Misma empresa, mismo puesto, 600 euros menos al mes: las paradojas de los convenios provinciales
Las negociaciones por territorios generan diferencias salariales que no siempre coinciden con el desfase en el coste de la vida. Sin embargo, los expertos se?alan que estos episodios son anecd¨®ticos y que el sistema tiene m¨¢s efectos positivos
El sueldo de los trabajadores espa?oles se rige por convenios, textos pactados por patronales y sindicatos que regulan las relaciones laborales. Las retribuciones se especifican en las tablas salariales, que detallan el sueldo en funci¨®n de la categor¨ªa del empleado. Estos convenios operan en ¨¢mbitos diferentes: hay varios tipos, pero los m¨¢s comunes son los sectoriales provinciales o auton¨®micos, los sectoriales...
El sueldo de los trabajadores espa?oles se rige por convenios, textos pactados por patronales y sindicatos que regulan las relaciones laborales. Las retribuciones se especifican en las tablas salariales, que detallan el sueldo en funci¨®n de la categor¨ªa del empleado. Estos convenios operan en ¨¢mbitos diferentes: hay varios tipos, pero los m¨¢s comunes son los sectoriales provinciales o auton¨®micos, los sectoriales estatales y los de empresa. Esa combinaci¨®n de universos de aplicaci¨®n genera paradojas como la que vivi¨® ?ngel Alcaraz el pasado verano. ¡°Soy recepcionista de una cadena de hoteles que no tiene convenio de empresa, en cada provincia hay sueldos diferentes¡±. Su salario, como recepcionista en uno de los establecimientos de su empresa en la Regi¨®n de Murcia, es ¡ªseg¨²n el convenio vigente desde hace a?os y que a¨²n le aplica¡ª de unos 963 euros brutos al mes. Acaba cobrando m¨¢s por el alza del salario m¨ªnimo, pero lo que le corresponde por convenio no alcanza ni los mil euros. ¡°Es una miseria, pero fui a¨²n m¨¢s consciente de lo poco que es durante una sustituci¨®n que hice el verano pasado en otro hotel de mi empresa en la provincia de M¨¢laga. Cobraba unos 1.664 euros de salario base, con la misma categor¨ªa, mismas horas, sin un plus por desplazamiento¡±, explica.
Alcaraz ingres¨® durante varios meses unos 600 euros m¨¢s al mes en M¨¢laga que por el trabajo que realiza habitualmente en Murcia. ¡°Es un sentimiento encontrado. Me alegr¨¦ de cobrar m¨¢s, de que en M¨¢laga reconocieran mi trabajo. Pero a la vez me enfad¨¦ al pensar en lo mal que me pagan normalmente. Es una diferencia brutal¡±, comenta este recepcionista de hotel de 47 a?os, tambi¨¦n sindicalista. Justo este jueves los sindicatos, que amenazaron con ir a la huelga en Semana Santa, y la patronal murciana se han puesto de acuerdo para mejorar el convenio, que ha estado bloqueado desde 2008 y desde hace a?os superado por el salario m¨ªnimo. Ahora se ha acordado un alza del 14,6%, pero incluso con este incremento las tablas quedar¨¢n muy por debajo del nivel de M¨¢laga.
Circunstancias como la que describe Alcaraz se dan cuando uno de los convenios es mejor que la media y el otro, sustancialmente peor. Gonzalo Fuentes, responsable de Pol¨ªticas Sectoriales de Hosteler¨ªa y Turismo de CC OO, asegura que el texto que regula la hosteler¨ªa en M¨¢laga y el que a¨²n rige las condiciones en Murcia son paradigm¨¢ticos: ¡°El primero es de los mejores que hay a nivel nacional y el de Murcia es terrible. Los empresarios que bloquean as¨ª las negociaciones hacen mucho da?o a los trabajadores¡±. En su se?alamiento a los empresarios, Fuentes apunta una de las claves de este asunto: hay sectores en los que la negativa de la patronal a negociar o la falta de m¨²sculo sindical condenan las condiciones econ¨®micas de los trabajadores de determinadas provincias.
