La larga transitoriedad de una inflaci¨®n descontrolada
Los banqueros centrales se topan con unos desorbitados precios de la energ¨ªa y el estrangulamiento de los suministros que afectan a los ¨ªndices de la zona euro
Existe un generalizado consenso sobre que ¡°la inflaci¨®n no es tan temporal como esper¨¢bamos¡± que declar¨® el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos. Parece obvio que acabar¨¢ el a?o con un registro que recuerda a ¨¦pocas pret¨¦ritas, cuando en Espa?a la inflaci¨®n era un problema estructural que atormentaba a los gobernantes y era seguido en las p¨¢ginas econ¨®micas con minuciosidad. Este repunte inflacionista se ha caracterizado tanto por su magnitud como por la velocidad con la que se ha propagado. Las autoridades esperaban que fuera transitorio; pero esa transitorie...
Existe un generalizado consenso sobre que ¡°la inflaci¨®n no es tan temporal como esper¨¢bamos¡± que declar¨® el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos. Parece obvio que acabar¨¢ el a?o con un registro que recuerda a ¨¦pocas pret¨¦ritas, cuando en Espa?a la inflaci¨®n era un problema estructural que atormentaba a los gobernantes y era seguido en las p¨¢ginas econ¨®micas con minuciosidad. Este repunte inflacionista se ha caracterizado tanto por su magnitud como por la velocidad con la que se ha propagado. Las autoridades esperaban que fuera transitorio; pero esa transitoriedad est¨¢ siendo m¨¢s larga de lo previsto.
Aunque el BCE considera que los desarrollos siguen siendo coherentes con un retorno a la situaci¨®n de presiones inflacionistas moderadas a medio plazo que caracteriz¨® la etapa previa a la pandemia, no puede dejar de reconocer su preocupaci¨®n. A estas alturas alcanza cotas desconocidas en los ¨²ltimos 30 a?os, desde el Tratado de Maastricht, cuando la inflaci¨®n fue una de las asignaturas claves.
Ahora se abren varias incertidumbres, que provienen m¨¢s de factores externos que de los cuadros macro. Hay que partir de que el incremento tiene su ra¨ªz en la pandemia, ya que la recuperaci¨®n de la demanda ha estrangulado las cadenas de suministros; pero se ha acrecentado por los problemas geopol¨ªticos que han provocado aumentos desorbitados de los precios de la energ¨ªa, que supone las dos terceras partes de la tasa de inflaci¨®n, y los movimientos especulativos en torno al mercado del CO?. El gas natural y el di¨®xido de carbono han provocado que el precio de la electricidad supere los 400 euros por megavatio hora (MWh), ocho veces m¨¢s que el que rondaba los ¨²ltimos a?os. Nadie se explica la raz¨®n por la que Rusia no responde a la mayor demanda, si no es por las tensiones existentes con su vecina Ucrania.
El grado de preocupaci¨®n se eleva por el temor de que los fuertes incrementos de costes y de los precios de determinados bienes y servicios de consumo repercutan de forma generalizada en los precios finales y en los salarios negociados, dando lugar a una hipot¨¦tica espiral inflacionista. El problema radica, en concreto, en que se traslade de manera significativa a los salarios, lo que se conoce como ¡°efectos de segunda vuelta¡± de la inflaci¨®n. Los banqueros centrales piden prudencia. De momento, esos efectos son contenidos, con un aumento salarial medio pactado hasta septiembre en el conjunto del ¨¢rea euro del 1,4%, cuatro d¨¦cimas menos que el a?o pasado. En el caso espa?ol, el aumento medio pactado para este a?o ha sido, hasta octubre, del 1,6%, dos d¨¦cimas menos que el acordado para 2020 para los convenios de nueva firma. Un factor a favor de esas intenciones son las reducidas cl¨¢usulas de salvaguarda en los convenios colectivos: en Espa?a han pasado del 70% de antes de la crisis financiera hasta el 17% de la actualidad. En el ¨¢rea euro, solo el 3% de los trabajadores del sector privado tienen sus salarios indexados autom¨¢ticamente a la inflaci¨®n.
Ante este panorama y con los tipos de inter¨¦s reales negativos (los nominales menos la inflaci¨®n), las decisiones del BCE se antojan muy complicadas. En este sentido, como ha apuntado el gobernador del Banco de Espa?a y miembro del consejo del BCE, Pablo Hern¨¢ndez de Cos, ¡°es conveniente que la pol¨ªtica monetaria mantenga un enfoque paciente a la hora de valorar una eventual revisi¨®n de su actual tono acomodaticio, con el fin de estabilizar la tasa de inflaci¨®n a medio plazo en el entorno del 2%, que constituye el objetivo de la pol¨ªtica monetaria. En todo caso, esta valoraci¨®n nos debe llevar a evitar una retirada prematura de los est¨ªmulos monetarios, en particular en un contexto en el que la evoluci¨®n de la crisis sanitaria, as¨ª como sus efectos econ¨®micos, sigue rodeada de una incertidumbre inusualmente elevada¡±.
A su juicio, ¡°la pol¨ªtica monetaria, como el resto de las pol¨ªticas econ¨®micas, debe permanecer especialmente vigilante¡±. ¡°Aunque la situaci¨®n actual dista enormemente de la que caracteriz¨® a la crisis de precios del petr¨®leo de la d¨¦cada de los a?os setenta del siglo pasado, las ense?anzas adquiridas entonces, cuando los da?os que se derivaron de la tolerancia hacia tasas de inflaci¨®n elevadas fueron grandes y duraderos, no deben ignorarse¡±, a?ade. Y termina: ¡°La probabilidad de un escenario parecido se antoja reducida, pero aquel episodio debe servir de recordatorio de que las autoridades econ¨®micas han de ser cuidadosas a la hora de trazar el necesario equilibrio entre proporcionar un apoyo paciente a la recuperaci¨®n y preservar la capacidad de actuar con rapidez¡±.