Demasiado pronto para palomas
Para controlar los precios, la Reserva Federal siempre ha necesitado subir los tipos por encima de la inflaci¨®n subyacente
A lo largo del ¨²ltimo mes las bolsas se han visto impulsadas por unas mejores cifras de inflaci¨®n y el ¡°cuanto peor es mejor¡±. Existe la creencia de que, a medida que la econom¨ªa se desacelere con rapidez, los bancos centrales frenar¨¢n las subidas de tipos. Los mercados parecen descontar que la Reserva Federal (Fed) pronto podr¨ªa comportarse como una paloma, tras volar como un verdadero halc¨®n desde marzo y haber acometido la s...
A lo largo del ¨²ltimo mes las bolsas se han visto impulsadas por unas mejores cifras de inflaci¨®n y el ¡°cuanto peor es mejor¡±. Existe la creencia de que, a medida que la econom¨ªa se desacelere con rapidez, los bancos centrales frenar¨¢n las subidas de tipos. Los mercados parecen descontar que la Reserva Federal (Fed) pronto podr¨ªa comportarse como una paloma, tras volar como un verdadero halc¨®n desde marzo y haber acometido la subida de tipos de inter¨¦s m¨¢s r¨¢pida y agresiva desde los a?os 80.
Discrepamos de esta idea: que se disminuya el ritmo de retirada de est¨ªmulos no significa ni que se interrumpan las alzas de tipos ni que la pol¨ªtica monetaria vaya a dejar de ser restrictiva durante meses. Adem¨¢s, aunque la desaceleraci¨®n de los precios de los bienes ya es evidente, los de los servicios contin¨²an subiendo con fuerza -un 6,7% en EE.UU. y un 4,3% en Europa- y tardar¨¢n varios meses en frenarse, concediendo poco margen a los bancos centrales para adoptar un giro inmediato.
Pero, sobre todo, la Fed est¨¢ sujeta al ¡°s¨ªndrome de la paloma¡±: no puede permitirse aquello que le suced¨ªa a esta ave en el famoso poema de Rafael Alberti. No caben errores y la Reserva Federal deber¨¢ guardarse un margen adicional de seguridad. Por m¨¢s que, a lo largo de los pr¨®ximos meses, se confirme una disminuci¨®n de la inflaci¨®n o un deterioro de la econom¨ªa, el mercado laboral contin¨²a fuerte. Con una econom¨ªa en pleno empleo, se han generado m¨¢s de 2,5 millones de trabajos desde que comenzaran las primeras subidas de tipos de inter¨¦s y existen 1,9 vacantes por cada desempleado. El presidente de la Fed, Jerome Powell, lo apuntaba hace bien poco: ¡°El riesgo de quedarse corto con las subidas de tipos es m¨¢s costoso que el de pasarse de frenada, algo que se podr¨ªa remediar con recortes de tipos si el deterioro econ¨®mico se agudizara¡±.
Sobre su cabeza sobrevuela el temor a que se repitan los errores de la Fed de Arthur Burns que, tras la recesi¨®n de 1969-70, baj¨® los tipos con rapidez sin ¡°apagar¡± la inflaci¨®n y se termin¨® enfrentando a una d¨¦cada de alzas de precios r¨¦cord que, en 1980, y tras las crisis del petr¨®leo, alcanzaron niveles superiores al 14%.
Adem¨¢s, la historia demuestra que, para controlar la inflaci¨®n, la Reserva Federal siempre ha necesitado subir los tipos por encima de la inflaci¨®n subyacente -medida a trav¨¦s del deflactor del consumo privado-. Por todo ello, los tipos de inter¨¦s oficiales se acercar¨¢n al 5% hacia comienzos del segundo trimestre del pr¨®ximo ejercicio.
Como en el poema La Paloma, nos esperan meses marcados por ant¨®nimos: en crecimiento econ¨®mico, un peor que no es mejor, en inflaci¨®n una moderaci¨®n de los precios de los bienes que tardar¨¢ en llegar a los servicios y, para los mercados, una vuelta al riesgo que exige prudencia en la renta variable mientras debemos comenzar ya a incrementar exposici¨®n en renta fija dado que, despu¨¦s de la masacre, presenta una ratio rentabilidad/riesgo m¨¢s equilibrada