As¨ª son las ¡®aulas del futuro¡¯ que aspiran a revolucionar el modelo educativo

En las aulas del colegio SAFA San Luis Gonzaga, en Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz), los alumnos de sexto de Primaria realizaron el curso pasado un proyecto muy especial: construyeron reproducciones de los monumentos m¨¢s importantes de su localidad y programaron un robot que ten¨ªa que moverse entre las diferentes zonas. Para ello, investigaron sobre los cuerpos geom¨¦tricos, aprendieron impresi¨®n 3D y rob¨®tica y descubrieron los mapas de coordenadas. Todo ello junto a compa?eros de otras clases en su reluciente Aula del Futuro, un espacio de aprendizaje en el que la ense?anza tradicional desaparece y da paso a un entorno colaborativo y tecnol¨®gico donde los alumnos investigan, exploran, interact¨²an, desarrollan, crean y presentan. Y se lo pasan en grande.

¡°Se trata de un aula donde los alumnos son los protagonistas y donde son ellos mismos los que van desarrollando su aprendizaje, construyendo el producto final y resolviendo las situaciones que les debe plantear el docente¡±, explica Francisco Javier Quesada, hoy country manager de Genially y hasta el a?o pasado docente del centro mencionado. La acogida de los alumnos, naturalmente predispuestos al cambio, no pudo ser mejor, y su motivaci¨®n solo baj¨® una vez: el d¨ªa que terminaron el proyecto.

El nombre, Aula del Futuro, no es caprichoso ni obedece al simple hecho de juntar en un aula una gran variedad de dispositivos tecnol¨®gicos, sino que tiene su origen en el proyecto Future Classroom Lab, desarrollado por el Consorcio de Ministerios de Educaci¨®n europeos desde 2012. Con esta iniciativa, se pretende reordenar el espacio de aprendizaje atendiendo al desarrollo de habilidades y competencias por parte de los alumnos; y distingue seis zonas diferentes, seg¨²n la actividad que all¨ª se desarrolle: precisamente, investigar, explorar, interactuar, desarrollar, crear y presentar.

En el aula, cada una de esas zonas est¨¢ dotada de recursos espec¨ªficos que van desde pizarras digitales y t¨¢ctiles a dispositivos m¨®viles, c¨¢maras de grabaci¨®n 360, gafas de realidad virtual y mobiliario y materiales destinados a facilitar la investigaci¨®n y el pensamiento computacional. En ella, el profesor pasa de ser un simple transmisor de conocimientos a convertirse, adem¨¢s, en moderador, orientador y gu¨ªa del alumnado durante su aprendizaje.

Un aprendizaje flexible e integrador

Las ventajas de este modelo, apuntan quienes ya lo practican, son importantes: ¡°Hay muchas, pero lo que m¨¢s he notado yo es la autonom¨ªa que consiguen. Al principio, quiz¨¢ no demasiado, por la novedad y porque quieren probarlo y experimentar con todo... Pero las dos horas que est¨¢bamos cada vez que ¨ªbamos las aprovechaban al m¨¢ximo¡±, cuenta Quesada. Tambi¨¦n se dejaba notar un aumento de la motivaci¨®n y una mejora notable en los resultados, ¡°porque el alumno que aprende haciendo, aprende mucho m¨¢s que el que lo hace memorizando¡±, a?ade.

En el mismo sentido se expresa Julio Albalad, director del Instituto de Tecnolog¨ªas Educativas y Formaci¨®n del Profesorado (INTEF), que coordina el proyecto en Espa?a: ¡°Con este tipo de metodolog¨ªas activas, los problemas que podamos tener de falta de inter¨¦s o de motivaci¨®n por parte del alumno desaparecen en muchos de los casos¡±. Las aulas del futuro empezaron a desarrollarse en Espa?a en 2015, y desde entonces se han implementado ya en 95 centros educativos en 15 de las 17 comunidades aut¨®nomas, y formado a 110 embajadores. A su vez, la Red de Aulas del Futuro, impulsada en colaboraci¨®n con diversas empresas y organismos, ha abierto ya aulas piloto para la formaci¨®n de docentes en esta metodolog¨ªa en ocho ciudades (Madrid ¨Cen el propio INTEF¨C, Valencia, Logro?o, Valladolid, Zaragoza, Ceuta, Sevilla y Santa Cruz de Tenerife), con dos m¨¢s, M¨¦rida y Toledo, programadas para los pr¨®ximos meses. ¡°Una vez est¨¦n presentes en todas las comunidades aut¨®nomas [ser¨¢n 20 en total], podremos formar a hasta 6.000 docentes al a?o, e incluso m¨¢s¡±, aventura Albalad.

Se trata, por otro lado, de una metodolog¨ªa especialmente ¨²til a la hora de mantener implicados a los alumnos con necesidades educativas especiales, adem¨¢s de adaptarse f¨¢cilmente a distintos ritmos de aprendizaje: ¡°Hay grupos que van m¨¢s r¨¢pido y otros que van m¨¢s lentos. Al final yo me adaptaba a los ritmos diferentes, porque a lo mejor cuando un grupo estaba todav¨ªa investigando, otro ya estaba creando y algunos incluso pod¨ªan haberlo terminado, lo hab¨ªan mandado a imprimir y estaban ayudando a otros¡±, esgrime Quesada. El docente recuerda c¨®mo muchos d¨ªas ¨¦l pod¨ªa entrar en clase e incluso quedarse en una esquina, porque los alumnos sab¨ªan lo que deb¨ªan hacer.

