La construcci¨®n de una econom¨ªa inclusiva empieza en la escuela
Las empresas deben dar ideas que permitan desarrollar soluciones en las comunidades a las que sirven
Parece que por fin empezamos a vislumbrar en el horizonte el final de una pandemia que ha tenido en jaque al planeta durante m¨¢s de 18 meses. En muchos sentidos, su efecto ha acentuado y ha agravado los retos hist¨®ricos que ten¨ªan nuestras sociedades, incluidas las persistentes desigualdades que sufren las comunidades y grupos m¨¢s desfavorecidos en todo el mundo. El impacto negativo que todos hemos podido observar en primera persona puede ayudarnos a reflexionar y servir como catalizador para...
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Parece que por fin empezamos a vislumbrar en el horizonte el final de una pandemia que ha tenido en jaque al planeta durante m¨¢s de 18 meses. En muchos sentidos, su efecto ha acentuado y ha agravado los retos hist¨®ricos que ten¨ªan nuestras sociedades, incluidas las persistentes desigualdades que sufren las comunidades y grupos m¨¢s desfavorecidos en todo el mundo. El impacto negativo que todos hemos podido observar en primera persona puede ayudarnos a reflexionar y servir como catalizador para un cambio que favorezca la construcci¨®n de una econom¨ªa m¨¢s moderna y que proporcione mayores oportunidades a una parte m¨¢s amplia de la sociedad.
Hoy m¨¢s que nunca, las empresas tienen la responsabilidad de dar un paso al frente y ayudar a resolver tales desaf¨ªos. JP Morgan Chase sigue colaborando con l¨ªderes empresariales, organizaciones sin ¨¢nimo de lucro y comunidades para promover la igualdad de oportunidades y construir una econom¨ªa m¨¢s inclusiva. Como firma global, siempre hemos cre¨ªdo en que las empresas desempe?an un papel fundamental a la hora de afrontar cualquier reto social. Asoci¨¢ndonos con gobiernos, instituciones y comunidades locales, podemos aportar la experiencia y los recursos necesarios para contribuir en la b¨²squeda de v¨ªas que permitan hacer realidad el desarrollo de una econom¨ªa m¨¢s inclusiva, en particular para los colectivos m¨¢s vulnerables.
Aportar ideas audaces y trabajar juntos para eliminar las barreras estructurales no es s¨®lo cuesti¨®n de mejorar las pol¨ªticas y los programas gubernamentales. Las empresas pueden ¡ªy deben¡ª poner sobre la mesa ideas que permitan desarrollar soluciones de impacto duradero en aquellas comunidades a las que sirven. Por eso es importante invertir y trabajar con socios locales para crear e implementar programas que vayan en esa direcci¨®n. Somos conscientes de que no podemos resolver estos retos solos y de que s¨®lo mediante la colaboraci¨®n ser¨¢ posible crear soluciones sostenibles que impulsen una prosperidad duradera.
Asegurar que las pr¨®ximas generaciones est¨¦n dotadas de las competencias y la formaci¨®n que necesitan es fundamental para desarrollar una econom¨ªa m¨¢s inclusiva. Para ello, empresas, gobiernos y comunidades deben colaborar para ofrecerles la preparaci¨®n que garantice su futuro ¨¦xito en el mercado laboral, de modo que tengan m¨¢s posibilidades de construir un buen porvenir econ¨®mico para ellos y para sus familias. Demasiados j¨®venes, especialmente los procedentes de entornos desfavorecidos, carecen de las habilidades, los recursos y el apoyo necesarios para alcanzar los empleos del ma?ana.
Todos hemos sido testigos de la evoluci¨®n del mercado laboral en la ¨²ltima d¨¦cada: la mayor¨ªa de los empleos que se demandan actualmente, como los relacionados con la inteligencia artificial, la ciencia de los datos o la telemedicina, no exist¨ªan hace unos a?os y su demanda no har¨¢ m¨¢s que crecer, una muestra de hacia d¨®nde se dirige el mercado laboral.
