Bolsa de Metales de Londres: el ¨²ltimo reducto de la negociaci¨®n a viva voz
La covid acerca el posible cierre del ¡®ring¡¯ presencial del mercado londinense en favor de un sistema de negociaci¨®n electr¨®nico
En Europa solo queda un lugar donde todav¨ªa se puede ver a br¨®keres negociando a viva voz: el parqu¨¦ de la Bolsa de Metales de Londres (London Metal Eschange, LME), donde un pu?ado de empresas determinan el precio del aluminio, el cobre y otros de los metales m¨¢s demandados por el sector industrial. En sesiones de apenas cinco minutos, hombres en traje y pocas mujeres se re¨²nen ante un c¨ªrculo de sof¨¢s rojos a vender y comprar mediante gritos...
En Europa solo queda un lugar donde todav¨ªa se puede ver a br¨®keres negociando a viva voz: el parqu¨¦ de la Bolsa de Metales de Londres (London Metal Eschange, LME), donde un pu?ado de empresas determinan el precio del aluminio, el cobre y otros de los metales m¨¢s demandados por el sector industrial. En sesiones de apenas cinco minutos, hombres en traje y pocas mujeres se re¨²nen ante un c¨ªrculo de sof¨¢s rojos a vender y comprar mediante gritos y se?as, esforz¨¢ndose por influir sobre un precio final que servir¨¢ de referencia a fabricantes e intermediarios del resto del planeta. Un espect¨¢culo lleno de adrenalina e historia que puede tener los d¨ªas contados.
La LME est¨¢ ante una encrucijada: cerrar su ring y dejar que los precios de los metales se fijen a trav¨¦s de su sistema electr¨®nico, LMESelect; o mantener operativo un segmento que muchos consideran arcaico y que cada vez atrae a menos de sus miembros. Solo quienes pagan por pertenecer a la categor¨ªa 1 pueden participar en la subasta a pie de pista. ¡°Yo empec¨¦ a trabajar con la LME a principios de los a?os 80 y hab¨ªa unos 30 miembros [en el ring]. Era bastante gente y representaban a una gran parte de la industria¡±, recuerda Geoffrey Sambrook, un antiguo trader de metales brit¨¢nico que ahora escribe sobre el sector. ¡°Ahora solo hay ocho¡±.
Del m¨¢s de centenar de miembros de todas las categor¨ªas de la LME, solo siete corredores de Bolsa y un banco todav¨ªa asisten al ring. Aun as¨ª, no fue hasta la llegada de la covid-19 cuando cobr¨® fuerza la posibilidad de que el ¨²ltimo piso de negociaci¨®n a viva voz del continente desaparezca, explica Matthew Chamberlain, director ejecutivo del mercado. ¡°Incluso antes de la pandemia, solo el 10% del comercio se daba en el ring. El resto se hac¨ªa de forma digital¡±, asegura durante una videollamada. ¡°Pero siempre hubo la idea de que ser¨ªa peligroso trasladar la fijaci¨®n de precios al sistema electr¨®nico porque no sab¨ªamos si funcionar¨ªa, dada la complejidad de nuestra estructura de fechas¡±. A diferencia de otras Bolsas, la de Londres permite cerrar tratos usando los precios diarios, semanales o mensuales en los que se cree que un metal cotizar¨¢ en el futuro. Un futuro que puede ser tan cercano como ma?ana o tan lejano como dentro de una d¨¦cada. Por ejemplo, ya hay br¨®keres negociando aluminio para diciembre de 2024.
¡°El ring es un m¨¦todo para descubrir precios y es muy bueno porque cada vez que abres la boca y dices que est¨¢s listo para hacer un trato, tienes que estar realmente dispuesto porque alguien puede acept¨¢rtelo¡±, afirma Sambrook. Para la industria, el sistema de fechas de la LME y su ring mitigan la especulaci¨®n que pueda atraer lo que para ellos es una materia prima imprescindible para fabricar sus productos. ¡°El precio que se acuerda en el ring es visto como un precio honesto, leg¨ªtimo. Y, al final, eso es lo que una minera en Chile que comercia con fundiciones en China o Jap¨®n quiere: consistencia¡±.
Sin embargo, en marzo de 2020, la pandemia dej¨® a Chamberlain ¡°sin opci¨®n¡± m¨¢s all¨¢ del tan temido cierre del ring y el traslado de sus sesiones a LMESelect. Si bien era temporal, los precios electr¨®nicos funcionaron tan bien que el propio ejecutivo acab¨® sorprendido. As¨ª que, en enero de este a?o, la LME resolvi¨® tantear entre sus miembros la posibilidad de no reabrir el ring. El resultado: un intenso debate sobre el futuro de la Bolsa que parece estar lejos de terminar.
