El gran recorte de tipos de la Fed no ha sido pol¨ªtico, era una decisi¨®n econ¨®mica obvia
Los argumentos econ¨®micos a favor de una gran bajada eran muy s¨®lidos y la Reserva Federal no se dej¨® intimidar
En cierto sentido, podr¨ªa decirse que la decisi¨®n del mi¨¦rcoles de la Reserva Federal de bajar los tipos de inter¨¦s tuvo una importancia m¨ªnima. El tipo de inter¨¦s que la Reserva controla m¨¢s o menos directamente ¨Cel tipo de los fondos federales¨C es el tipo al que los bancos se prestan dinero unos a otros a un d¨ªa. Y es dif¨ªcil pensar en empresas o consumidores que vayan a cambiar sus planes porque el tipo de inter¨¦s anualizado de los pr¨¦stamos a un d¨ªa haya bajado medio punto porcentual, desde alrededor del 5,5% a alrededor del 5%, lo que significa que, si se piden 1.000 d¨®lares prestados, el reembolso al d¨ªa siguiente baja 1,4 c¨¦ntimos.
Pero ha sido una maniobra trascendental de todos modos. Para empezar, los cambios en los tipos de la Reserva Federal tienden a repercutir en los tipos de inter¨¦s a largo plazo, que son los realmente importantes para la econom¨ªa. Por ejemplo, la serie de subidas de tipos que la Fed emprendi¨® en 2022 y 2023 elev¨® los tipos de inter¨¦s de las hipotecas fijas a 30 a?os hasta casi el 8%, desde alrededor del 3%.
Y lo que es a¨²n m¨¢s importante, al empezar a recortar los tipos, la Fed ¨Cque empez¨® a subirlos en 2022 en un intento de controlar el aumento de los precios¨C ha declarado de hecho su convencimiento de que la guerra contra la inflaci¨®n est¨¢ ganada.
?Por qu¨¦ deber¨ªa importarnos lo que piense la Reserva Federal? D¨¦jenme que les cuente un secreto: Jerome Powell, el presidente del banco central estadounidense, y sus compa?eros no tienen ninguna informaci¨®n privilegiada sobre el estado de la econom¨ªa. (Vale, puede que les avisen con antelaci¨®n si, por ejemplo, un gran banco est¨¢ a punto de quebrar). La mayor¨ªa de sus decisiones se basan en los mismos datos sobre desempleo, inflaci¨®n, etc. que est¨¢n a disposici¨®n de cualquiera con una conexi¨®n a Internet.
Es cierto que la Reserva Federal cuenta con economistas muy inteligentes en su plantilla. Pero tambi¨¦n hay muchos economistas inteligentes fuera de ella. La declaraci¨®n impl¨ªcita de que la inflaci¨®n ha sido derrotada no ser¨¢ noticia para nadie que, por ejemplo, haya seguido a Mark Zandi de Moody¡¯s o a Jan Hatzius de Goldman Sachs, que llevan meses dici¨¦ndonos que la inflaci¨®n est¨¢ bajo control.
Sin embargo, el papel pol¨ªtico que desempe?a la Reserva Federal le confiere cierta solemnidad, lo que significa que su opini¨®n tiene un peso especial entre los inversores y, lo que quiz¨¢ sea m¨¢s importante, entre la opini¨®n p¨²blica en general.
Por tanto, es importante que la Reserva Federal declare que la inflaci¨®n ya no es un peligro. Pero esta buena noticia plantea dos preguntas.
En primer lugar, si la inflaci¨®n est¨¢, como dijo Powell en su rueda de prensa, cerca del objetivo del banco central del 2%, ?por qu¨¦ ¨¦l y sus compa?eros no han recortado a¨²n m¨¢s los tipos?
El comit¨¦ de la Reserva Federal que fija los tipos de inter¨¦s, que se re¨²ne ocho veces al a?o, normalmente los mueve gradualmente, un cuarto de punto cada vez. El gran debate antes de esta reuni¨®n era si se tratar¨ªa de un recorte est¨¢ndar de un cuarto de punto o, lo que obtuvimos de hecho, un recorte gigante de medio punto.
