Vivienda enloquecida
Tendr¨ªa sentido primar la autorregulaci¨®n de precios de los privados sobre la constricci¨®n p¨²blica, para el alquiler asequible que la nueva ley fomenta
El drama de la vivienda se agrava (en lo inmediato), en vez de amortiguarse (quiz¨¢ a la larga). El alquiler medio aument¨® en Barcelona el ¨²ltimo a?o (a final de julio) un 12,7%, seg¨²n el Instituto Catal¨¢n del Suelo (Incasol). Subi¨® a 1.123 euros, el 41% del salario medio local, 43 ...
El drama de la vivienda se agrava (en lo inmediato), en vez de amortiguarse (quiz¨¢ a la larga). El alquiler medio aument¨® en Barcelona el ¨²ltimo a?o (a final de julio) un 12,7%, seg¨²n el Instituto Catal¨¢n del Suelo (Incasol). Subi¨® a 1.123 euros, el 41% del salario medio local, 43 euros m¨¢s que SMI.
Son las cifras m¨¢s exactas y actuales, pues reflejan las fianzas mensuales que pagan los inquilinos y depositan obligatoriamente los propietarios.
Pero concuerdan bastante con los portales Idealista y Fotocasa (que recogen precios ofertados, no cerrados). En igual periodo, el alquiler aument¨® en Catalu?a un 9,7%; para un 9,5% en la CAM-Madrid (seg¨²n Fotocasa, en agosto; 10,9%, seg¨²n Idealista). Menos que en Baleares y Canarias, pero en mercados m¨¢s amplios.
O sea: son precios desbordados. En el caso barcelon¨¦s ¡ªlaboratorio por sus datos y por el empe?o de intervenci¨®n¡ª destaca un dato. Los contratos formalizados en el segundo trimestre fueron 10.238, un 10% menos que un a?o antes. Cifra consistente con la reducci¨®n de la oferta, tambi¨¦n del 10%, detectada por EsadePol (Efectos de la limitaci¨®n de precios de los alquileres en Catalu?a, febrero 2023).
De ese estudio sobresale la conclusi¨®n de que durante la etapa en que Catalu?a tuvo topes legales (septiembre 2020 a abril 2022) s¨ª se activ¨® la limitaci¨®n de precios del alquiler. La rebaja del precio agregado fue del 5%. Pero se concentr¨® en los pisos m¨¢s caros. Los baratos, ay, subieron. Ese periodo se mezcl¨® con la crisis pand¨¦mica. Habr¨¢ que analizarlo todo con pinzas.
Pero no por ello deja de plantear interrogantes sobre la eficacia social de los topes. La actual subida de alquileres podr¨ªa dar razones a sus partidarios: como ya no est¨¢n en vigor, los precios se disparan. Pero tambi¨¦n a sus detractores, pues sin duda se descuenta la expectativa de topes inminentes, previamente a que se fijen los ¨ªndices de ¡°mercados tensionados¡±, condici¨®n para que se reimplanten los l¨ªmites.
La ca¨ªda del n¨²mero de contratos abona esa tesis. Reforzada por el alza de los contratos de alquiler por temporada, con plazos inferiores a 12 meses.
Y muchas autonom¨ªas militan contra el l¨ªmite de precios. Quiz¨¢ mejor enfatizar los consorcios p¨²blico-privados, tambi¨¦n hijos de esa ley. En todo caso, partidarios y detractores de los topes coinciden en que el gran problema de este mercado es la escasa oferta. Es cierto que la construcci¨®n de vivienda protegida en alquiler empieza a reactivarse. Su construcci¨®n crece un 80% tras 10 a?os estancada (La Vanguardia, 12 de octubre). Pero va lenta.
Por eso, tendr¨ªa sentido primar la autorregulaci¨®n de precios de los privados sobre la constricci¨®n p¨²blica, para el alquiler asequible que la nueva ley fomenta. Y la reconversi¨®n urgente de oficinas en pisos familiares, cuantificable en 28.000 unidades inmediatas (Negocios, 8 de octubre).
O la rehabilitaci¨®n de tiendas como viviendas: quiz¨¢ en parecida cantidad en las dos capitales, que acreditan un cierre definitivo de comercios cercano a las 14.000 unidades cada una. Sin contar el resto.
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