Espa?a se rompe
No concuerda sostener que el pa¨ªs se hunde por culpa de los catalanes, del sanchismo o de la eventual amnist¨ªa; y al mismo tiempo, que no se requieren medidas pol¨ªticas para encauzar la cuesti¨®n catalana

Los del lema Espa?a se rompe repiten, a la inversa id¨¦ntica, el enfrentamiento que gener¨® el proc¨¦s. Con diferencias de estilo. Su innovaci¨®n literaria es rala: al m¨¢ximo, parlotean de que el pa¨ªs se hunde, o que se quiebra el principio de igualdad; y su capacidad movilizadora, mediocre.
Y no solo porque ayer congregaran en el Passeig de Gr¨¤cia (como en la feij¨®oada preinvestidura de la calle de G¨¦nova) a menos de la mitad que los de Diada, seg¨²n la misma fuente, la Guardia Urbana: 50.000 frente a 115.000, pese al fren¨¦tico flete de autobuses. Sino porque los indepes zarandearon a?o tras a?o la convivencia con m¨¢s teatralidad pl¨¢stica, columnas, v¨ªas, cordadas, c¨¢nticos, urnas aparecidas por sorpresa m¨¢gica.
Pero los argumentos compiten en vacuidad. El Estado espa?ol no era una autocracia opresora, como dramatizaba el secesionismo, seg¨²n ya va comprobando de medida de gracia en medida de gracia, todas merced a una democracia consolidada.
Y la Espa?a quebrada se mantiene entera. La ¨²nica ruptura es la de la l¨®gica: no concuerda sostener que el pa¨ªs se hunde por culpa de los catalanes, del sanchismo o de la eventual amnist¨ªa; y al mismo tiempo, que no se requieren medidas pol¨ªticas para encauzar la cuesti¨®n catalana, pues no hay conflicto ni conflictos, y si los hay se resuelven por s¨ª solos. Y que sobra con el imperio de la ley, con m¨¢s ¨¦nfasis en el imperio que en la ley.
Donde ambos polos sintonizan es en el tri¨¢ngulo perverso de: a) priorizar la movilizaci¨®n callejera, b) minimizar el debate de ideas, o simplemente ahogarlo, y c) negar la cualidad de rival al competidor y atribuirle la de enemigo, convirtiendo al discrepante en disidente y, si se tercia la ocasi¨®n, ridiculiz¨¢ndole.
En la construcci¨®n y desarrollo de ese tri¨¢ngulo, el empleo del insulto no es an¨¦cdota, sino categor¨ªa. Los del Espa?a se rompe menudean el uso de ¡°traidor¡±, ¡°fel¨®n¡±, ¡°antiespa?ol¡± o ¡°filoterrorista¡± (am¨¦n de chantajista, espurio, sofista y tantas otras cortes¨ªas). Los del proc¨¦s unilateralista abundaban en el ¡°traidor¡±, ¡°botifler¡±, ¡°anticatal¨¢n¡± (tambi¨¦n judas, quintacolumnista o antipatriota). N¨®tese la omnipresencia de la ¡°traici¨®n¡±, un concepto tan ligado al del ¡°honor¡±, esas formulaciones tan precapitalistas y tan propias del Siglo de Oro, el de la Contrarreforma.
La v¨ªctima de los pretendidos odiadores ¡ªaunque a veces no pasan de ignaros, asociales o poco emp¨¢ticos¡ª es la mayor¨ªa. Que propende a la tolerancia, al respeto constitucional, al autonomismo o al federalismo, a la convivencia y a la reconciliaci¨®n si esa flaquea. Y que prefiere debatir a gritar. Los dos n¨²cleos polarizados tienden a crearle un mismo clima irrespirable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.