El impacto parad¨®jico de los conflictos b¨¦licos en la econom¨ªa espa?ola
La volatilidad geopol¨ªtica perjudica a las pymes, pero no impide que siga llegando inversi¨®n internacional
Las tensiones geopol¨ªticas, y su exacerbaci¨®n b¨¦lica en Oriente Pr¨®ximo, adem¨¢s de las consecuencias dram¨¢ticas para la poblaci¨®n, est¨¢n teniendo un impacto sorprendente en la econom¨ªa espa?ola. Por una parte, el grueso del tejido productivo se resiente al igual que en el resto de Europa del clima de incertidumbre que lastra la confianza y dificulta el despegue de la inversi¨®n, clav...
Las tensiones geopol¨ªticas, y su exacerbaci¨®n b¨¦lica en Oriente Pr¨®ximo, adem¨¢s de las consecuencias dram¨¢ticas para la poblaci¨®n, est¨¢n teniendo un impacto sorprendente en la econom¨ªa espa?ola. Por una parte, el grueso del tejido productivo se resiente al igual que en el resto de Europa del clima de incertidumbre que lastra la confianza y dificulta el despegue de la inversi¨®n, clave de la prolongaci¨®n de nuestro ciclo expansivo. El repunte del precio del petr¨®leo y del transporte mar¨ªtimo que transita por las regiones pr¨®ximas a la contienda complica la senda de desinflaci¨®n, al tiempo que erosiona el poder adquisitivo.
En cambio, las turbulencias globales se acompa?an de ingentes flujos de entrada de inversi¨®n internacional, por el poder de atracci¨®n de los bajos costes laborales y energ¨¦ticos en relaci¨®n a otras econom¨ªas de nuestro entorno. Los recientes anuncios de tomas de posici¨®n en los sectores de la tecnolog¨ªa, de la energ¨ªa y del autom¨®vil forman parte de una tendencia de fondo, a tenor del volumen de capital extranjero que se invierte en el equipamiento de empresas espa?olas, sobre todo en las grandes corporaciones: en los ¨²ltimos dos a?os, la inversi¨®n extranjera directa (excluyendo el capital financiero especulativo) alcanz¨® una media del 2,9% del PIB, un registro muy superior al que se observa en los otros grandes socios comunitarios. Adem¨¢s, Espa?a es importadora neta de capital extranjero, a diferencia de Alemania, por ejemplo, que exporta buena parte de su ahorro para equipar empresas en otros pa¨ªses ¡ªuna insensatez para su industria, en plena reconversi¨®n¡ª.
Es decir, los inversores internacionales razonan en clave global, y en esa comparaci¨®n, Espa?a no sale mal parada (las incertidumbres son similares en todo el continente, pero nosotros estamos alejados de las principales zonas de conflicto y los costes de producci¨®n son favorables). A diferencia de ello, las empresas espa?olas m¨¢s peque?as se determinan en funci¨®n de las condiciones locales y de otras variables que afectan el clima de negocios en el mercado interno. Entre estos lastres, el que m¨¢s afecta la inversi¨®n es la memoria traum¨¢tica de la crisis financiera ¡ªuna consideraci¨®n alejada de las preocupaciones de los grandes inversores internacionales¡ª.
Esta dualidad es relevante para la pol¨ªtica econ¨®mica, en primer lugar, porque muestra que el d¨¦ficit de inversi¨®n se produce sobre todo en la peque?a y mediana empresa, y no tanto en las corporaciones con capacidad de atracci¨®n de capital extranjero. A este respecto, la reci¨¦n anunciada iniciativa de cofinanciaci¨®n de empresas, pilotada por Cofides, es un paso en la buena direcci¨®n ya que pretende acercar los recursos a los sectores estrat¨¦gicos, pudiendo en principio beneficiar a las empresas de tama?o intermedio. El volumen de recursos de este fondo (2.000 millones de euros, financiados con pr¨¦stamos del Next Generation), sin embargo, parece insuficiente para paliar la sequ¨ªa de la inversi¨®n. M¨¢s decisiva ser¨ªa la uni¨®n financiera proyectada por Bruselas con el objetivo de facilitar la movilidad del ahorro para dinamizar la econom¨ªa europea, pero el proyecto se enfrenta a la visi¨®n de pa¨ªses reacios a la armonizaci¨®n normativa y fiscal. Veremos si Mario Draghi logra suavizar las asperezas con su esperado informe de diagn¨®stico de la posici¨®n de Europa frente a las otras grandes potencias.
La formulaci¨®n de una senda presupuestaria a medio plazo ser¨ªa otra palanca para desatascar la inversi¨®n entre las empresas m¨¢s afectadas por las incertidumbres y que, por su tama?o, no pueden acceder a la financiaci¨®n internacional. Los Presupuestos Generales de Estado conforman el principal instrumento de pol¨ªtica econ¨®mica, y de ellos depende la percepci¨®n del grado de coherencia de la acci¨®n p¨²blica.
Por parad¨®jico que pueda parecer, la volatilidad del entorno global es m¨¢s perjudicial para la pyme espa?ola que para los inversores internacionales que siguen apostando por nuestro tejido productivo. Una dicotom¨ªa que tiende a acrecentarse a medida que el conflicto en Oriente Pr¨®ximo perpet¨²a, cuando no se extiende.
Capital extranjero
El volumen de capital extranjero invertido el año pasado en empresas españolas, o inversión directa extranjera, alcanzó los 33.000 millones de euros (según datos de balanza de pagos). Los inversores precedentes de la Unión Europea, EE UU y Reino Unido siguen aportando el grueso de los fondos, con algo menos del 80% del total (con información de DataInvest). Las monarquías del Golfo Pérsico, entre las que destaca Emiratos Árabes Unidos, representan apenas el 1,3% del total, y China el 1,4%, si bien la presencia del gigante asiático se está incrementando rápidamente.
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