?Es posible un capitalismo para negros?
Las ayudas fiscales y los incentivos no ayudan a las poblaciones m¨¢s desfavorecidas. Necesitan justicia social
La ciudad de Rochester (Nueva York) ¡ª200.000 habitantes y con un 40% de poblaci¨®n negra¡ª es la m¨¢s pobre tras Detroit y Cleveland de Estados Unidos. No siempre fue as¨ª. Hace casi 60 a?os, la presencia de Xerox y Kodak la hab¨ªan convertido en un ejemplo. Era l...
La ciudad de Rochester (Nueva York) ¡ª200.000 habitantes y con un 40% de poblaci¨®n negra¡ª es la m¨¢s pobre tras Detroit y Cleveland de Estados Unidos. No siempre fue as¨ª. Hace casi 60 a?os, la presencia de Xerox y Kodak la hab¨ªan convertido en un ejemplo. Era la vanguardia negra del ¡°capitalismo comunitario¡±. Una estrategia ligada a los dos, entonces, colosos de crear negocios liderados y gestionados por la comunidad negra. Hoy el capitalismo negro (¡°propone al Estado y a los gobiernos federales diversas soluciones para negros y negocios negros exclusivamente: subsidios salariales destinados a los trabajadores, compras de manufacturas o productos garantizados, incentivos fiscales, bajos tipos de inter¨¦s en los cr¨¦ditos, pr¨¦stamos asegurados y ayuda al emprendimiento negro¡±, resume Ryan Very, profesor de la Universidad de Boston) quiere volver a ser una esperanza econ¨®mica.
En su discurso de 1968, I¡¯ve Been to the Mountaintop (He estado en la cima de la monta?a), Martin Luther King Jr. llam¨® a la insurrecci¨®n del ¡°bank-in¡±. Una idea sencilla. Que la poblaci¨®n negra retirara sus ahorros de bancos blancos y los ingresara en Tri-State Bank, una instituci¨®n propiedad de negros. Una v¨ªa para que tuvieran acceso a hipotecas, pr¨¦stamos destinados a los estudios, mejores condiciones financieras¡ Un camino que cierra la fractura con los privilegios blancos. Pero ese mismo a?o, el propio Nixon intuy¨® un bumer¨¢n pol¨ªtico en ese capitalismo negro. ¡°En vez de trabajos gubernamentales, casas del Gobierno y seguros sociales p¨²blicos, dejen que la Administraci¨®n utilice impuestos y cr¨¦ditos para alistarlos en la batalla [contra la pobreza] usando el mayor motor de progreso de la historia humana: la empresa privada estadounidense¡±, se despach¨®.
La estrategia fue un tesoro para los republicanos. ¡°Siempre he visto el capitalismo negro como un concepto promovido por las derechas estadounidenses para dar cabida a las reivindicaciones de los negros americanos en materia de igualdad econ¨®mica¡±, reflexiona William Darity, profesor de Estudios Afroamericanos en la Universidad de Duke. Y precisa: ¡°No le pueden tener mucho miedo a ese concepto, porque es el segmento de la poblaci¨®n m¨¢s hostil hacia el bienestar de los negros estadounidenses quien, en realidad, ha creado el t¨¦rmino¡±.
Pero esas dos palabras, capitalismo negro, eran tan atractivas pol¨ªticamente que han pasado, desde los tiempos de Nixon, de Administraci¨®n en Administraci¨®n. Ronald Reagan llam¨® a estos proyectos de Arcadias negras ¡°zonas de emprendimiento¡±; Bill Clinton, ¡°cr¨¦ditos fiscales para nuevos mercados¡±; Barack Obama (m¨¢s l¨ªrico), ¡°¨¢reas de las promesas¡±, y Trump, ¡°zonas de oportunidades¡±. Todas estas excusas o ideas han fracasado porque ninguna se basa en la justicia econ¨®mica: son argucias fiscales. Very describe que la palabra gueto ¡°se refiere, sobre todo, a negros econ¨®micamente deprimidos, urbanos, que viven en ¨¢reas segregadas de los blancos¡±. Una existencia dif¨ªcil. Un informe de la Association for Enterprise Opportunity revela que los 2,58 millones de negocios regentados por negros solo generan 150.000 millones de d¨®lares en ingresos.