Pero en lugar de pensar en incrementos, supongamos que nos preguntamos ¨²nicamente qu¨¦ nivel de tipos de inter¨¦s tiene sentido en este momento. La inflaci¨®n parece estar bajo control; los mercados laborales dan la impresi¨®n de debilitarse, con una tasa de desempleo todav¨ªa bastante baja, pero significativamente superior a su punto m¨¢s bajo del a?o pasado, y un descenso de la contrataci¨®n. En general, como afirmaba Powell en su rueda de prensa, el mercado laboral parece un poco m¨¢s fr¨ªo de lo que estaba en v¨ªsperas de la pandemia.
Sin embargo, el tipo de inter¨¦s a un d¨ªa estaba en el 1,75% a finales de 2019. Hay algunos argumentos dudosos en el sentido de que podemos mantener el pleno empleo a un tipo de inter¨¦s algo m¨¢s alto ahora; los participantes en la reuni¨®n del comit¨¦ del mi¨¦rcoles pronosticaban de media que el tipo de inter¨¦s se asentar¨¢ en el 2,9%. Pero no he visto ning¨²n argumento plausible a favor de un tipo ¡°neutral¡± superior al 4% como m¨¢ximo. Y, a pesar del enorme recorte, los tipos se mantienen en el 5%. ?No deber¨ªa la Reserva Federal actuar con mayor rapidez para normalizar los tipos (y minimizar el riesgo de recesi¨®n)?
En segundo lugar, ?servir¨¢ la luz verde de la Reserva Federal para persuadir a m¨¢s estadounidenses de que reeval¨²en el historial econ¨®mico del presidente Biden? Experimentamos un estallido temporal de la inflaci¨®n tras la pandemia de covid, pero tambi¨¦n lo sufrieron casi todas las dem¨¢s econom¨ªas grandes, mientras que, en general, hemos registrado un crecimiento mucho mayor que el de nuestros hom¨®logos. Y como han se?alado los economistas de la Casa Blanca, nuestro ¨¦xito a la hora de reducir la inflaci¨®n ha desafiado las expectativas de los expertos que insist¨ªan en que la desinflaci¨®n requerir¨ªa un gran aumento del desempleo.
S¨¦ que algunas personas no se conforman con volver a una inflaci¨®n baja y quieren que recuperemos el nivel de precios al consumo anterior a la pandemia. Pero no podemos, y hasta el mero hecho de intentarlo ser¨ªa una mal¨ªsima idea. En el siglo pasado, solo un presidente dirigi¨® un descenso significativo de los precios al consumo; se llamaba Herbert Hoover.
L¨®gicamente, la maniobra del banco central del mi¨¦rcoles es buena para Kamala Harris. Dar¨¢ a los consumidores alg¨²n alivio directo en los costes de los intereses, y ser¨¢ se?al de que ya hemos dejado atr¨¢s la inflaci¨®n. Que Powell afirme, como hizo en su rueda de prensa, que la econom¨ªa est¨¢ en ¡°buena forma¡± tiene que venirle bien a una candidata que forma parte del Gobierno que preside esa econom¨ªa.
Y casi demasiado previsiblemente, Donald Trump se apresur¨® a insinuar que a lo mejor el banco central estaba ¡°jugando a la pol¨ªtica¡±.
Sin embargo, aunque la acci¨®n de la Fed seguramente tendr¨¢ consecuencias pol¨ªticas, no fue una decisi¨®n pol¨ªtica. Los argumentos econ¨®micos a favor de un recorte de tipos eran abrumadores; los argumentos a favor de un gran recorte eran muy s¨®lidos. No hacerlo habr¨ªa sido una decisi¨®n pol¨ªtica. Y la Reserva Federal no se dej¨® intimidar para no actuar.
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