?Qu¨¦ inversor no quiere encontrar a la pr¨®xima Apple? Los expertos dan algunas pistas para detectar a las futuras estrellas de la Bolsa
Echar la vista atr¨¢s en los mercados financieros puede ser un buen ejercicio si se quiere anticipar cu¨¢l ser¨¢ la pr¨®xima ola millonaria en el parqu¨¦
La historia burs¨¢til cuenta que en los a?os setenta del siglo pasado, los valores estrella eran los vinculados a los recursos b¨¢sicos: petr¨®leo y metales, b¨¢sicamente. De los a?os setenta a los ochenta, el testigo, en lo que a revalorizaciones se refiere, lo tomaron las acciones vinculadas al desarrollo de la inform¨¢tica dom¨¦stica y la electr¨®nica personal. En los a?os noventa se abri¨® una nueva ¨¦poca de comunicaciones m¨®viles y, por tanto, saltaron a la palestra burs¨¢til las telecos y los medios de comunicaci¨®n. En los a?os dos mil, le lleg¨® el turno a los mercados emergentes y ...
La historia burs¨¢til cuenta que en los a?os setenta del siglo pasado, los valores estrella eran los vinculados a los recursos b¨¢sicos: petr¨®leo y metales, b¨¢sicamente. De los a?os setenta a los ochenta, el testigo, en lo que a revalorizaciones se refiere, lo tomaron las acciones vinculadas al desarrollo de la inform¨¢tica dom¨¦stica y la electr¨®nica personal. En los a?os noventa se abri¨® una nueva ¨¦poca de comunicaciones m¨®viles y, por tanto, saltaron a la palestra burs¨¢til las telecos y los medios de comunicaci¨®n. En los a?os dos mil, le lleg¨® el turno a los mercados emergentes y una r¨¢pida urbanizaci¨®n de China, de tal forma que los valores de consumo y los de miner¨ªa pasaron a ser los m¨¢s relevantes. En la primera d¨¦cada ya de este siglo XXI, hablar de disrupci¨®n digital se puso de moda y con ello las compa?¨ªas de comercio electr¨®nico y las plataformas de internet. Es a partir de 2020 cuando los sectores de innovaci¨®n sanitaria, la transici¨®n energ¨¦tica y, una vez m¨¢s, la disrupci¨®n digital ¡°dibujan¡± pr¨¢cticamente el escenario burs¨¢til.
En todos estos a?os, muy especialmente desde el inicio del siglo XXI, hay algunos valores que sencillamente ¡°han dado la nota¡±. Para sorpresa de muchos, las acciones que m¨¢s se han revalorizado en este tiempo han sido las de Monster, el fabricante de bebidas energ¨¦ticas. M¨¢s de un 100.000%: 1.000 t¨ªtulos de 2003 (unos 40 d¨®lares) valen hoy unos 55.000 d¨®lares. A Amazon tampoco le ha ido mal: de una acci¨®n a primeros de enero de 2000 a casi 4,5 d¨®lares, ahora cotizan en torno a los 130 d¨®lares. Netflix, Apple, Mastercard, Microsoft, Berkshire Hathaway, ExxonMobil, Tesla, Alphabet y, mucho m¨¢s recientemente, Nvidia son algunos de los otros valores conocidos que han resultado mucho m¨¢s rentables que cualquier media o ¨ªndice. Hay otros menos conocidos que, en la ¨²ltima d¨¦cada, han subido m¨¢s de un 1.000%: Plug Power, AXON, Ubiquiti u Old Dominion, entre otros.
La pregunta que plantean todos estos datos es sencilla y complicada a la vez. ?Puede este conjunto de historias de ¨¦xito burs¨¢til dar pistas sobre el futuro? Steven Smith, Investment Director de renta variable de Capital Group, no cree que la historia se repita. A su juicio, hoy por hoy las tendencias a largo plazo en la renta variable se centran, por ejemplo, en la innovaci¨®n sanitaria, con empresas que desarrollan nuevos f¨¢rmacos y nuevas plataformas tecnol¨®gicas para combatir mercados tan amplios y desatendidos como la obesidad y el c¨¢ncer. Tambi¨¦n en la disrupci¨®n digital, donde el pr¨®ximo est¨ªmulo podr¨ªa venir de la adopci¨®n masiva y la comercializaci¨®n de la inteligencia artificial (IA). ¡°Es probable¡±, explica, ¡°que fabricantes de semiconductores como Broadcom, TSMC y ASML se beneficien de esta inminente ola de disrupci¨®n digital m¨¢s intensa, ya que ser¨¢n los proveedores de la potencia de procesamiento inform¨¢tico para los modelos de IA¡±, explica Smith.
En el futuro, los esfuerzos por descarbonizar la econom¨ªa mundial pueden, en su opini¨®n, proporcionar un impulso adicional de varias d¨¦cadas a las empresas de una amplia gama de sectores. ¡°Esto incluye materias primas, semiconductores, veh¨ªculos el¨¦ctricos, almacenamiento de energ¨ªa, equipos de electrificaci¨®n, proveedores de calefacci¨®n, ventilaci¨®n y aire acondicionado, as¨ª como proveedores de combustibles alternativos como el hidr¨®geno limpio¡±, aclara. Por ¨²ltimo, se muestra convencido de que los cambios en la globalizaci¨®n, como el aumento de la deslocalizaci¨®n, ¡°pueden crear oportunidades en una serie de sectores, como la log¨ªstica, la maquinaria de infraestructura y los equipos m¨¦dicos¡±.