Aproximadamente una quinta parte de los j¨®venes del mundo de entre 15 y 24 a?os no est¨¢n empleados ni reciben educaci¨®n o formaci¨®n alguna, por lo que necesitar¨¢n v¨ªas alternativas para obtener las habilidades y la experiencia necesarias para acceder al mercado laboral. Los cambios tecnol¨®gicos siguen dando forma a la econom¨ªa y exacerban la desconexi¨®n entre las habilidades ense?adas y los empleos, dejando a muchos j¨®venes a¨²n m¨¢s desconectados del mercado laboral. Los datos muestran que es probable que hasta el 14% de los puestos de trabajo en los pa¨ªses de la OCDE sean automatizados y que m¨¢s del 3o% se transforme de manera significativa, volvi¨¦ndose m¨¢s complejos y requiriendo nuevas habilidades.
Los j¨®venes merecen la oportunidad de poder desarrollar un camino que les permita prosperar y acceder a empleos bien remunerados y carreras a largo plazo. No hacer todo lo que est¨¦ a nuestro alcance para prepararlos con las habilidades y la educaci¨®n necesarias no es s¨®lo una oportunidad perdida para ellos, sino una oportunidad perdida para los pa¨ªses y las empresas, ya que la falta de trabajadores cualificados amenaza el crecimiento, la competitividad y la sostenibilidad de los negocios.
Es primordial proporcionarles la educaci¨®n y las competencias necesarias para brindarles verdaderas oportunidades, reducir desigualdades y promover una econom¨ªa m¨¢s s¨®lida. Desgraciadamente, no todo el mundo tiene acceso al apoyo y la orientaci¨®n necesarios para elegir y prepararse para una carrera adaptada a sus capacidades, puntos fuertes e intereses personales, as¨ª como a las necesidades del mercado laboral. Este es el nudo y la barrera que debemos tratar de romper.
JP Morgan Chase apoya iniciativas de orientaci¨®n profesional e inclusi¨®n laboral en todo el mundo, como parte de un compromiso global para impulsar una recuperaci¨®n econ¨®mica inclusiva. Sabemos que este tipo de programas tienen ¨¦xito cuando rompen los silos entre el sistema educativo, el gobierno local y el sector privado, y cuando conectan a los estudiantes con la educaci¨®n superior u otras oportunidades de aprendizaje, con un claro foco en experiencias de trabajo cercanas al mundo real.
Los programas son m¨¢s efectivos cuando trabajan con empresas y empleadores para identificar las habilidades y capacidades reales necesarias para los puestos m¨¢s demandados, y comparten esa informaci¨®n con los educadores. Esto lleva al desarrollo de nuevas habilidades digitales y de programas de formaci¨®n y pr¨¢cticas.
Ning¨²n sistema puede tener un ¨¦xito si no est¨¢ dise?ado para ser realmente inclusivo. Los mejores programas abordan esa brecha y contribuyen, en ¨²ltima instancia, a mejorar la diversidad de la poblaci¨®n laboral y la salud general de la econom¨ªa, conectando a los estudiantes con carreras de alta calidad.
En Espa?a, por ejemplo, en colaboraci¨®n con Empieza Por Educar y la Fundaci¨®n Bertelsmann, apoyamos con nuestra experiencia y recursos a m¨¢s de 200 centros educativos en la mejora de sus modelos de orientaci¨®n educativa y profesional. Se trata de una iniciativa, denominada Xcelence, que forma parte de una inversi¨®n global de 75 millones de d¨®lares para ayudar a j¨®venes desfavorecidos a prepararse para el futuro del trabajo.
La finalidad del programa Xcelence es aumentar la proporci¨®n de estudiantes que terminan la educaci¨®n secundaria con ¨¦xito y pasan a la educaci¨®n superior, y facilitar su acceso a experiencias laborales y a empleos de calidad. Para ello se trabaja en la capacitaci¨®n de los directores y los orientadores vocacionales de los centros, para que implementen estrategias sistem¨¢ticas de orientaci¨®n profesional que conecten a los estudiantes, empezando por los m¨¢s vulnerables, con la ense?anza superior y al mundo laboral. Una parte esencial de su labor es facilitar una relaci¨®n m¨¢s estrecha entre la escuela y las empresas a trav¨¦s de encuentros de los estudiantes con profesionales y empleadores y de experiencias laborales que les preparen mejor para futuros empleos.
Programas bien articulados y dise?ados, como este, pueden cambiar vidas y fortalecer comunidades. Con m¨¢s de 100 a?os ayudando a clientes y comunidades en Espa?a, es un privilegio contribuir tambi¨¦n a esta causa tan importante para el futuro del pa¨ªs.
Ignacio De la Colina es presidente y consejero delegado de J.P. Morgan Espa?a y Portugal