El estilo ¡®tecno bro¡¯ en la pol¨ªtica de Estados Unidos
La incursi¨®n de los magnates tecnol¨®gicos en la campa?a electoral acerca nuestra democracia a la cat¨¢strofe
Ahora nos parece mentira, pero en 2021 Time nombr¨® a Elon Musk Persona del A?o. Es cierto que esa designaci¨®n no equivale necesariamente a un sello de aprobaci¨®n. Pero la cobertura que la revista hizo de Musk en su momento fue muy favorable, casi aduladora, destacando su afirmaci¨®n de que ¡°Marte y los coches son mi vocaci¨®n¡±.
Mucha gente no estar¨ªa de acuerdo hoy con esa declaraci¨®n. Por supuesto, Tesla y SpaceX siguen siendo grandes empresas. Pero para muchos, Musk se define en gran medida por la forma en que ha cambiado X, el sitio antes conocido como Twitter, al crear m¨¢s espa...
Ahora nos parece mentira, pero en 2021 Time nombr¨® a Elon Musk Persona del A?o. Es cierto que esa designaci¨®n no equivale necesariamente a un sello de aprobaci¨®n. Pero la cobertura que la revista hizo de Musk en su momento fue muy favorable, casi aduladora, destacando su afirmaci¨®n de que ¡°Marte y los coches son mi vocaci¨®n¡±.
Mucha gente no estar¨ªa de acuerdo hoy con esa declaraci¨®n. Por supuesto, Tesla y SpaceX siguen siendo grandes empresas. Pero para muchos, Musk se define en gran medida por la forma en que ha cambiado X, el sitio antes conocido como Twitter, al crear m¨¢s espacio para los extremistas de derecha, incluyendo un n¨²mero considerable de cuentas pronazis, y su propia aceptaci¨®n de teor¨ªas de la conspiraci¨®n antisemitas y racistas.
El giro a la derecha de Musk no es universal, y ni siquiera t¨ªpico: las informaciones de prensa dan a entender que, incluso con el giro a la derecha de varios nombres relevantes, Silicon Valley sigue siendo mayoritariamente dem¨®crata. Las contribuciones pol¨ªticas del sector de internet, en concreto, siguen mostrando una fuerte inclinaci¨®n hacia los dem¨®cratas. Pero los tecn¨®cratas de derechas est¨¢n ejerciendo una influencia significativa y, yo dir¨ªa, maligna en el panorama pol¨ªtico.
Consideremos el caso de J.D. Vance, senador por Ohio y candidato a vicepresidente de Donald Trump. ?C¨®mo ha llegado hasta donde est¨¢? Es un hombre de campa?a excepcional; o sea, excepcional en el sentido de que parece que se le da incre¨ªblemente mal. No voy a repetir el incidente de las ¡°mujeres con gatos¡±, excepto para decir que contribuy¨® a lo que probablemente pasar¨¢ a la historia como una de las peores presentaciones del candidato a vicepresidente de todos los tiempos. ?Qui¨¦n eligi¨® a este tipo?
La respuesta, me parece a m¨ª, es un pu?ado de magnates de la tecnolog¨ªa encabezados por el multimillonario Peter Thiel, que, de hecho, compraron a Vance un esca?o en el Senado abrumando a sus rivales con una avalancha de dinero.
Y al hacerlo, han puesto a alguien que se ha transformado en un extremista desagradable en una senda que muy posiblemente le sit¨²a a un paso de la presidencia: tengan en cuenta que fue Vance quien se encarg¨® de difundir las afirmaciones sobre los inmigrantes haitianos en Springfield, Ohio, que robaban y se com¨ªan a las mascotas de los vecinos, y ha seguido perpetuando de buena gana estas afirmaciones a pesar de que parecen ser completamente infundadas.
Luego est¨¢n las criptomonedas, que no son exactamente como otras partes del sector tecnol¨®gico. Independientemente de lo que uno piense de Musk, Tesla produce un producto real con usos reales; lo mismo ocurre con PayPal, la fuente inicial de la inmensa riqueza de Thiel. Las criptomonedas, por el contrario, siguen siendo una soluci¨®n en busca de un problema.
Pero hace un par de meses, Bernie Moreno, el candidato republicano al otro esca?o de Ohio en el Senado y partidario de las criptomonedas, preguntaba en una convenci¨®n de bitcoin: ¡°?No est¨¢is hartos de esos pol¨ªticos que dicen que el bitcoin sirve para traficar con drogas y blanquear dinero?¡±. En realidad, no: estoy harto de que los usos m¨¢s obvios y f¨¢ciles de las criptomonedas sean el tr¨¢fico de drogas y el blanqueo de dinero, despu¨¦s de haber tratado de encontrar usos legales relevantes y fracasado en el intento.
Sin embargo, las criptomonedas se comercializan como una tecnolog¨ªa revolucionaria, y algunos de sus principales impulsores se encuentran entre los tech bros, o ejecutivos del sector de la tecnolog¨ªa, que han estado dando bandazos a la derecha, por lo que tiene sentido poner el papel pol¨ªtico de las criptomonedas en la misma cesta.
Y las criptomonedas desempe?an un papel importante en las elecciones de 2024. Axios escribe que, seg¨²n un informe de agosto de Public Citizen, ¡°el sector de las criptomonedas representa casi la mitad del dinero aportado por las corporaciones a los comit¨¦s de acci¨®n pol¨ªtica en 2024¡å. ?Por qu¨¦ gasta tanto el sector de las criptomonedas? Est¨¢ claro que teme la regulaci¨®n: Gary Gensler, presidente de la Comisi¨®n de Bolsa y Valores, ha sostenido que los criptoactivos deber¨ªan considerarse y regularse como valores, lo que podr¨ªa perjudicar o incluso anular su valor al echar por tierra parte de la propaganda.
M¨¢s all¨¢ de eso, una parte cada vez mayor de los criptoactivos consiste en stablecoins, o criptomonedas estables, emitidas por instituciones que vinculan su valor a divisas tradicionales, como el d¨®lar. Sin embargo, ya tenemos un nombre para las instituciones que emiten pasivos que prometen canjear por moneda fuerte cuando se les solicite: bancos. Y siglos de experiencia nos dicen que los bancos deben estar regulados para garantizar la estabilidad financiera.
Pero las criptomonedas estables no est¨¢n reguladas como los bancos, y no est¨¢ claro que pudieran competir si lo estuvieran.
De modo que el gasto pol¨ªtico de las criptomonedas parece estar claramente motivado por el inter¨¦s financiero, mientras que el giro a la derecha de otros tech bros podr¨ªa reflejar un sentimiento de causa com¨²n con Trump, quien, al igual que ellos, cree que no deber¨ªa estar obligado a jugar seg¨²n las reglas. (Yo a?adir¨ªa que los hombres muy ricos a veces son proclives a las teor¨ªas de la conspiraci¨®n porque con demasiada frecuencia est¨¢n rodeados de personas que les dicen lo que quieren o¨ªr, y que se r¨ªen de sus chistes incluso cuando no tienen gracia).
Sean cuales sean sus motivaciones, el gasto pol¨ªtico de los ejecutivos tecnol¨®gicos podr¨ªa tener un impacto enorme en la pol¨ªtica estadounidense. Esas elecciones en Ohio, por s¨ª solas, podr¨ªan determinar el control del Senado, con enormes repercusiones para la pol¨ªtica federal en muchos frentes.
En resumen, el estilo tech bro ha irrumpido como una fuerza importante en la pol¨ªtica estadounidense, una fuerza que, en mi opini¨®n, acerca nuestra democracia a la cat¨¢strofe.