El grano y la paja
Pierre Debru, Head of Quantitative Research & Multi Asset Solutions de WisdomTree, plantea esta cuesti¨®n pregunt¨¢ndose si se trata de buscar los Amazon del futuro o evitar a los Yahoo. En su opini¨®n, no todas las empresas de IA o de bater¨ªas se convertir¨¢n en la pr¨®xima Apple. Algunas empresas fracasar¨¢n, otras se estancar¨¢n y unas pocas se convertir¨¢n en los l¨ªderes del ma?ana. Seg¨²n explica, ¡°se trata del efecto ¡®el ganador se lo lleva todo¡¯, que deja claro que solo el 4% de todas las empresas estadounidenses representan toda la creaci¨®n de riqueza del mercado burs¨¢til estadounidense desde la d¨¦cada de 1920¡å.
Para Luis Artero, responsable de inversiones de JP Morgan Banca Privada en Espa?a, la historia sigue siendo ¡°una gu¨ªa ¨²til¡±, especialmente si nos remontamos a la ¨¦poca anterior a la crisis financiera mundial. Desde su punto de vista, el panorama inversor del siglo XXI se caracteriz¨® por una pol¨ªtica monetaria ultralaxa, ya que la inflaci¨®n en el mundo desarrollado fue especialmente baja. ¡°Si bien creemos que esos d¨ªas han pasado, tambi¨¦n consideramos para proteger las carteras de los riesgos bajistas, que deber¨ªa considerarse la renta fija de calidad (duraci¨®n), lo mismo que la inversi¨®n en activos reales, que han demostrado hist¨®ricamente su val¨ªa en periodos de inflaci¨®n elevada¡±, argumenta.
En su opini¨®n, estamos probablemente ante una nueva transici¨®n tecnol¨®gica, la de la IA, que con el tiempo ¡°puede ser un impulsor de la productividad, lo que podr¨ªa impulsar a su vez de forma modesta el crecimiento del PIB en el mundo desarrollado y, a su vez, proporcionar viento de cola para los beneficios empresariales en general¡±.
Para Jamie Mills O¡¯Brien, Investment Director de Aberdeen, la respuesta a la cuesti¨®n planteada tiene matices. As¨ª explica que ¡°asistimos a un periodo en el que son las grandes empresas, los monopolios de internet, las que en realidad impulsan la innovaci¨®n en muchos ¨¢mbitos. La gran dependencia de la IA generativa de los datos y el procesado avanzado pone la ventaja en manos de aquellas empresas con la amplitud, la capacidad de ingenier¨ªa y el capital para dise?ar el silicio y aprovechar los datos necesarios para ejecutarla a escala¡±.
Este experto se cuestiona si estamos o no ante un cambio de paradigma en los mercados y necesitamos buscar nuevos l¨ªderes. Su conclusi¨®n es clara. ¡°Si nos fijamos en los ingresos de Nvidia en centros de datos, la respuesta es un rotundo s¨ª¡±, se?ala. Tambi¨¦n a?ade que cualquier estrategia que se base simplemente en comprar y mantener las empresas m¨¢s grandes es probable que obtenga peores resultados. En su opini¨®n, ¡°algunas de esas empresas prosperar¨¢n, aunque es probable que sean pocas y distantes entre s¨ª. Sospecho que los recursos m¨¢s escasos ser¨¢n la capacidad de acceder e invertir en aquellas empresas m¨¢s peque?as e igualmente escasas, ligeramente alejadas de los lugares m¨¢s frecuentados, que sean capaces de aprovechar esta tecnolog¨ªa para escalar e impulsar los beneficios. Se tratar¨¢ de empresas m¨¢s peque?as y ¡®l¨ªderes del futuro¡¯ en ¨¢mbitos como la inteligencia artificial, la atenci¨®n sanitaria y las tecnolog¨ªas ecol¨®gicas¡±.
En cualquier caso, todos apuestan por los mercados de valores como mejor garant¨ªa de futuro, donde la historia ha dado los datos clave. Stefan Rondorf, estratega s¨¦nior de Inversi¨®n, Econom¨ªa Global y Estrategia, Global Economics & Strategy de Allianz Global Investors, vuelve a recurrir a ellos al se?alar que si se analizan series de datos amplias, veremos que desde 1801 hasta finales de 2022 la deuda p¨²blica estadounidense ha presentado una rentabilidad media del 3,3%, mientras que la de las acciones norteamericanas ha sido del 6,88%. La diferencia radica en la prima de riesgo del 2,84%. ¡°Quien hubiera invertido un d¨®lar en bonos al principio de la serie se habr¨ªa embolsado algo m¨¢s de 1.300 d¨®lares; si lo hubiera invertido en acciones, se habr¨ªa llevado m¨¢s de 2,4 millones de d¨®lares¡±, recuerda.
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