As¨ª, al albur de la discusi¨®n entre los agentes sociales, se dan diferencias salariales que no siempre coinciden con el desfase en el coste de la vida. Un an¨¢lisis realizado para este peri¨®dico por CC OO en Castilla y Le¨®n, la comunidad con m¨¢s provincias, ofrece resultados interesantes. Por ejemplo, la mejor retribuci¨®n en el convenio de la construcci¨®n en Palencia es de 21.420 euros brutos anuales, frente a los 29.719 de ?vila. Hay 8.000 euros de diferencia a favor de los abulenses, pero en la provincia palentina el coste del alquiler de una vivienda (6,2 euros el metro cuadrado, seg¨²n Idealista) es mayor que en ?vila (5,7 euros). Y la diferencia no es consistente por sectores: la mejor categor¨ªa hostelera en ?vila se retribuye con 16.414 euros al a?o, mientras que en Palencia se pagan 18.822. Esto tambi¨¦n se observa en otros territorios y sectores: la provincia con el alquiler m¨¢s caro es Salamanca (8 euros), pero en industria (25.676 euros al a?o) se retribuye mucho mejor a la categor¨ªa con m¨¢s sueldo en Valladolid (29.642) o en Burgos (35.088).
¡°La teor¨ªa es que este sistema de convenios provinciales sirve para que el sueldo se corresponda con el coste de la vida. Si eso fuera cierto, en Barcelona y Madrid deber¨ªan tener los convenios con mejores sueldos, pero no siempre es el caso¡±, a?ade Alcaraz. Los datos de algunos convenios confirman esta percepci¨®n: Barcelona es la provincia con el alquiler m¨¢s caro (16,7 euros el metro cuadrado), pero, por ejemplo, la mejor categor¨ªa barcelonesa en industria metal¨²rgica se retribuye con 32.432 euros al a?o, casi 8.000 euros menos que en Girona.
Diferencias territoriales
Los expertos en negociaci¨®n colectiva reconocen las debilidades de este modelo, como la que trasluce el testimonio de Alcaraz, pero identifican m¨¢s beneficios que problemas. ¡°El sistema de negociaci¨®n desagregado territorialmente es en principio positivo, pues en Espa?a ofrece la posibilidad de que, a diferencia de otros pa¨ªses, los salarios provinciales se adapten a las circunstancias econ¨®micas como los niveles de precios o la productividad, lo que redunda en una mayor eficiencia econ¨®mica¡±, indica Hip¨®lito Sim¨®n, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Alicante y especialista en econom¨ªa laboral. Reconoce que hay desfases entre territorios que no tienen por qu¨¦ responder al dedillo a las diferencias de renta: ¡°Lo pactado en los convenios provinciales resulta muy influido por el poder relativo de las partes negociadoras, lo que puede dar lugar a resultados no deseables, pero entiendo que es inherente al modelo actual¡±.
El vicesecretario general de Pol¨ªtica Sindical de UGT, Fernando Luj¨¢n, defiende los efectos positivos de ¡°la negociaci¨®n colectiva en cascada¡±. Es decir, cuantos m¨¢s acuerdos establezcan suelos salariales, cifras m¨ªnimas que las empresas no puedan cruzar, mejor para el empleado. ¡°La concepci¨®n que tenemos es de escalones: primero un salario m¨ªnimo para todo el pa¨ªs, despu¨¦s un AENC (Acuerdo para el Empleo y la Negociaci¨®n Colectiva), despu¨¦s un convenio sectorial estatal, despu¨¦s otro sectorial provincial y por ¨²ltimo un convenio de empresa, hasta llegar a las condiciones que establezca el contrato de trabajo. Cuanto m¨¢s localizada es la negociaci¨®n, mejor para el trabajador¡±, explica Luj¨¢n. ¡°Por ejemplo, en construcci¨®n tenemos un convenio estatal que protege a todos. Si luego el convenio provincial de Gipuzkoa es mejor, fant¨¢stico. Y si adem¨¢s en una empresa consiguen un acuerdo m¨¢s positivo, todav¨ªa mejor para el trabajador¡±.
