Sostenibilidad en toda la cadena de valor
La nueva directiva de diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad busca que las compa?¨ªas garanticen el cumplimiento de los derechos humanos y la gesti¨®n de los riesgos medioambientales a lo largo de su cadena de valor
El 24 de abril se aprob¨® la nueva directiva de diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (CSDDD, por sus siglas en ingl¨¦s). Este nuevo hito normativo persigue la integraci¨®n de la sostenibilidad en los procesos operativos de las empresas. En concreto, la norma busca que las compa?¨ªas garanticen el cumplimiento de los derechos humanos y la gesti¨®n de los riesgos medioambientales a lo larg...
El 24 de abril se aprob¨® la nueva directiva de diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (CSDDD, por sus siglas en ingl¨¦s). Este nuevo hito normativo persigue la integraci¨®n de la sostenibilidad en los procesos operativos de las empresas. En concreto, la norma busca que las compa?¨ªas garanticen el cumplimiento de los derechos humanos y la gesti¨®n de los riesgos medioambientales a lo largo de su cadena de valor.
Esta directiva aplica de manera directa a grandes compa?¨ªas. Sin embargo, el texto tambi¨¦n recoge la responsabilidad de estas empresas sobre sus proveedores. La CSDDD empuja a las grandes empresas a ayudar a sus vendedores en el desarrollo de mecanismos que permitan identificar brechas de vulneraci¨®n de los derechos humanos o riesgos medioambientales, y al mismo tiempo aplicar planes de contingencia y remedio de conflictos. Es decir, se busca que las peque?as empresas se apalanquen en los conocimientos y recursos de las grandes para ofrecer una mayor solidez a todo el sistema.
A diferencia de otras normativas en materia de sostenibilidad que se han centrado en garantizar unos niveles m¨ªnimos de transparencia, la CSDDD busca ir un paso m¨¢s all¨¢. La directiva impone no s¨®lo el reconocimiento e identificaci¨®n de las principales brechas en materia de sostenibilidad, sino tambi¨¦n mecanismos que permitan evaluar dichos riesgos, para luego poder gestionarlos o mitigarlos a trav¨¦s de planes de acci¨®n previamente definidos.
Adem¨¢s, la norma vuelve a apuntar hacia la alta direcci¨®n como responsables ¨²ltimos de la implementaci¨®n de la diligencia debida en la estrategia empresarial. La buena noticia es que, a pesar de que el desarrollo normativo es novedoso, gran parte de las mayores empresas ya estaban cumpliendo con estos principios. Seg¨²n datos de la Red Espa?ola de Pacto Mundial, un 77% de las empresas del Ibex 35 ya realizaban en 2023 procesos de diligencia debida. No obstante, s¨®lo un 54% presentaba mecanismos de reparaci¨®n ante eventos adversos o impactos negativos.
Esta nueva exigencia normativa responde a su vez a una l¨®gica financiera con potenciales beneficios a largo plazo. Mediante la minimizaci¨®n de riesgos, ya sean de corte reputacional o de car¨¢cter operativo, las compa?¨ªas se deber¨ªan beneficiar, en ¨²ltimo t¨¦rmino, de una reducci¨®n de costes vinculados a una gesti¨®n m¨¢s eficiente de su cadena de valor y as¨ª evitar eventos como: la interrupci¨®n de la producci¨®n como consecuencia de accidentes en las f¨¢bricas de los proveedores por incumplimiento de medidas m¨ªnimas de seguridad, multas por contaminaci¨®n no controlada, huelgas como respuesta a las malas condiciones laborales, reducci¨®n de la demanda del cliente por impacto sobre el valor de marca, etc¨¦tera.
Por tanto, la CSDDD es otra pieza del gran puzle en materia de sostenibilidad que, integrada en los planes estrat¨¦gicos, contribuir¨¢ a una mejor canalizaci¨®n de los esfuerzos en materia de sostenibilidad realizados por las grandes empresas.
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