El mutualismo administrativo: imprescindible para el sistema
Muface es el modelo m¨¢s exitoso de colaboraci¨®n p¨²blico-privada en el sector asistencial sanitario nacional
La situaci¨®n cr¨ªtica de la licitaci¨®n de Muface es la consecuencia m¨¢s evidente de la trayectoria de marginalidad dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) que ha caracterizado el devenir de este modelo asistencial sanitario p¨²blico, nacido en 1975. Desde el esfuerzo realizado por Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas en los a?os 90 por garantizar su sostenibilidad, este modelo ha acumulado problemas nunca resueltos: de gobernanza (dependencia de tres ministerios), de coordinaci¨®n (con el resto de las pol¨ªticas sanitarias) y de infrafinanciaci¨®n, con una diferencia negativa entre la financiaci¨®n por persona del SNS y este modelo ¡°p¨²blico¡± que ha superado el 40% durante la mayor parte de su existencia. La suma de estos factores explica el abandono progresivo de muchas de las aseguradoras que han participado en los conciertos en esta larga historia.
De las tres mutualidades administrativas, Muface tiene el colectivo m¨¢s numeroso y m¨¢s envejecido por dos efectos: la congelaci¨®n de las ofertas de empleo p¨²blico durante las crisis econ¨®micas y el abandono obligatorio de beneficiarios j¨®venes al alta en su primer empleo. El envejecimiento aumenta la aparici¨®n de patolog¨ªas, la tendencia a la cronicidad y la frecuentaci¨®n de los servicios, elevando los costes.
Adem¨¢s, tras la pandemia y la inestabilidad geopol¨ªtica, se han producido en el ¨²ltimo concierto (2022-2024) aumentos no ordinarios de los costes, que se explican por el agravamiento de procesos insuficientemente atendidos durante el confinamiento y la postpandemia, y por el impacto de la inflaci¨®n. Estos costes extraordinarios no han sido previstos ni compensados por la financiaci¨®n del concierto, lo que ha aumentado su desequilibrio financiero.
Aun as¨ª, el mutualismo administrativo es el modelo m¨¢s exitoso de colaboraci¨®n p¨²blico-privada en el sector asistencial sanitario nacional. Lo es, porque se articula sobre una modalidad aseguradora, la de asistencia sanitaria, desarrollada en Espa?a durante los 50 a?os de aislacionismo de nuestro pa¨ªs y cimentada en la labor de sus principales agentes aseguradores entonces (igualatorios m¨¦dicos, m¨¦dicos empresarios y otros agentes sanitarios locales), que basaron el aseguramiento en su experiencia profesional, la gesti¨®n de la prestaci¨®n del servicio asistencial, a cambio de la prima. Se especializaron as¨ª en la gesti¨®n de la oferta de coberturas y servicios sanitarios y en el control de los costes asistenciales, lo que se convirti¨® en un factor id¨®neo para esta funci¨®n de colaboraci¨®n con la Administraci¨®n, al ser entidades reguladas, con solvencia econ¨®mica obligada y acreditada experiencia en la gesti¨®n de riesgos.
En esta modalidad aseguradora se han sustentado la solidez y fiabilidad de esta experiencia
En esta modalidad aseguradora se han sustentado la solidez y fiabilidad de esta experiencia. El Estado act¨²a aqu¨ª de regulador, financiador y garante de la equidad del servicio p¨²blico, transfiriendo el riesgo de la variabilidad del gasto sanitario a las aseguradoras, cuya regulaci¨®n y solvencia controlada directamente le garantiza continuidad del servicio y exactitud presupuestaria. Los conciertos recogen y regulan las condiciones a cumplir por las aseguradoras; las coberturas, que son, como m¨ªnimo, las establecidas en la cartera com¨²n del SNS; los procedimientos de acceso; las garant¨ªas de cumplimiento; y la oferta de servicios en todo el territorio nacional. Cada a?o, los mutualistas pueden elegir entre la oferta privada gestionada por las aseguradoras o el dispositivo de gesti¨®n p¨²blica directa del SNS. A lo largo de su existencia, m¨¢s del 80% de los mutualistas han elegido la opci¨®n privada.
Por otro lado, el mutualismo es fundamental para la sanidad privada en gran parte del pa¨ªs. Sin ¨¦l, mucha de la infraestructura privada existente estar¨ªa abocada a una profunda transformaci¨®n, porque la demanda de aseguramiento o provisi¨®n privada directa no tiene el volumen suficiente para garantizar su sostenibilidad. Los servicios sanitarios p¨²blicos auton¨®micos que tambi¨¦n se benefician de esta estructura de provisi¨®n privada para aliviar listas de espera, sin el concurso del mutualismo no tendr¨ªan esa opci¨®n.
Defender la continuidad de este modelo asistencial sanitario, que introduce criterios de gesti¨®n privada en servicios de financiaci¨®n p¨²blica, que ha acreditado resiliencia, flexibilidad, eficiencia y una elevada aceptaci¨®n y valoraci¨®n entre los usuarios, que puede ser un elemento esencial de comparabilidad con la gesti¨®n del dispositivo p¨²blico en los procesos de modernizaci¨®n que precisa el SNS, y que da trabajo a decenas de miles de profesionales, es parte de nuestro compromiso fundacional.
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