Otra Europa es posible, tambi¨¦n en Palestina
Para ser coherentes con los valores europeos, debemos aumentar la presi¨®n sobre Netanyahu, con un embargo de armas y suspendiendo el Acuerdo de Asociaci¨®n UE-Israel si es necesario, adem¨¢s de apoyar los procesos judiciales internacionales y reconocer el Estado palestino
Europa no puede permanecer en silencio mientras asiste a la cat¨¢strofe que se est¨¢ desarrollando en Gaza. La inminente operaci¨®n terrestre en Rafah acarrear¨ªa un sufrimiento indecible e inaceptable, con 1,4 millones de palestinos desplazados atrapados cerca de la frontera con Egipto. La espeluznante apertura de fuego contra los palestinos que hac¨ªan cola para recibir ayuda humanitaria, esencial para sus vidas, con el resultado de m¨¢s de 100 muertos y m¨¢s de 700 heridos la semana pasada, es otra llamada de atenci¨®n a la comunidad internacional.
Por todo ello, necesitamos que Europa pida de forma clara y al un¨ªsono un alto el fuego inmediato, el pleno acceso de la ayuda humanitaria, la liberaci¨®n de todos los rehenes y el pleno reconocimiento del derecho del pueblo palestino a la autodeterminaci¨®n, entre otras muchas cosas.
Como vicepresidentas de Espa?a y B¨¦lgica, estamos comprometidas con una Europa que predique con el ejemplo, que ponga en pr¨¢ctica sus valores fundamentales de defensa de la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho: una Europa integradora y feminista que no deje a nadie atr¨¢s.
Pero esforzarnos por vivir conforme a estos valores dentro de nuestras fronteras no es suficiente: si no vivimos conforme a ellos tambi¨¦n en el ¨¢mbito regional y global, perderemos toda nuestra credibilidad, precisamente cuando m¨¢s la necesitamos. Sin credibilidad y el respeto de la comunidad internacional, ?c¨®mo podremos reivindicarnos como socios de confianza en el desarrollo econ¨®mico de nuestros vecinos del sur del Mediterr¨¢neo y de ?frica? ?C¨®mo podremos ser eficaces a la hora de movilizar la lucha contra la crisis clim¨¢tica de forma m¨¢s justa en el ¨¢mbito global? La incoherencia y la indecisi¨®n socavar¨¢n nuestros intereses y debilitar¨¢n nuestra influencia en la escena mundial.
En su lugar, Europa debe actuar unida y con firmeza: la paz no es s¨®lo una palabra para nosotros, los europeos; es un valor fundamental que conforma nuestra identidad, es un inter¨¦s geopol¨ªtico y es una doctrina de pol¨ªtica exterior. Conocemos demasiado bien el precio de la guerra, la humillaci¨®n, la venganza y la deshumanizaci¨®n.
Por todas estas razones, Europa debe tomar urgentemente medidas mucho m¨¢s en¨¦rgicas y decisivas en relaci¨®n con la actual crisis de Oriente Medio. Queremos una soluci¨®n pol¨ªtica sostenible y a largo plazo que aborde las causas profundas de un conflicto colonial que dura ya d¨¦cadas, incluidos la ocupaci¨®n y apartheid israel¨ª y su pol¨ªtica de asentamientos. Una soluci¨®n que asuma el derecho b¨¢sico a la autodeterminaci¨®n del pueblo palestino. Pero lo m¨¢s importante, y como primer paso necesario, exigimos un alto el fuego inmediato y que la barbarie que estamos presenciando termine de una vez.
En primer lugar, para lograr ese alto el fuego, Europa debe utilizar toda su capacidad de influencia y aumentar la presi¨®n sobre el Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu, suspendiendo el Acuerdo de Asociaci¨®n UE-Israel si es necesario, instaurando un embargo general y completo de armas o incluso imponiendo sanciones en virtud del R¨¦gimen Global de Sanciones en materia de Derechos Humanos.
En segundo lugar, para ayudar a que una paz justa y duradera pueda surgir de las cenizas de este horror, Europa debe apoyar sin ambages la legalidad internacional y apostar por que todos los que cometieron cr¨ªmenes de guerra y cr¨ªmenes contra la humanidad rindan cuentas. Precisamente por eso apoyamos plenamente la investigaci¨®n en curso de la Corte Penal Internacional (CPI) y pedimos al fiscal que d¨¦ prioridad a esta investigaci¨®n. Por eso tambi¨¦n pedimos a Israel que aplique plenamente las medidas provisionales que el Tribunal de La Haya ha impuesto en el caso que Sud¨¢frica ha presentado ante ella bas¨¢ndose en la Convenci¨®n para la Prevenci¨®n y la Sanci¨®n del Delito de Genocidio.
En tercer lugar, Europa debe apoyar un proceso pol¨ªtico firme e irreversible que conduzca a la coexistencia pac¨ªfica de todos los pueblos con los mismos derechos a la autodeterminaci¨®n, la seguridad y la dignidad, en dos Estados democr¨¢ticos. Es hora, por tanto, de reconocer un Estado palestino viable. Europa deber¨ªa apoyar a los valientes y resistentes defensores de la paz de ambos bandos, rescatar sus voces ahogadas, elevarlas por encima de los ensordecedores tambores de guerra.
Es un momento crucial para que Europa demuestre lo que representa. Las pr¨®ximas elecciones europeas pueden poner a prueba nuestra resistencia democr¨¢tica. Las fuerzas pol¨ªticas reaccionarias, antidemocr¨¢ticas y antifeministas est¨¢n ganando terreno. Pero hemos visto que las cosas pueden cambiar. Las elecciones espa?olas y polacas han demostrado que unidos podemos frenar a la derecha radical y antiliberal. Es posible empujar a Europa en una direcci¨®n completamente distinta, hacia la plena protecci¨®n de los derechos humanos, dentro y fuera de Europa.
En definitiva, este texto es una llamada a la acci¨®n y un mensaje de esperanza. Otra Europa, en la que las voces de nuestras mujeres y j¨®venes sean protagonistas, es necesaria. Una Europa que realmente se centre en sus propios valores de derechos humanos y se levante contra sus violaciones, dondequiera que se produzcan. Es el momento de demostrar que esa otra Europa es posible.
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