Escriv¨¢, el ministro tuitero
El responsable de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones contesta a sus detractores con extensos hilos en Twitter. Normalmente son explicaciones t¨¦cnicas sosegadas, pero a veces critica la ¡°ignorancia¡± en los argumentos contra ¨¦l
Por lo general, la gesti¨®n de la cuenta de Twitter de Jos¨¦ Luis Escriv¨¢ es parecida a la de sus compa?eros del Gobierno. El ministro de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones tuitea fotos de sus encuentros con responsables gubernamentales extranjeros, v¨ªdeos de sus intervenciones en el Congreso o enlaces ...
Por lo general, la gesti¨®n de la cuenta de Twitter de Jos¨¦ Luis Escriv¨¢ es parecida a la de sus compa?eros del Gobierno. El ministro de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones tuitea fotos de sus encuentros con responsables gubernamentales extranjeros, v¨ªdeos de sus intervenciones en el Congreso o enlaces a entrevistas con medios de comunicaci¨®n. Pero, de vez en cuando, Escriv¨¢ abandona esta estrategia conservadora en redes sociales, la m¨¢s frecuente entre los responsables institucionales. Entonces es cuando contesta a usuarios de Twitter (especialmente a los detractores), ya sea con tuits sueltos o con extensos hilos (mensajes encadenados, dado el l¨ªmite de 280 caracteres por tuit). Otros ministros responden a las cr¨ªticas de forma velada, especialmente cuando quien rebate no es pol¨ªtico: ¨¦l, sin embargo, replica a los economistas que cuestionan sus reformas, tengan o no carn¨¦ de alg¨²n partido, a trav¨¦s de retuits con cita. Es decir, comparte el mensaje del que muestra una opini¨®n contraria a la suya, acompa?ado de su propio comentario. ¡°Querido¡±, dice Escriv¨¢ para empezar algunos de estos tuits.
El anterior es un ejemplo reciente, en el que el ministro contesta a Luis Puch, catedr¨¢tico de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Complutense de Madrid e investigador del Instituto Complutense de An¨¢lisis Econ¨®mico (ICAE). ¡°Me gusta que sea muy activo en redes mostrando sus datos y explicando sus an¨¢lisis¡±, indica Puch a EL PA?S. ¡°Es bueno que haya comunicaci¨®n, que se pueda dar una discusi¨®n econ¨®mica con unos est¨¢ndares rigurosos. Todo lo que sea subir un poco el nivel de la conversaci¨®n me parece muy bien. En eso felicito al ministro. No est¨¢ en una posici¨®n f¨¢cil y es valiente explicarse as¨ª¡±, a?ade. En el hilo a partir del tuit de Puch Escriv¨¢ opina sobre afiliaci¨®n a la Seguridad Social. En otras ocasiones aborda otros asuntos como salarios y productividad o tendencias de algunos mercados.
Fuentes de su departamento indican que estos tuits, m¨¢s pedag¨®gicos, interpelando a otros usuarios y con datos de por medio, son obra del ministro. Es habitual que los gabinetes de los responsables pol¨ªticos publiquen en sus cuentas de Twitter, y as¨ª sucede en el caso de Escriv¨¢ con muchos de los tuits de marcado car¨¢cter institucional. Pero intercambios como el anterior son obra del ministro, que cuenta con 39.000 seguidores en esta red social.
¡°Es una muy buena gesti¨®n de Twitter¡±, opina Susana P¨¦rez, especialista en comunicaci¨®n digital y profesora en la Facultat de Comunicaci¨® Blanquerna. ¡°Defiende con argumentos su gesti¨®n, con objetivos claros y marcando un perfil totalmente profesional. Ser¨ªa plato de buen gusto encontrarnos con esto m¨¢s a menudo¡±, opina esta experta. Es una visi¨®n parecida a la de Santiago Castelo, de la consultora de comunicaci¨®n estrat¨¦gica Ideograma y doctor en comunicaci¨®n por la Universidad Pompeu Fabra. ¡°Creo que as¨ª refuerza la identidad de ministro experto, al que le precede una trayectoria que le faculta para opinar de temas complejos. Utiliza un tono pedag¨®gico que entiende el p¨²blico general y con muy buena visualizaci¨®n de datos. Carteras como la que dirige Escriv¨¢ exigen un plus, hablar de temas en los que no siempre est¨¢n c¨®modos los pol¨ªticos. Y ¨¦l no solo lo hace, adem¨¢s accede a debatir sobre ello, se expone y lo explica¡±.
