Meseta monetaria
Es dif¨ªcil justificar una rebaja de tipos tan pronto como antes de que acabe el a?o, por m¨¢s que la inflaci¨®n se modere m¨¢s r¨¢pido de lo esperado
El arranque de los mercados en 2023 vuelve a constatar su extraordinaria volatilidad. Tras un final de 2022 caracterizado por un fuerte repunte de las curvas (del orden de 50 puntos b¨¢sicos, situ¨¢ndose las referencias de deuda europea en m¨¢ximos desde 2011) y por una cesi¨®n de las Bolsas (5%), en apenas unas sesiones se ha m¨¢s que compensado todo el movimiento. La publicaci¨®n de unos indicadores de inflaci¨®n que confirman que los m¨¢ximos han quedado atr¨¢s (en EE UU y Europa), alienta a los inversores a modificar sus expectativas para la pol¨ªtica monetaria. Hacen ¡°o¨ªdos sordos¡± a las advertenci...
El arranque de los mercados en 2023 vuelve a constatar su extraordinaria volatilidad. Tras un final de 2022 caracterizado por un fuerte repunte de las curvas (del orden de 50 puntos b¨¢sicos, situ¨¢ndose las referencias de deuda europea en m¨¢ximos desde 2011) y por una cesi¨®n de las Bolsas (5%), en apenas unas sesiones se ha m¨¢s que compensado todo el movimiento. La publicaci¨®n de unos indicadores de inflaci¨®n que confirman que los m¨¢ximos han quedado atr¨¢s (en EE UU y Europa), alienta a los inversores a modificar sus expectativas para la pol¨ªtica monetaria. Hacen ¡°o¨ªdos sordos¡± a las advertencias de los bancos centrales (en especial a las de Lagarde) y se posicionan a que esta primavera finalizar¨¢ el proceso de endurecimiento monetario. Pero no s¨®lo, y he aqu¨ª el elemento m¨¢s debatible: ya descuentan que en oto?o comenzar¨ªan las rebajas de los tipos. Por lo tanto, no habr¨ªa ¡°meseta¡± en la pol¨ªtica monetaria. Esta, habiendo conseguido evitar un enquistamiento de la inflaci¨®n, volver¨ªa a poner el foco en el crecimiento econ¨®mico, reinstaurando condiciones monetarias expansivas.
Es claro que los datos de inflaci¨®n est¨¢n resultando mejores de lo esperado, pero no es menos cierto que la reconducci¨®n hacia el objetivo del 2% va a exigir m¨¢s de un a?o adicional. Ser¨ªa muy prematuro (y extra?o de justificar) que los bancos centrales optaran por bajar los tipos con una inflaci¨®n todav¨ªa en el rango del 3%- 4%, que es donde previsiblemente estar¨¢ en oto?o. Es m¨¢s, el escenario de riesgo es que las autoridades monetarias no finalicen el endurecimiento hasta que hayan conseguido eliminar ese ¨²ltimo exceso de de entre 100 y 200 puntos b¨¢sicos de inflaci¨®n. Reducir la tasa desde la cota del 10% al 5% puede ser, sobre todo v¨ªa efecto base interanual de los componentes m¨¢s vol¨¢tiles, relativamente sencillo. Es como aquel plan de dieta que busca corregir un sobrepreso. Los primeros ¡°kilos de m¨¢s¡± se pierden relativamente r¨¢pido. Pero las dificultades para situar la inflaci¨®n por debajo del 5%, en un contexto de capacidad de resistencia de la demanda de consumo y de claro del mercado laboral, pueden ser elevadas. Perder los ¨²ltimos kilos que sobran es lo que m¨¢s cuesta. Y una actitud conformista o confiada puede ser muy peligrosa. Si atendemos a la beligerancia de los ¨²ltimos tiempos de los bancos centrales no compartimos la visi¨®n de que las rebajas de tipos est¨¢n cercanas. Solo si la econom¨ªa entrara en recesi¨®n. Pero a tenor de las alzas en las cotizaciones burs¨¢tiles y las cesiones de diferenciales en renta fija privada, no parece que la est¨¦n descontando. De hecho, los ¨²ltimos indicadores econ¨®micos apuntan a una mejor¨ªa del ciclo. Precisamente por eso es m¨¢s dif¨ªcil justificar una rebaja de tipos tan pronto como antes de que acabe el a?o, por m¨¢s que la inflaci¨®n se modere m¨¢s r¨¢pido de lo esperado.