Mari Cruz Vicente, secretaria confederal de Acci¨®n Sindical de CC OO, cree que ¡°generalmente¡± los convenios provinciales son ¡°mejores¡± que los estatales: ¡°Es la negociaci¨®n que m¨¢s se ha dado hist¨®ricamente, la que mejor funciona. Se adaptan mejor a la realidad de cada territorio. Cuando negocias para todo el pa¨ªs es m¨¢s dif¨ªcil ajustar¡±.
Marta Mart¨ªnez, profesora del departamento de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y especialista en negociaci¨®n colectiva, menciona al tejido productivo entre los motivos que justifican este sistema: ¡°Los convenios sectoriales provinciales habitualmente son los que firman empresas de menor tama?o, y Espa?a tiene mayor porcentaje de pymes que otros pa¨ªses¡±. Este sistema provincial es ¡°en una parte significativa heredera del sistema de relaciones laborales preconstitucional¡±, agrega Sim¨®n. ¡°La negociaci¨®n colectiva se generaliz¨® a lo largo de la d¨¦cada de los sesenta, tras la aprobaci¨®n de la Ley de Convenios Colectivos de 1958 y ese proceso vino acompa?ado de una elevada descentralizaci¨®n, alcanzando una gran importancia los convenios sectoriales de ¨¢mbito provincial en detrimento de los convenios nacionales¡±, a?ade.
La presidenta del comit¨¦ de Zara y representante de CIG-Servizos (Confederaci¨®n Intersindical Galega), Carmi?a Naveira, tambi¨¦n defiende los acuerdos territorializados. Las trabajadoras de su empresa acaban de lograr un acuerdo para establecer un salario m¨ªnimo de 18.000 euros anuales en toda Espa?a, pero siguen aplicando tablas salariales diferentes en cada provincia en funci¨®n del acuerdo sectorial. ¡°No es igual el coste de la vida en Galicia que en C¨¢ceres en Madrid o en Barcelona. Hay diferencias que est¨¢ bien que se tengan en cuenta, y entiendo que condicionen las tablas salariales, pero tambi¨¦n es importante asegurar un m¨ªnimo global, como hemos hecho nosotras¡±, comenta.
Como el catedr¨¢tico de la Universidad de Alicante, Luj¨¢n reconoce que este sistema genera paradojas, que no haya una correlaci¨®n exacta entre el coste de la vida en cada provincia y los salarios, pero cree que, por lo general, es positivo para el trabajador: ¡°Lo importante es conseguir un suelo y mejorar escal¨®n a escal¨®n. Empezando por el salario m¨ªnimo, ir acuerdo a acuerdo en cada nivel que consolide cada vez m¨¢s las condiciones de los trabajadores¡±. ¡°L¨®gicamente¡±, contin¨²a, ¡°donde haya m¨¢s fuerza sindical las condiciones ser¨¢n mejores. Puede que en una provincia no se den las condiciones y el acuerdo sectorial sea peor, pero ah¨ª debe estar el acuerdo estatal para asegurar un m¨ªnimo. Hay empresas a cuyos trabajadores no les preocupa ni el convenio provincial, ni el estatal, ni el salario m¨ªnimo, porque tienen un buen acuerdo a nivel de empresa¡±.
Cuando alguna negociaci¨®n se encalla, unos escalones se solapan con otros. As¨ª, el gran incremento del salario m¨ªnimo de los ¨²ltimos a?os (del 47% desde 2018) ha hecho que muchas tablas queden muy desactualizadas. Muchos convenios siguen recogiendo salarios anuales de 12.000 o 13.000 euros anuales, a pesar de que el salario m¨ªnimo es de 15.120. Los trabajadores cuyas categor¨ªas est¨¢n por debajo de esta cifra cobran el salario m¨ªnimo, diga lo que diga el convenio. Un reciente estudio de UGT identificaba un centenar de convenios estatales en los que se da este problema. Otra circunstancia extra?a que se deriva del bloqueo en muchas negociaciones es que algunos jefes cobran lo mismo que sus subordinados: el SMI no solo rebasa las categor¨ªas inferiores, en algunos acuerdos ha terminado alcanzando a los puestos de responsabilidad.