?C¨®mo se pone en marcha un Aula del Futuro?

Como es l¨®gico, implementar una nueva metodolog¨ªa como esta demanda toda una serie de medidas adicionales que van m¨¢s all¨¢ de la creaci¨®n de un nuevo espacio en los centros educativos: ¡°Requiere de todo un proceso de reflexi¨®n en el que participa todo el centro¡±, afirma Francisco Jes¨²s G¨®mez, docente y director del CEIP Ciudad de Ceuta, en la misma ciudad aut¨®noma. Hoy disponen de dos Aulas del Futuro, una para los alumnos de Primero a Tercero, y otra para los que van de Cuarto a Sexto. Para su implantaci¨®n disponen de lo que se denomina un kit de herramientas, con cinco m¨®dulos que sirven de gu¨ªa a lo largo del proceso:

• Identificaci¨®n de interesados y tendencias en tecnolog¨ªa y educaci¨®n (en Ceuta, por ejemplo, eligieron la rob¨®tica educativa, el pensamiento computacional y el uso de dispositivos m¨®viles).
• Autoevaluaci¨®n y dise?o de espacios.
• Creaci¨®n de situaciones de aprendizaje que evidencien el cambio educativo.
• Dise?o de actividades pedag¨®gicas innovadoras.
• Evaluaci¨®n.

¡°Si queremos formar ciudadanos del Siglo XXI, el aprendizaje centrado en el alumnado, en el que el profesorado es el centro del aprendizaje no es suficiente. La autonom¨ªa, el desarrollo del pensamiento cr¨ªtico, la colaboraci¨®n, la competencia digital, la creatividad¡­ son habilidades que para su adquisici¨®n requieren del empleo de metodolog¨ªas activas¡±, se?ala G¨®mez. ¡°Y, as¨ª, el redise?o de espacios [pueden ser aulas creadas espec¨ªficamente u mediante la modificaci¨®n de otros lugares como bibliotecas, por ejemplo] surge de la necesidad del empleo de esta pedagog¨ªa¡±. Todo con el doble objetivo de construir un espacio de aprendizaje donde se desarrollen capacidades y competencias, adem¨¢s de servir de inspiraci¨®n al resto de aulas del centro, para que se asemejen al Aula del Futuro all¨ª donde sea posible.

El proyecto m¨¢s reciente que se llev¨® a cabo en su centro involucr¨® a los alumnos de Quinto y Sexto de Primaria, y consisti¨® en el aprendizaje de un lenguaje por bloques que se utiliza para programar unas placas Microbit, adem¨¢s de trabajar de manera transversal otras ¨¢reas que inclu¨ªan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Entre las actividades que llevaron a cabo, se encontraban la creaci¨®n de un comprobador de humedad, un contador de pasos, una guitarra el¨¦ctrica usando cartones y un juguete sensorial reutilizando materiales. ¡°Verles la cara lo dice todo. Muchos incluso acuden voluntariamente a la hora del recreo, a desarrollar actividades de rob¨®tica, programaci¨®n, manualidades, ver v¨ªdeos o escuchar m¨²sica, hacer animaciones... Depende de sus motivaciones e intereses¡±, confiesa.

Por su naturaleza y su alta grado de interactividad, el Aula del Futuro es tambi¨¦n el lugar ideal para incorporar otro tipo de actividades, como los juegos educativos (gamificaci¨®n) y la metodolog¨ªa del aula invertida, o flipped classroom, por la que los alumnos ven en casa ciertos contenidos para luego dedicar el tiempo en el aula a resolver dudas, practicar o debatir sobre ello, con la ayuda del profesor. ¡°Gracias a ella, mis alumnos aprendieron lo que era un mapa de coordenadas, cu¨¢l era el eje X y cu¨¢l el Y, y luego practicaban con un juego donde lo terminaban de aprender¡±, apunta Quesada.

Metodolog¨ªas activas y participativas

La ley educativa actual, la LOMLOE, marca tambi¨¦n el camino hacia un modelo basado en la adquisici¨®n de competencias, as¨ª como la adopci¨®n de metodolog¨ªas activas donde el alumno ejerza un papel activo en el proceso de ense?anza y aprendizaje. ¡°No significa que no haya un momento en el que el docente no pueda estar dando una explicaci¨®n. Lo que pasa es que es necesario dar un paso m¨¢s, porque s¨ª existe entre gran parte del profesorado esa tendencia hacia las metodolog¨ªas activas¡±, se?ala Albalad.

Aunque se trata de un espacio apto tanto para Primaria como para Secundaria, lo cierto es que, hasta la fecha, hay m¨¢s de los primeros que de los segundos. Una diferencia que para el director del INTEF est¨¢ relacionada con la forma de organizarse los centros: ¡°En Primaria, el 40 o el 60 % de las horas las lleva un solo profesor, que ser¨ªa el tutor, y coordinarse entre varios docentes [para el uso del Aula del Futuro] es m¨¢s f¨¢cil. En cambio, en Segundo o Tercero de la ESO, un estudiante puede tener 10 asignaturas y el profesor de Tecnolog¨ªa entra dos horas, el de Historia tres, el de Matem¨¢ticas cuatro... Y despu¨¦s tiene otras tantas sesiones con seis grupos m¨¢s¡±.

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