Gap de riqueza
Otro trabajo, de octubre, de la consultora McKinsey propone una visi¨®n que se sustenta en las buenas intenciones de las palabras y la econometr¨ªa. ¡°Unas empresas de propiedad negra podr¨ªan cerrar la brecha de la riqueza entre blancos y negros en EE UU que seg¨²n nuestras previsiones costar¨ªa a la econom¨ªa de 1 a 1,5 billones de d¨®lares (entre 884.000 y 1,3 billones de euros) al a?o en 2028¡å, defiende. Aunque, a medio camino, la covid puede ampliar la grieta racial. Esta fractura incluye la oportunidad de unos 290.000 millones de d¨®lares para aumentar la prosperidad general y lograr la igualdad de ingresos que separa las compa?¨ªas de negros y blancos. Pese a que todav¨ªa un emprendedor negro tiene un 20% menos de posibilidades que otro blanco de que le conceda un cr¨¦dito un gran banco.
Siempre surge un adverbio que toca el hueso de la certeza. ¡°La propiedad de los negros puede parecer una v¨ªa posible hacia una vida m¨¢s digna, autosuficiente y pr¨®spera¡±, desgrana Katherine K. Chen, directora del departamento de Sociolog¨ªa de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. ¡°Sin embargo, algunos creen que tendr¨¢n dificultades para prosperar si no se persiguen tambi¨¦n otros objetivos colectivos, como el reconocimiento de la interdependencia y el bien del crecimiento conjunto¡±.
Pero la negritud fluye como un gran problema social. Nikole Hannah-Jones, periodista que cubre temas de injusticia racial, ha lanzado la iniciativa The 1619 Project, cuya fecha se refiere a los 400 a?os del comienzo de la esclavitud. El prop¨®sito es que esa infamia siga en el centro de la narrativa actual estadounidense.
La pregunta que oscila es si las ¡°mejores¡± partes de este capitalismo negro pueden trasladarse a Espa?a. Inmigrantes, etnias desfavorecidas o la verg¨¹enza del asentamiento madrile?o de la Ca?ada Real. Los economistas discrepan. Las voces dejan vibraciones diferentes en el aire, como globos de helio. ¡°El hecho de vivir en exclusi¨®n no debe ser el motivo: hay que atraer fundaciones, capital riesgo, que sepan detectar d¨®nde mana esa energ¨ªa emprendedora. Es un recurso muy valioso: no se puede pasar por alto¡±, reflexiona Emilio Ontiveros, presidente de AFI. Pero el sistema no est¨¢ dise?ado para sostener la fragilidad.
Por ejemplo, si en Espa?a hubiera una ley de igualdad de oportunidades de cr¨¦dito como en Estados Unidos. En este caso, la norma proh¨ªbe usar la raza, el g¨¦nero, el pa¨ªs de origen y la situaci¨®n marital para asignar el riesgo crediticio. ¡°Aunque no resulta tan simple, incluso si no incluyes esas caracter¨ªsticas en el algoritmo [que concede el pr¨¦stamo], existen otras muchas variables que pueden ser proxies [en la pr¨¢ctica, aportan id¨¦ntica informaci¨®n]¡±, advierte Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Otros economistas leen la realidad a trav¨¦s de p¨¢ginas duras. ¡°El principal problema de estas personas racializadas es el racismo y el capitalismo, no los obst¨¢culos para crear empresas¡±, subraya Carlos Mart¨ªn, responsable del Gabinete Econ¨®mico de CC OO.
El mensaje de la m¨²sica
Pharrell Williams y Jay-Z son dos de los cantantes más ricos del mundo. Casi todo el planeta ha debido escuchar, al menos una vez, el Happy de Pharrell o algunos de los rap de Jay-Z (marido de Beyoncé). El 21 de agosto de 2020 lanzaron la canción Entrepreneur (Empresario). Un éxito. Lleva 10 millones de visitas en YouTube. La revista musical Billboard afirmó que el tema era una expresión de “cómo la propiedad negra puede ayudar a erosionar el sistema racista”. Jay-Z canta sin concesiones: “Nación negra, constructor negro, empresario negro. ¡Está en presencia de la excelencia negra y estoy en el consejo [de administración], Señor!”. La mitad final de la canción recita más de 150 veces “black man”. Hombre negro. ¿Alguna duda?