La paradoja de las Bolsas: por qu¨¦ Wall Street quiere un mercado laboral m¨¢s d¨¦bil
Los principales ¨ªndices estadounidenses se desplomaron tras anunciarse la mejora del empleo
El paro igual¨® en septiembre su m¨ªnimo en el ¨²ltimo medio siglo en Estados Unidos. El presidente, Joe Biden, celebr¨® ese viernes el nuevo dato en un discurso en Hagerstown (Maryland): ¡°Son 10 millones de puestos de trabajo desde que llegu¨¦ al cargo. Es el crecimiento de empleo m¨¢s r¨¢pido de cualquier presidente en toda la historia ...
El paro igual¨® en septiembre su m¨ªnimo en el ¨²ltimo medio siglo en Estados Unidos. El presidente, Joe Biden, celebr¨® ese viernes el nuevo dato en un discurso en Hagerstown (Maryland): ¡°Son 10 millones de puestos de trabajo desde que llegu¨¦ al cargo. Es el crecimiento de empleo m¨¢s r¨¢pido de cualquier presidente en toda la historia de Estados Unidos¡±. Sin embargo, las Bolsas cayeron con fuerza. El ¨ªndice S&P 500, el m¨¢s representativo del mercado estadounidense, cerr¨® la sesi¨®n con una ca¨ªda del 2,8%. ?Por qu¨¦ a Wall Street le molesta que baje el paro? Los tipos de inter¨¦s tienen la respuesta.
Es tentador pensar que inversores y banqueros tienen una especie de maldad intr¨ªnseca que les hace celebrar malas noticias y lamentarse de otras buenas. En realidad, a los inversores y bancos ¡ªsalvo notables excepciones¡ª les interesa que la econom¨ªa vaya bien, que se cree empleo, que las empresas aumenten sus ventas y sus beneficios y que devuelvan sus pr¨¦stamos. Hay momentos, sin embargo, en que su interpretaci¨®n de los datos parece el mundo al rev¨¦s y el mercado laboral ha sido durante d¨¦cadas el ejemplo m¨¢s recurrente, sobre todo en coyunturas de bajo desempleo y altas tensiones inflacionistas.
La Reserva Federal de Estados Unidos est¨¢ subiendo los tipos de inter¨¦s agresivamente para hacer frente a la mayor inflaci¨®n en cuatro d¨¦cadas. Su presidente, Jerome Powell, ha dejado claro que cree que ser¨¢ necesario provocar ¡°algo de dolor a familias y empresas¡± para dominar las subidas de precios. El doble mandato de la Fed consiste en lograr la estabilidad de precios con el m¨¢ximo de empleo posible. En la actualidad, la primera pata cojea y Powell considera que para crear empleo de forma sostenible es imprescindible someter la inflaci¨®n. Teme, en particular, que un mercado laboral donde hay casi el doble de ofertas de empleo que de parados permita a los empleados reclamar subidas de sueldos que a su vez eleven los costes de las empresas y estas repercutan en sus precios, en un c¨ªrculo vicioso que haga que la inflaci¨®n se enquiste.
Por eso, la Reserva est¨¢ dispuesta a seguir subiendo los tipos de inter¨¦s con fuerza mientras no haya se?ales de que el mercado laboral se enfr¨ªa. Los inversores lo saben y tambi¨¦n saben que m¨¢s subidas de tipos tienen como m¨ªnimo dos consecuencias que a ellos les preocupan: por un lado, aumentan el riesgo de que Estados Unidos entre en recesi¨®n m¨¢s adelante este a?o o el pr¨®ximo; por otro, tipos de inter¨¦s m¨¢s altos provocan descensos en la valoraci¨®n tanto de los bonos a largo plazo como en las acciones. As¨ª que Wall Street no hace un juicio moral sobre el dato de paro, simplemente llega a la conclusi¨®n de que ¡ªen este preciso contexto¡ª si el paro baja, la Bolsa vale menos.
Cuando el mercado celebra la ¡®desgracia¡¯
Los intereses de los inversores no siempre coinciden con lo que tradicionalmente se entiende como buenas noticias. Cuando una empresa emprende una reestructuraci¨®n con miles de despidos es habitual que sus acciones en Bolsa suban porque se interpreta que ese recorte de gastos servir¨¢ para aumentar los beneficios, o como m¨ªnimo para reducir las p¨¦rdidas. Al contrario, si se anuncia un plan de inversiones multimillonario, pueden aparecer dudas por sus efectos inmediatos sobre la rentabilidad, y provocar un descenso de los t¨ªtulos.
Tambi¨¦n hay sectores concretos que aprovechan situaciones negativas para la mayor¨ªa. Las compa?¨ªas de gas ganan m¨¢s desde que Vlad¨ªmir Putin invadi¨® Ucrania. Y los que apostaron por la revalorizaci¨®n de los cereales antes de que la guerra paralizara parte de las cosechas en ese pa¨ªs tambi¨¦n tuvieron una tendencia favorable. El petr¨®leo suele ser sensible a recrudecimientos de conflictos en Oriente Medio y a sanciones como las recibidas por Ir¨¢n, que empujan su encarecimiento al a?adir incertidumbre sobre la oferta. Las firmas de semiconductores crecieron cuando su oferta no era suficiente para cubrir la fuerte demanda pospand¨¦mica. Lo mismo que las de barcos portacontenedores, que subieron sus tarifas al ser incapaces de afrontar el aluvi¨®n de pedidos que sigui¨® a los encierros debido al ingente ahorro acumulado por los hogares durante los confinamientos.
En el caso de la reacci¨®n adversa de Wall Street al buen dato de empleo, el economista jefe para Europa de Oxford Economics, ?ngel Talavera, cree que no ayuda al prestigio el mundo de la inversi¨®n. ¡°Entiendo perfectamente la l¨®gica perversa, pero trate de explicarle a un profano que al mercado de valores no le gusta un mercado laboral fuerte en el que las personas consiguen m¨¢s trabajos y ganan m¨¢s... Quiz¨¢ por eso las finanzas tienen mala reputaci¨®n¡±, sostiene. Una frase resume esa realidad: lo que es bueno para los accionistas, no siempre lo es para la sociedad, o al menos no lo es a corto plazo: un enfriamiento del mercado laboral ahora, y su correspondiente rebaja de precios, es, seg¨²n los bancos centrales, el sacrificio a pagar para regresar en el futuro a un crecimiento m¨¢s saludable.