El valor de los valores
Somos una de las regiones m¨¢s pr¨®speras, pero la identidad de Europa no debe construirse solo desde el prisma econ¨®mico
Contribuir a la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible; contribuir a la solidaridad y el respeto mutuo entre los pueblos, el comercio libre y justo, la erradicaci¨®n de la pobreza y la protecci¨®n de los derechos humanos; el estricto respeto del Derecho Internacional. No son solo conceptos aspiracionales, sino que constituyen los objetivos que no...
Contribuir a la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible; contribuir a la solidaridad y el respeto mutuo entre los pueblos, el comercio libre y justo, la erradicaci¨®n de la pobreza y la protecci¨®n de los derechos humanos; el estricto respeto del Derecho Internacional. No son solo conceptos aspiracionales, sino que constituyen los objetivos que nos gu¨ªan como europeos e influyen en nuestro d¨ªa a d¨ªa. El art¨ªculo 3 del Tratado de Lisboa los establece como base para la relaci¨®n con el resto del mundo, y a?ade uno que los refuerza a todos: afirmar y promover los valores e intereses de la UE.
?Son estos objetivos una declaraci¨®n de intenciones real? S¨ª, lo son. Y como ciudadanos, a ello debemos aspirar y contribuir. Como toda organizaci¨®n, la UE no solo necesita unos valores para guiar sus pol¨ªticas y regulaciones, sino tambi¨¦n para reforzar su posici¨®n en el espectro geopol¨ªtico internacional. Los europeos, por nuestra parte, necesitamos asimilarlos, promoverlos y ejecutarlos para entender qui¨¦nes somos, de d¨®nde venimos y hacia d¨®nde vamos.
¡§Debemos adaptarnos a los tiempos cambiantes y mantener nuestros principios inmutables¡§ dijo Jimmy Carter durante su mandato. El tiempo le ha dado la raz¨®n al expresidente de EE UU, que este a?o cumplir¨¢ 100 a?os. En el pasado reciente, Europa estuvo m¨¢s enfocada en el desarrollo de pol¨ªticas internas que promovieran la integraci¨®n econ¨®mica y evitaran conflictos entre vecinos, como la creaci¨®n del mercado ¨²nico, la pol¨ªtica monetaria, o las sucesivas ampliaciones. Sin embargo, los acontecimientos sucedidos en los ¨²ltimos a?os, incluidos la pandemia y una guerra en territorio europeo, han puesto de manifiesto la necesidad de proyectar con fuerza los intereses de la Uni¨®n y hacerlo sobre unas bases que unan a todos sus ciudadanos.
Con 24 lenguas oficiales, cerca de 450 millones de habitantes y una extensi¨®n de casi 4.000 km, la UE es un territorio heterog¨¦neo. En su primer discurso como presidenta de la Comisi¨®n en noviembre de 2019, Ursula von der Leyen dijo que iba a presidir una Europa geopol¨ªtica, activa en pol¨ªtica exterior y cuyos objetivos se cumplieran a trav¨¦s de la colaboraci¨®n con terceros pa¨ªses. Para conseguirlo, la eficiencia econ¨®mica y los procedimientos gubernamentales no son suficientes. La Uni¨®n necesita reforzar sus principios y llenarse de contenido pol¨ªtico, construyendo una identidad basada en valores comunes, con ciudadanos orgullosos no solo por pertenencia sino por un sentimiento de inclusi¨®n. La construcci¨®n de una identidad europea y el proceso de integraci¨®n de nuevos miembros se retroalimentan y complementan. Adem¨¢s, en tiempos de profunda polarizaci¨®n, la construcci¨®n de la identidad se puede definir no solo por lo que es, sino tambi¨¦n por lo que no es. Estos valores son una contraposici¨®n al autoritarismo y la falta de democracia. De hecho, tras la invasi¨®n rusa de Ucrania, ha aumentado el apoyo al sistema democr¨¢tico y ha mejorado la percepci¨®n sobre los flujos migratorios.
De la misma manera, la identidad se puede definir en oposici¨®n al populismo, la forma de hacer pol¨ªtica que ofrece respuestas simples a problemas complejos, y cuyas propuestas son lo contrario a la una gobernanza eficiente y sostenible. Es cierto que Europa no ha escapado al populismo. Estos partidos existen en todos los Estados miembros y muchos de ellos tendr¨¢n representaci¨®n parlamentaria en el Parlamento Europeo en las pr¨®ximas elecciones. Sin embargo, esto no deslegitima una identidad europea basada, entre otros, en los principios de libertad de pensamiento y pluralidad pol¨ªtica.
Los europeos pertenecemos a unas de las regiones m¨¢s prosperas. Sin embargo, la identidad europea no debe construirse solamente desde el prisma econ¨®mico. Europa promueve y protege sociedades abiertas, prosperas y plurales. Es importante poner en valor estos m¨¦ritos para reforzar una identidad firme que defina las pol¨ªticas internas y tambi¨¦n el posicionamiento y acciones en los debates internacionales. Como ciudadanos, el 9 de junio tenemos la oportunidad de expresar, con nuestro voto, qu¨¦ Europa queremos. Unas elecciones donde tenemos la responsabilidad de elegir con qu¨¦ valores nos sentimos representados y cu¨¢les ser¨¢n las prioridades pol¨ªticas del continente durante los siguientes cinco a?os.
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