Los catalanes ante los bancos
La concentraci¨®n bancaria estrangular¨ªa a¨²n m¨¢s la competencia que en el conjunto, ya hay un 46% de los municipios de la comunidad sin cajero autom¨¢tico, reza el informe 2022 de la Autoritat Catalana de la Compet¨¨ncia.
Un banco es un fajo de n¨²meros y un prop¨®sito profesional. Pero tanto o m¨¢s, es su destinatario, la clientela: el entorno al que sirve, un tablero socioecon¨®mico, su tejido territorial. El de Sabadell es, am¨¦n de sus m¨¢s recientes v¨ªnculos valencianos, una urdimbre con Catalu?a, su empresariado: ?sus pymes!. Tambi¨¦n es una trama hist¨®rica de complicidades desde que naci¨® en 1881.
Entrado este siglo los catalanes parec¨ªan haber saldado su atribulada trayectoria financiera. Con dos palancas. Una, la decena de cajas de ahorro especializadas en familias, vivienda, consumo. Otra, dos entidades fuertes: la mayor de aquellas cajas, convertida en banco (Caixabank, en 2011) as¨ª como un banco de origen local y textil-lanero, el Sabadell, mete¨®ricamente catapultado, mediante 14 absorciones en pocos a?os, a cuarto grupo bancario espa?ol.
Antes de eso, hubo pesares en los dos subsectores, bancos y cajas. Catalu?a, que ¡°comenz¨® construyendo muy adecuadamente sus instrumentos financieros hasta el inicio¡± del siglo XX, ¡°vio despu¨¦s a trav¨¦s de quiebras muy famosas¡± ¨Cla peor, el desplome del gigante Banco de Barcelona en 1920--,¡±c¨®mo los instrumentos financieros de acumulaci¨®n y direcci¨®n se le escurr¨ªan de los dedos¡±, escrib¨ªa Joan Sard¨¤ en 1967 al prologar ¡°L¡¯aptitud financera de Catalunya¡±, de Jacint Ros y Antoni Montserrat. La empresa privada hab¨ªa quedado seca en pr¨¦stamos: ¡°Nuestra industria est¨¢ en un c¨ªrculo vicioso; no se ampl¨ªa porque no tiene cr¨¦dito; no lo tiene porque es demasiado peque?a para merecerlo¡±, lamentaba cuarenta a?os antes Rom¨¤ Perpiny¨¤ i Grau. Y sigui¨® siendo cierto largos decenios.
Esta memoria hist¨®rica sigue operando en el subconsciente colectivo. Como la credibilidad de la Caixa desde la guerra civil, cuando oper¨® en ambas zonas y al acabarse honr¨® todos sus compromisos, incluidos los dep¨®sitos en pesetas republicanas. ?Solo n¨²meros? S¨ª, claro, pero organizados en prop¨®sito, y para una utilidad.
Las entidades de ahorro deb¨ªan competir con la banca con cors¨¦s legales m¨¢s estrechos. Sobre todo hasta 1978. Pese a ello, se expandieron en Catalu?a ¨Cy m¨¢s all¨¢-- a nivel alem¨¢n. Mandaban m¨¢s y m¨¢s en el mercado financiero conjunto: superaban sus dos tercios, por solo cerca de la mitad en el global espa?ol. En 2003 su cuota de oficinas era del 68,23% (por el 52,97% en Espa?a). En 2002, su cuota en dep¨®sitos ascend¨ªa al 70,195 (por el 51,25%); y en cr¨¦ditos, el 53,61% (contra el 45,56%), cifr¨® Joan Cals (El ¨¦xito de las cajas de ahorros, Ariel, 2005). Esta hegemon¨ªa cajera es clave de su arraigo territorial y social, basado en ¡°facilitar el acceso a los servicios financieros para los colectivos desfavorecidos, apoyo al desarrollo econ¨®mico de la zona de actuaci¨®n y reversi¨®n a la sociedad local de parte de los beneficios obtenidos¡±, subrayaba Cals.
La intenci¨®n del BBVA de adquirir el Sabadell cosecha hoy un recelo adicional entre los catalanes ¨CBilbao y Vizcaya suscitaban admiraci¨®n¡ªno solo por miedo a perder ¡°su¡± banco especializado en pymes. O porque la concentraci¨®n estrangular¨ªa a¨²n m¨¢s la competencia que en el conjunto: ya hay un 46% de los municipios catalanes sin cajero autom¨¢tico, reza el informe 2022 de la Autoritat Catalana de la Compet¨¨ncia. Tambi¨¦n porque la entidad de remoto origen vasco ya ha incorporado a su per¨ªmetro a seis de las nueve cajas del Principado. ?Por qu¨¦ eso erosiona su percepci¨®n social?
La succi¨®n de la mayor¨ªa de las 45 entidades de ahorro espa?olas de 2008 por sus rivales bancarios tras derrumbarse tras la Gran Recesi¨®n de 2008 (sobrexposici¨®n a lo inmobiliario, limitaciones legales, gobernanza desordenada) se realiz¨® sin aut¨¦ntico debate ni digesti¨®n. Esa salida de urgencia dej¨® un dolor oculto, ahora reabierto. M¨¢s agravado en el tablero socioecon¨®mico catal¨¢n. Pues el cuarto banco espa?ol se hab¨ªa consagrado como la segunda gran palanca ¨Cjunto a Caixabank¡ª para saldar la encrucijada de decepciones hist¨®ricas¡ al menos con empate. Hasta ahora.
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