Dos generaciones atrapadas por los precios de la vivienda
Cristina Ben¨ªtez, que envi¨® una carta a EL PA?S contando su situaci¨®n, vive todav¨ªa en casa de su padre, a pesar de llevar cinco a?os casada, para ayudarlo a pagar la hipoteca
En 2001 un aut¨®nomo de la construcci¨®n pidi¨® una hipoteca a 40 a?os para comprarse una casa en su pueblo (Llucmajor, Baleares). Han pasado 22 a?os y ahora su hija comparte la carga de pagarla. En poco m¨¢s de 150 palabras, Cristina Ben¨ªtez confi¨® a las Cartas a la Directora de EL PA?S una peque?a historia: Casarte y seguir viviendo con tus padres. A sus 32 a?os, lleva cinco casada, reside en el domicilio familiar y no puede permitirse vivir sola con su pareja pese a qu...
En 2001 un aut¨®nomo de la construcci¨®n pidi¨® una hipoteca a 40 a?os para comprarse una casa en su pueblo (Llucmajor, Baleares). Han pasado 22 a?os y ahora su hija comparte la carga de pagarla. En poco m¨¢s de 150 palabras, Cristina Ben¨ªtez confi¨® a las Cartas a la Directora de EL PA?S una peque?a historia: Casarte y seguir viviendo con tus padres. A sus 32 a?os, lleva cinco casada, reside en el domicilio familiar y no puede permitirse vivir sola con su pareja pese a que ambos trabajan. Su sueldo y el de su marido son la red de apoyo que sostiene aquella hipoteca a 40 a?os de renta variable y el alquiler de sus suegros en paro. Ella resume su situaci¨®n en una frase: ¡°Todos tenemos que contribuir a mantenernos entre todos¡±.
¡°Nuestros padres han envejecido, la situaci¨®n econ¨®mica ha empeorado y ahora somos nosotros los que tenemos que contribuir a la econom¨ªa familiar¡±. Ben¨ªtez y su pareja son la garant¨ªa para que sus familiares conserven un lugar en el que vivir en una de las zonas con los precios m¨¢s tensionados de todo el territorio nacional. ¡°En nuestro caso la vivienda es un factor superdeterminante, si fuera m¨¢s asequible quiz¨¢ s¨ª se podr¨ªan mantener ellos y nosotros podr¨ªamos optar a esa independencia¡±. Lo cuenta en una llamada telef¨®nica, con sorpresa, porque no esperaba que su historia tuviese repercusi¨®n.
Es m¨¢s com¨²n pensar en padres que realojan a sus hijos o que avalan pr¨¦stamos para ayudar a sus descendientes. De hecho, en Espa?a la edad media a la que los j¨®venes se emanciparon en 2022 es de 30,3 a?os. Casi cuatro a?os m¨¢s que la media europea, situada en los 26,4 a?os, seg¨²n Eurostat. Pero no es el caso. ¡°Mi padre es aut¨®nomo y no factura bien como para mantenerse solo. Mi hermana peque?a ha estudiado Psicolog¨ªa, le cuesta mucho encontrar un trabajo, y mis suegros ¡ªambos mayores de 50 a?os¡ª no encuentran empleo¡±. Adem¨¢s de la vivienda, el paro y unos tipos de inter¨¦s que empujan su hipoteca hasta los 800 euros, ponen a prueba las cuentas familiares.
Despu¨¦s de que su texto se publicara, las redes sociales, como suele ser habitual, se llenaron de opiniones. Compartir esta experiencia vital en pleno debate sobre la ley de vivienda ha puesto sobre la mesa el tema de la emancipaci¨®n juvenil y ha elevado al pat¨ªbulo de las redes la discusi¨®n sobre c¨®mo debe hacerse: ¡°Se vive muy bien con tus padres¡±; ¡°pues comparte piso¡±; ¡°yo trabaj¨¦ hasta ahorrar la entrada de mi hipoteca¡±; ¡°es mejor que te paguen las facturas los dem¨¢s¡±, comentaban algunos usuarios en Twitter.
¡°Quiero dejar claro que se puede encontrar una vivienda con dos salarios, incluso con las dificultades que hay en Palma, siempre que no tengas que dedicar demasiado dinero a otras cosas¡±. Baleares es una de esas ¨¢reas tensionadas en las que los alquileres se han disparado en los ¨²ltimos a?os. De hecho, es la tercera comunidad que m¨¢s ha sufrido este fen¨®meno despu¨¦s de Barcelona y Madrid. Seg¨²n el portal inmobiliario Fotocasa, el precio de compra por metro cuadrado es de 3.638 euros y el de alquiler de 16. ¡°Hemos mirado pisos, el que m¨¢s nos encajaba eran 50 metros cuadrados por 800 euros, pero mantener con dos sueldos tres unidades familiares es m¨¢s que suficiente. Para cuatro no nos da¡±.
Los sueldos de esta pareja est¨¢n por encima del salario m¨ªnimo interprofesional (SMI). ¡°Yo cobro poco m¨¢s del SMI, pero mi marido, que es ingeniero, cobra m¨¢s. Aun as¨ª, nuestra capacidad de ahorro es nula¡±, apunta. Para ella, algo tan vital como tener una casa no deber¨ªa suponer una incertidumbre constante. ¡°Que te puedas pagar una vivienda no quiere decir que sea asequible¡±, comenta. El coste de los inmuebles nuevos se increment¨® en Espa?a un 7,1% en 2022, su mayor impulso desde 2007. En cuanto a los alquileres, la alta demanda y la oferta limitada los han empujado el a?o pasado por encima del 11%, seg¨²n datos de los portales inmobiliarios Idealista y Fotocasa.
Ben¨ªtez cuenta que hubo un momento en el que las dificultades econ¨®micas comenzaron a manifestarse de manera m¨¢s clara: ¡°Desde la crisis de 2008 mi padre ya no ha podido afrontar los gastos como antes¡±. Sobre c¨®mo le ha condicionado la vida tener que quedarse en la casa familiar, confiesa: ¡°Pues es agridulce. Por supuesto que frustra los planes, pero en cierta forma hay recompensa porque sabes que ayudas¡±.
La gran crisis cambi¨® las reglas para Cristina y su familia, que comenzaron a ver la vivienda como una preocupaci¨®n, pero tambi¨¦n para mucha m¨¢s gente. El profesor de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona Juan Antonio M¨®denes explica que antes de que estallase a burbuja inmobiliaria, el acceso a una vivienda por parte de los j¨®venes se ve¨ªa favorecido por una oferta potente, por la facilidad de cr¨¦dito y por la disponibilidad de ayuda econ¨®mica por parte de las redes familiares. Para M¨®denes la crisis inmobiliaria ¡°arras¨® con ese modelo¡±. En cambio, la urdimbre de apoyo mutuo parece resistir.
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