Los ministros europeos y latinoamericanos buscan concretar inversiones prometidas por la UE

La Uni¨®n Europea y los pa¨ªses latinoamericanos quieren traducir a hechos concretos los 45.000 millones de euros que el bloque comunitario prometi¨® en inversiones en la cumbre de l¨ªderes el pasado julio. Los ministros de Econom¨ªa y Finanzas de ambas partes se re¨²nen este viernes en Santiago de Compostela para poner letra a la m¨²sica que son¨® en Bruselas hace dos meses. Fuentes de la propia organizaci¨®n del encuentro as¨ª lo apuntan, y se?alan que es el momento de ir aterrizando lo que el propio presidente de Brasil, Luis Inazio Lula da Silva, calific¨® como ¡°tremendo ¨¦xito¡± nada m¨¢s acabar aquel encuentro.

El objetivo es dar un paso m¨¢s en la hoja de ruta dise?ada en la capital comunitaria en la Cumbre UE-Celac, en la que se acordaron cerca de 130 puntos sobre los que ambos bloques deb¨ªan comenzar a trabajar. Los ejes sobre los que desarrollar¨¢n las conversaciones versan sobre la promoci¨®n de la seguridad alimentaria, la lucha contra la deforestaci¨®n en territorios como la Amazonia y la apuesta por las energ¨ªas verdes.

Como ya sucediera en julio, el empe?o que ha puesto la UE en este encuentro revela el inter¨¦s recobrado del Viejo Continente por Am¨¦rica Latina, empujado por la nueva situaci¨®n geopol¨ªtica (por ejemplo, por la invasi¨®n de Ucrania por Rusia o la pujanza de China) y las necesidades de la transici¨®n medioambiental y digital (materias primas). Esta ocasi¨®n, la responsabilidad de la organizaci¨®n ha reca¨ªdo en Espa?a, por ser el pa¨ªs que ostenta la presidencia de turno del Consejo de la UE, y otra vez las cifras vuelven a mostrar la inusual dimensi¨®n del encuentro: la reuni¨®n prev¨¦ la participaci¨®n de 60 pa¨ªses de las dos regiones (los 27 de la UE y 33 de la Celac), que representan en torno al 14% de la poblaci¨®n y el 21% del PIB mundial, seg¨²n los datos de fuentes de la propia organizaci¨®n.

Pero todo no son buenas palabras entre la UE y Latinoam¨¦rica, donde han resurgido de nuevo las cr¨ªticas al reglamento contra la deforestaci¨®n de la UE, que entr¨® en vigor a comienzos del verano. Este documento legal proh¨ªbe la entrada en territorio comunitario de productos confeccionados con madera procedentes de zonas deforestadas. La medida, argumentan los propios responsables europeos, busca frenar la deforestaci¨®n en el mundo y que la industria europea compita en condiciones de igualdad en su propio mercado. Pero desde la otra parte se apunta que esta actuaci¨®n, igual que otras como la del control del carbono en frontera, se ven como medidas proteccionistas y, en cierto modo, coloniales.

Reducir la pobreza

En un texto difundido por el Ministerio de Exteriores brasile?o se criticaba que la norma cuenta con un ¡°car¨¢cter punitivo y discriminatorio¡±. ¡°Los peque?os productores pueden terminar excluidos de las cadenas de valor internacionales, no porque hayan deforestado sus tierras, sino por su incapacidad para cumplir con los estrictos requisitos impuestos¡±, indicaba la carta. Ese documento lo suscribieron 10 pa¨ªses latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, M¨¦xico, Paraguay, Per¨² y Rep¨²blica Dominicana), a Indonesia (que cuenta con uno de los mayores bosques tropicales del mundo), Costa de Marfil, Ghana, Malasia, Nigeria y Tailandia.

La inversi¨®n prometida por la UE en julio surgi¨® como una visi¨®n para tratar de reducir el impacto de la pobreza y la desigualdad en el territorio latinoamericano, azotada por ambas problem¨¢ticas. La regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe cuenta con el mayor nivel de desigualdad del mundo, seg¨²n los datos de CAF, que apuntan a que su ¨ªndice de Gini es un 15% superior a la segunda regi¨®n m¨¢s desigual, ?frica Subsahariana, superando el dato del 45%. El ¨ªndice, que mide la desigualdad en un territorio, pone el bar¨®metro entre el 0 (la perfecta igualdad) y el 100 (la m¨¢xima desigualdad).

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