La transici¨®n digital y ecol¨®gica: un doble d¨¦ficit
Tras el excedente de las cuentas externas subyace un deterioro en los intercambios de tecnolog¨ªa
Adem¨¢s de los shocks macroecon¨®micos generados por la inflaci¨®n y el ajuste monetario, la econom¨ªa afronta un doble cambio estructural: el giro en la globalizaci¨®n provocado por las tensiones geopol¨ªticas, y la revoluci¨®n de las tecnolog¨ªas digital y ecol¨®gica. De momento, el modelo productivo espa?ol parece inmune a ambas transformaciones en t¨¦rminos agregados, a tenor del super¨¢vit de nuestros intercambios con el exterior ¡ªsuperior al 1% del PIB en 2022, pese al encarecimiento de la energ¨ªa¡ª. Este hito se e...
Adem¨¢s de los shocks macroecon¨®micos generados por la inflaci¨®n y el ajuste monetario, la econom¨ªa afronta un doble cambio estructural: el giro en la globalizaci¨®n provocado por las tensiones geopol¨ªticas, y la revoluci¨®n de las tecnolog¨ªas digital y ecol¨®gica. De momento, el modelo productivo espa?ol parece inmune a ambas transformaciones en t¨¦rminos agregados, a tenor del super¨¢vit de nuestros intercambios con el exterior ¡ªsuperior al 1% del PIB en 2022, pese al encarecimiento de la energ¨ªa¡ª. Este hito se explica, al menos en parte, por los reducidos costes laborales de las empresas espa?olas en relaci¨®n a sus principales competidores.
Sin embargo, este resultado global no deber¨ªa eclipsar una tendencia subyacente, a saber, el creciente d¨¦ficit de nuestros intercambios tecnol¨®gicos, revelador de una debilidad estructural que, de no corregirse, pondr¨¢ en peligro el excedente del total de intercambios con el exterior. Durante los ¨²ltimos a?os las importaciones de los bienes m¨¢s representativos de la transici¨®n digital ¡ªtel¨¦fonos m¨®viles y sus componentes, ordenadores y convertidores con electr¨®nica de potencia¡ª se han incrementado a un ritmo muy superior al de las ventas en el exterior. La consecuencia es que el desequilibrio digital que ya exist¨ªa antes de la pandemia se ha agravado, hasta alcanzar cerca de 10.000 millones.
De manera similar y tal vez m¨¢s preocupante habida cuenta de nuestra ventaja comparativa en recursos renovables, nuestros intercambios de tecnolog¨ªa ecol¨®gica ¡ªaproximada aqu¨ª por el comercio internacional de paneles fotovoltaicos, coches el¨¦ctricos y bater¨ªas de litio¡ª se caracterizan por un importante y creciente d¨¦ficit. La brecha se ha acrecentado hasta rozar los 7.200 millones. Con todo, la balanza total de la doble transici¨®n digital y ecol¨®gica arroja un agujero de 17.200 millones, casi 7.000 millones m¨¢s que en 2019.
Bien es cierto que otros sectores compensan el deterioro (de ah¨ª el mantenimiento del super¨¢vit a nivel agregado). Destaca el auge internacional de la industria del medicamento, que encadena los excedentes en sus intercambios con el extranjero. Este podr¨ªa ser uno de los sectores m¨¢s favorecidos por el proceso de relocalicalizaci¨®n de las cadenas de suministro en respuesta a un mundo m¨¢s polarizado que requiere de una mayor seguridad en el abastecimiento de productos esenciales. Los servicios no tur¨ªsticos tambi¨¦n mejoran su presencia en el exterior, paliando la cuasi desaparici¨®n del turismo durante la pandemia, y de esa manera contribuyendo notablemente al resultado de conjunto. Disponemos, por tanto, de s¨®lidos factores de adaptaci¨®n ante la nueva era de la globalizaci¨®n.
Pero a la larga no est¨¢ claro que estos factores puedan compensar el creciente d¨¦ficit tecnol¨®gico. Por ejemplo, es evidente que una mutaci¨®n industrial hacia el veh¨ªculo el¨¦ctrico es imprescindible para preservar la aportaci¨®n del sector automotriz a la econom¨ªa del pa¨ªs. Otro caso es el de los paneles solares, cuya producci¨®n en nuestro territorio ayudar¨ªa a poner en valor los recursos renovales.
En todo caso, el desequilibrio del comercio tecnol¨®gico es revelador de algunas vulnerabilidades en nuestra capacidad de adaptaci¨®n a las transformaciones digital y ecol¨®gica. Porque en esta gran mutaci¨®n pierden peso los costes laborales como factor de competitividad. Y escalan los ¡°intangibles¡± como la capacidad de innovaci¨®n, la atracci¨®n de talento, la calidad del capital humano y la modernizaci¨®n de la organizaci¨®n del trabajo, as¨ª como la previsibilidad del entorno en el que operan las empresas, estimulando sus inversiones.
Los EE UU lo han entendido, desplegando un arsenal de incentivos de corte abiertamente proteccionista. Europa debe encontrar su propio camino dentro de una visi¨®n inspirada por el multilateralismo, pero acorde con los tiempos geopol¨ªticos que corren y la necesidad de no quedarse atr¨¢s en la transici¨®n tecnol¨®gica. Nuestra econom¨ªa dispone de activos naturales, especialmente en lo que ata?e a la energ¨ªa, y de los recursos europeos del Next Generation. El d¨¦ficit tecnol¨®gico evidencia el camino que queda por recorrer para potenciarlos.
Saldo externo
Los datos de Aduanas hasta febrero apuntan a una reducción del déficit del comercio exterior de bienes, hasta 10.800 millones de euros (frente a 6.400 un año antes). Esta mejora obedece al abaratamiento de la factura de las importaciones energéticas y a la mejora del saldo de los intercambios de productos químicos, medicamentos y semi-manufacturas como el hierro y el acero. A la inversa, el superávit del comercio exterior de automóviles se ha reducido, mientras que en el caso de la maquinaria de oficina y telecomunicaciones, el déficit se ha agravado.
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