¡°?Para qu¨¦ sirve la LME? ?Para dar servicio a quienes comercian de verdad o a la especulaci¨®n financiera? Yo creo que ese es el dilema al que se enfrenta¡±, asegura Marc Bailey, director de Sucden Financial, uno de los siete br¨®keres que van al ring. Su firma se dedica a los clientes ¡°f¨ªsicos¡±, es decir, compa?¨ªas que cuando compran un metal, esperan recibirlo. Del otro lado est¨¢ el sector financiero: inversores sin inter¨¦s en el metal en s¨ª que quieren ganar dinero con la volatilidad de su precio. ¡°Al estar en el ring, tenemos la capacidad de dar servicio a esos clientes que realmente comercian. No nos interesan los especuladores financieros ni los de algoritmos. Francamente, eso es para otras Bolsas¡±, a?ade Bailey.
La consulta de la LME reflej¨® esta divisi¨®n casi a partes iguales. ¡°La comunidad financiera de inversores dijo ¡®S¨ª, seguid con el sistema electr¨®nico, que es m¨¢s f¨¢cil para nosotros y es como funciona el resto del mercado¡±, afirma Chamberlain. ¡°La otra mitad dijo ¡®No, si bien el sistema electr¨®nico funciona, el ring lo hace mejor y nos gusta la transparencia de poder ver c¨®mo se negocia¡¯. As¨ª que estamos estancados¡±.
Su soluci¨®n consisti¨® en crear un sistema ¡°h¨ªbrido¡± que se estren¨® en septiembre, cuando el ring reabri¨® tras 18 meses de cierre. Ahora, cada ma?ana, los br¨®keres vuelven a los sof¨¢s rojos para determinar los precios oficiales, que sirven de referencia al sector industrial para la compraventa de metales. En cambio, la sesi¨®n de la tarde, donde se fijan los precios de cierre, contin¨²a realiz¨¢ndose por internet para satisfacer a los agentes financieros, que los usan para valorar sus carteras o hacer transacciones con fondos de materias primas. ¡°Parece haber funcionado¡±, opina Chamberlain. ¡°Los usuarios f¨ªsicos est¨¢n contentos de volver a tener el ring y los actores financieros est¨¢n contentos de seguir con el sistema electr¨®nico. La gran pregunta es: ?funciona para los que van al ring?¡±
Deserciones
Para el br¨®ker japon¨¦s Triland Metals, no. El pasado verano puso fin a casi medio siglo de operaciones en el ring debido a la ¡°responsabilidad reducida¡± que le dejaba el sistema h¨ªbrido. Bailey asegura que Sucden Financial tambi¨¦n eval¨²a si vale la pena seguir pagando por la categor¨ªa 1. ¡°La relevancia de estar en el ring ha disminuido seriamente¡ Con esas dos plataformas, nosotros pod¨ªamos justificar mantener ese equipo en el parqu¨¦ porque hac¨ªamos muchas operaciones ah¨ª, pero ahora esa relevancia econ¨®mica se ha reducido en al menos un 50%¡±, lamenta. ¡°Cada uno de los miembros de categor¨ªa 1 deber¨¢ decidir si el valor econ¨®mico de estar en el ring est¨¢ justificado... Si el consenso es que no, podemos llegar a una situaci¨®n en la que el viejo parqu¨¦ tenga que cerrar¡±.
Si bien la mitad de los miembros de la LME quiere que el ring siga existiendo, pocos ven beneficios en pisarlo. La entidad ha advertido que el sistema tradicional se inhabilitar¨¢ si el n¨²mero de miembros de categor¨ªa 1 cae por debajo de seis o si el volumen de transacciones que se llevan a cabo ah¨ª disminuye considerablemente. ¡°Siempre voy a poner al mercado f¨ªsico primero¡±, insiste Chamberlain, ¡°pero no creo que haya que elegir. Pienso que puedes tener a la vez un mercado f¨ªsico y uno financiero muy activos, siempre que los chicos del financiero jueguen bajo las normas del f¨ªsico... Queremos a los inversores porque somos un negocio, queremos tanta actividad como sea posible¡±. Para ¨¦l, el futuro del ring est¨¢ en las manos de quienes asisten a ¨¦l: ¡°Desde la perspectiva de la LME, as¨ª es como queremos que funcionen las cosas [con el sistema h¨ªbrido]. Pero reconocemos que los corredores que van al ring tendr¨¢n que decidir y creo que probablemente lo hagan en los pr¨®ximos meses¡±.