El perfil profesional al que aluden P¨¦rez y Castelo retrae a Escriv¨¢ a su etapa anterior a la pol¨ªtica. Trabaj¨® en el servicio de estudios del Banco de Espa?a, fue asesor en el Instituto Monetario Europeo y desempe?¨® el cargo de jefe de la divisi¨®n de Pol¨ªtica Monetaria del Banco Central Europeo. En el sector privado destaca su paso por BBVA, entre 2004 y 2012, como economista jefe y director del servicio de estudios. Adem¨¢s, fue el primer presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), desde 2014. Algunos de los an¨¢lisis que realiz¨® en esos periodos han servido como argumento a sus cr¨ªticos durante el debate sobre la reforma de las pensiones y tras su aprobaci¨®n, especialmente en lo referente a la subida de las cotizaciones, que ha consolidado la nueva norma y que el ministro rechaz¨® en algunos de sus textos anteriores.
Bronca
Tanto los principales expertos en pensiones del pa¨ªs como la mayor¨ªa de economistas consultados por los medios de comunicaci¨®n han criticado la reforma, que catalogan como insostenible y que no aborda convenientemente el reto del envejecimiento. Aunque lo cierto es que los sindicatos, con los que el Gobierno pact¨® la reforma, s¨ª han aplaudido la nueva norma, que aumenta los ingresos del sistema y eleva las pensiones de los m¨¢s vulnerables. ¡°Muchos de los cr¨ªticos y analistas que firman esos informes se llevan equivocando los ¨²ltimos 20 a?os en sus proyecciones y algunos, adem¨¢s, fueron autores de la reforma de 2013, que tampoco es que haya sido estudiada como un caso de ¨¦xito¡±, contest¨® el ministro en una entrevista con este peri¨®dico. Este debate se ha terminado trasladando a Twitter, con el particular estilo de Escriv¨¢ en esta red social, chocando con fuerza con algunos de estos expertos cr¨ªticos. Entre ellos, el economista y experto en longevidad Jos¨¦ A. Herce, con quien el ministro intercambi¨® pareceres a cuenta de la reforma de las pensiones el pasado 29 de marzo. ¡°Los entusiastas de las pensiones llevan tres d¨¦cadas comprometiendo la sostenibilidad del sistema¡±, escribi¨® Herce en Twitter. Escriv¨¢ le respondi¨®: ¡°Querido Herce, me he quedado corto...¡±, y le critic¨® su propuesta de 1996 de pasar a un sistema de capitalizaci¨®n de las pensiones.
En ocasiones, la conversaci¨®n ha escalado a t¨¦rminos m¨¢s gruesos, cuando el ministro ha empleado las palabras ¡°ignorancia¡± o ¡°soberbia¡± contra algunos de sus detractores. En verano del a?o pasado tuvo una discusi¨®n en esos t¨¦rminos con el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez, profesor de la Universidad de Alcal¨¢, a cuenta de los datos de afiliaci¨®n.
¡°No me sorprende este comportamiento de Escriv¨¢ porque le conozco desde hace muchos a?os. Acusa de ignorancia y de soberbia en cuanto se le lleva la contraria. Parece que le molesta cuando no se coincide en el an¨¢lisis con ¨¦l. Tolera muy mal la cr¨ªtica¡±, indica D¨ªez. Episodios como este, en opini¨®n de Castelo, son una falla en la estrategia comunicativa de Escriv¨¢ en redes: ¡°Por lo general, en Twitter tiene un tono pedag¨®gico y refuerza su imagen, pero a veces hace un uso un tanto exagerado de la pol¨¦mica. Utiliza algunos adjetivos que pueden sobrar. En un repaso a su cuenta en redes se ve que no son habituales, pero este tipo de mensajes creo que no le son favorables¡±.
El ministro ha intercambiado tuits parecidos con el medi¨¢tico economista Daniel Lacalle, que form¨® parte de la candidatura del PP en las primeras elecciones generales de 2019.
¡°A m¨ª me parece estupendo que el ministro participe en debates en Twitter y use esta red social para explicarse, sobre todo si cree que se ha compartido informaci¨®n incorrecta. El problema que tiene Escriv¨¢ son las formas. Una cosa es que te diga que algo es incorrecto y otra que te acuse, siendo ministro y desde su cuenta oficial, de ignorancia o de no tener ni idea. No me parece normal que lo haga un ministro al que le pagamos el sueldo. El tono debe ser acorde a la institucionalidad de su cargo¡±, reflexiona Lacalle.
El experto en comunicaci¨®n estrat¨¦gica de Ideograma identifica dos almas en Escriv¨¢: ¡°La de ministro experto y la de ministro pele¨®n; la primera es la m¨¢s habitual y le refuerza, la segunda es menos com¨²n y no le favorece¡±, insiste.
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