?C¨®mo funciona en otros pa¨ªses?
Seg¨²n las cifras del Ministerio de Trabajo de enero, las condiciones laborales del 55% de los trabajadores se regulan mediante convenios sectoriales provinciales o auton¨®micos. Otro 36,49% depende de convenios estatales y solo un 6,31% est¨¢ sujeto a convenios de empresa. Este escenario es parecido al de otros pa¨ªses europeos, pero contrasta con otras naciones que componen la OCDE. ¡°En dos tercios de la OCDE los convenios predominantes son a nivel de empresa. El nivel intermedio (sectorial) es solo habitual en Europa¡±, explica Mart¨ªnez. Justifica esta afirmaci¨®n aludiendo al siguiente gr¨¢fico, recogido en un informe de la OCDE de 2019.
¡°El elevado peso de convenios de ¨¢mbito territorial infranacional, como los convenios provinciales en el caso espa?ol, es bastante infrecuente en pa¨ªses de nuestro entorno. Aunque existen en pa¨ªses como Alemania y, de forma menos relevante en otros como Austria o Grecia, lo m¨¢s habitual en los modelos donde predominan los convenios sectoriales es que estos sean de ¨¢mbito nacional¡±, abunda Sim¨®n. ¡°Una diferencia notable¡±, contin¨²a Mart¨ªnez, ¡°es la eficacia de los convenios: mientras en Espa?a es eficacia general autom¨¢tica erga omnes (los convenios afectan a todos los trabajadores de una regi¨®n o sector) en otros pa¨ªses (la mayor parte) es limitada. Solo afecta a aquellos sectores o empresas que los suscriben. Por tanto, el grado de cobertura es mucho menor y no hay pr¨¢cticas de extensi¨®n tan habituales como en Espa?a, donde los convenios de unas regiones o sectores se extienden a otros¡±.
Estas ideas conducen a otros debates, diferentes pero conceptualmente parecidos. ¡°Hay sugerencias que apuntan a que deber¨ªa diferenciarse el salario m¨ªnimo por tramos de edad, por ejemplo, o regiones, precisamente para que no afecte del mismo modo a distintos colectivos expuestos de distinta manera al desempleo. Asimismo, tambi¨¦n se insiste en la necesidad de descentralizar m¨¢s la negociaci¨®n colectiva, para que no se comprima tanto la distribuci¨®n salarial (como ocurre en Espa?a) y responda m¨¢s a las diferencias de productividad¡±, abunda la profesora de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. ¡°En Italia, donde los convenios son nacionales¡±, a?ade Sim¨®n, ¡°existen an¨¢lisis que muestran que la imposibilidad de introducir una diferenciaci¨®n salarial entre el norte y el sur en los convenios es un motivo significativo del mayor desempleo que se da en la Italia meridional, donde los niveles de productividad son m¨¢s reducidos. Esta misma circunstancia se da en el caso del salario m¨ªnimo en Espa?a, ya que los an¨¢lisis emp¨ªricos existentes a d¨ªa de hoy sugieren que, si bien el mismo tiene un impacto distributivo muy positivo, sus fuertes aumentos recientes tambi¨¦n implican muy seguramente un coste de oportunidad en t¨¦rminos de un menor nivel de empleo y que este fen¨®meno es mayor en provincias con salarios bajos, donde el salario m¨ªnimo est¨¢ m¨¢s cercano al salario medio o mediano¡±. Los sindicatos rechazan esta posibilidad respecto al salario m¨ªnimo porque, entonces, dejar¨ªa de actuar como suelo salarial global.
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