡°El d¨®lar est¨¢ fuerte. Eso es bueno para EE UU, pero malo para el mundo¡±.
Como se?ala Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano Research, hay otros efectos. ¡°Un d¨®lar caro en general es malo para las econom¨ªas emergentes endeudadas en d¨®lares, pero tambi¨¦n abarata las exportaciones del mundo hacia EE UU¡±. Tradicionalmente, las devaluaciones han sido un modo de ganar competitividad bajo la l¨®gica de que si tus productos y servicios son m¨¢s baratos que los rivales se vender¨¢n m¨¢s en el exterior. Ahora, esa ventaja se diluye, seg¨²n apunta Natalia Aguirre, directora de An¨¢lisis y Estrategia de Renta 4. ¡°El shock energ¨¦tico que puede llevar a Europa a la recesi¨®n pesa m¨¢s que el impacto positivo de un euro m¨¢s depreciado, especialmente porque la demanda externa tambi¨¦n se resiente en un escenario de desaceleraci¨®n econ¨®mica global¡±, concluye. BBVA Research coincide: ¡°En el contexto actual, el euro d¨¦bil es m¨¢s un signo de preocupaci¨®n que una oportunidad para exportar m¨¢s¡±.
Las autoridades no permanecen impasibles mientras ven sus monedas hundirse. El ministerio de Finanzas japon¨¦s anunci¨® la semana pasada una intervenci¨®n sin precedentes en m¨¢s de dos d¨¦cadas con el objetivo de sostener el valor del yen. Y el Banco de Inglaterra ha actuado dos veces esta semana para intentar frenar el desplome de la libra esterlina tras la preocupaci¨®n desatada en los mercados por el aumento de la deuda que puede provocar el plan de rebaja de impuestos anunciado por el Ejecutivo brit¨¢nico.
Olivia ?lvarez, analista de Afi, cree que el desplome de la libra esterlina y la inestabilidad financiera en el Reino Unido responden a las err¨¢ticas maniobras de Downing Street, criticadas incluso por el FMI. ¡°Estamos viendo una descoordinaci¨®n entre la pol¨ªtica monetaria y las decisiones del Gobierno, con un paquete de medidas fiscales ultraexpansivas que no hace ning¨²n favor a la inflaci¨®n¡±.
Vistas esas turbulencias, ?puede decirse que estamos ante una crisis de divisas? ¡°Esa es una expresi¨®n demasiado gen¨¦rica. S¨ª es correcto en singular. Lo de la libra es un buen ejemplo: las tres divisas del G20 que peor comportamiento llevan en 2022 son el peso argentino, la lira turca y la libra inglesa¡±, recuerda De la Torre, de Arcano.
Amenaza para las cuentas de resultados
Las empresas no son inmunes. Aunque muchas disponen de instrumentos financieros que las protegen de las oscilaciones de las divisas, otras no cubren ese riesgo. Sectores como el de las aerol¨ªneas, que entre otras partidas pagan en d¨®lares el combustible y a menudo los propios aviones de su flota, est¨¢n viendo penalizadas sus cuentas.
Jorge Labarta, socio fundador de la consultora de divisas Quant, asesora sobre el tema a un buen n¨²mero de compa?¨ªas. ¡°Tenemos clientes que est¨¢n bien protegidos comprando los d¨®lares mucho m¨¢s baratos, por debajo de su cotizaci¨®n actual; sin embargo, cuando se les terminen esas coberturas tendr¨¢n que volver al mercado para cubrirse, y los niveles para hacerlo ser¨¢n mucho peores¡±, sostiene. Igual que ayudan, esas herramientas tambi¨¦n pueden eliminar la parte beneficiosa del efecto divisa: por ejemplo, las firmas exportadoras que decidieron ser m¨¢s conservadoras y no exponerse a los vaivenes del d¨®lar, ahora no pueden aprovechar del todo su apreciaci¨®n.
La inflaci¨®n de EE UU, clave
En la vertiente tur¨ªstica, la repercusi¨®n m¨¢s evidente de la sacudida en las divisas es que para los estadounidenses las vacaciones en el extranjero son ahora mucho m¨¢s baratas que hace un a?o, aunque eso s¨ª, su pa¨ªs es un destino m¨¢s caro, lo cual puede desviar visitantes a zonas m¨¢s econ¨®micas. Una dicotom¨ªa similar se da entre los trabajadores comunitarios expatriados en EE UU cuyas empresas pagan en euros, que han perdido poder adquisitivo, y al contrario con los estadounidenses que ejercen su labor en Europa y cobran en d¨®lares, a los que les ha afectado menos el aumento del coste de la vida.
Con el billete verde ya por encima del euro por primera vez en 20 a?os, y una tendencia similar en otras monedas, la incertidumbre es m¨¢xima para los inversores, que han de vigilar m¨¢s atentamente que antes el denominado riesgo divisa. La gran pregunta es si queda margen para que contin¨²e la escalada del d¨®lar. Para Labarta, todo depender¨¢ de la evoluci¨®n de la inflaci¨®n en EE UU. ¡°Si remitiese no ser¨ªa necesario que la Reserva Federal elevase m¨¢s los tipos de inter¨¦s, y como el mercado da por hechas las subidas, esto ayudar¨ªa al euro a apreciarse. Solo las expectativas de un fin de la guerra, o una clara relajaci¨®n de los precios en EE UU cambiar¨¢n la tendencia¡±. Con la reciente movilizaci¨®n rusa de tropas, y la inflaci¨®n estadounidense en el 8,3% en agosto ¡ªel dato de septiembre se conocer¨¢ en dos semanas¡ª, no parece que ninguno de esos dos requisitos vaya a cumplirse a corto plazo.