?Despedir¨¢ Trump a la Reserva Federal?
No es f¨¢cil destituir a Jerome Powell. El presidente podr¨ªa pedirle la dimisi¨®n, pero ya ha advertido que no dejar¨¢ su puesto
Casi todos los nombramientos de ministros y otros funcionarios anunciados por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, han generado una previsible ola de indignaci¨®n medi¨¢tica. Una parte de la histeria es atribuible a prejuicios partidistas muy arraigados; otra parte tiene que ver con inquietudes leg¨ªtimas, y tambi¨¦n hay pura tonter¨ªa.
Pero en lo referido a...
Casi todos los nombramientos de ministros y otros funcionarios anunciados por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, han generado una previsible ola de indignaci¨®n medi¨¢tica. Una parte de la histeria es atribuible a prejuicios partidistas muy arraigados; otra parte tiene que ver con inquietudes leg¨ªtimas, y tambi¨¦n hay pura tonter¨ªa.
Pero en lo referido a la econom¨ªa estadounidense, lo que m¨¢s atenci¨®n genera no son sus posibles designaciones, sino m¨¢s bien sus posibles intentos de destituci¨®n. Aunque ha dicho que no buscar¨¢ sacar de su puesto al presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell ¡ªcuyo mandato termina en mayo de 2026¡ª, no hay duda de que le encantar¨ªa decirle: ¡°?Est¨¢s despedido!¡± ¡ªcomo hac¨ªa cuando era presentador del programa de telerrealidad El aprendiz¡ª.
La hostilidad de Trump hacia el presidente de la Fed es desconcertante, ya que la labor de Powell ha sido excelente. Aunque no sea tan emocionante como ver el aterrizaje de un propulsor de SpaceX, el aterrizaje econ¨®mico suave que logr¨® la Fed en medio de subidas agresivas de los tipos de inter¨¦s no es menos espectacular. Este dif¨ªcil acto de equilibrio s¨®lo se hab¨ªa logrado una vez, en los a?os noventa, cuando dirig¨ªa la Fed Alan Greenspan, el ¡°maestro¡± de la pol¨ªtica monetaria. Puesto que la consecuencia habitual de una subida brusca de tasas es la recesi¨®n, los economistas tienden a considerar un ¨¦xito si esta es moderada o, al menos, breve.
Ning¨²n presidente estadounidense ha estado m¨¢s dispuesto que Trump a despedir a miembros de su Gabinete, pero el presidente saliente Joe Biden se fue al otro extremo, ya que no despidi¨® a ninguno. En particular, defendi¨® al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a pesar de su actuaci¨®n en la desacertada pol¨ªtica de ¡°fronteras abiertas¡± de su Gobierno. Y a favor de Trump hay que decir que el principal candidato para sustituir a Powell, Kevin Warsh, es un muy prestigioso exgobernador de la Fed que ha tenido siempre una postura de pol¨ªtica monetaria incluso m¨¢s dura que Powell.
Pero con independencia de que despida o no a Powell, el intento de Trump de obtener m¨¢s influencia en las decisiones de la Fed puede desestabilizar las expectativas de inflaci¨®n y provocar una subida de tipos de inter¨¦s a largo plazo. Aunque es probable que este proceso sea m¨¢s gradual que lo que tal vez prev¨¦n algunos cr¨ªticos aquejados de ¡°s¨ªndrome de enajenaci¨®n por Trump¡±, sus consecuencias igual pueden ser nefastas.
A largo plazo, cualquier intento de Trump de debilitar la independencia de la Fed puede restarle capacidad para responder a crisis econ¨®micas y financieras. Sin un buen anclaje de las expectativas de inflaci¨®n, a las autoridades les costar¨¢ mucho estimular la econom¨ªa sin provocar una espiral inflacionaria. Adem¨¢s, semejante victoria presidencial sobre la Fed tambi¨¦n reducir¨ªa la confianza en otras instituciones clave.
Afortunadamente, no es tan f¨¢cil despedir a Powell. Aunque a los titulares de la Fed los designa el presidente, la duraci¨®n de sus mandatos est¨¢ predeterminada por ley, de modo que no tiene autoridad para destituirlos. Trump podr¨ªa pedirle la renuncia a Powell, pero este ya ha dejado claro que no dimitir¨¢.
No obstante, la independencia de la Fed no est¨¢ consagrada en la Constituci¨®n estadounidense. Con apoyo suficiente del Senado y de la C¨¢mara de Representantes, Trump podr¨ªa modificar la ley para destituir a Powell. Pero por ahora, la Fed est¨¢ protegida por la casi total certeza de que cualquier intento serio de anular su independencia provocar¨¢ agitaci¨®n en los mercados financieros. Descartada la opci¨®n de destituir a Powell, Trump podr¨ªa nombrar un Comit¨¦ Federal de Mercado Abierto paralelo para restarle autoridad a Powell y presionar a la Fed. Ya ha hecho algo parecido con la presidencia desde su victoria electoral en noviembre: el mundo le presta mucha m¨¢s atenci¨®n a ¨¦l que a Biden.
Por supuesto, es improbable que esta estrategia del presidente electo tenga un impacto significativo en la Fed. Tal vez en las audiencias del Congreso o en conferencias de prensa a Powell le hicieran preguntas capciosas sobre las pol¨ªticas de la Fed paralela, pero sus miembros no tendr¨ªan m¨¢s peso que otros cr¨ªticos externos. A menos que superen una y otra vez a la Fed en la previsi¨®n de las tendencias econ¨®micas (un escenario sumamente improbable), nadie le prestar¨¢ atenci¨®n al banco central paralelo.
Pero no hay que subestimar los riesgos de las acciones de Trump. Puede decirse que la independencia de los bancos centrales es la innovaci¨®n m¨¢s importante en pol¨ªtica macroecon¨®mica desde la revoluci¨®n ofertista de los a?os setenta. Por m¨¢s que las metas de inflaci¨®n y la regla de Taylor hayan tenido una influencia fundamental sobre la pol¨ªtica monetaria moderna, dependen de la credibilidad y autonom¨ªa de los bancos centrales. La historia muestra que cuando estos organismos monetarios est¨¢n dirigidos por tecn¨®cratas centrados en mantener la estabilidad de precios, superan una y otra vez a los bancos centrales sometidos a interferencias pol¨ªticas.
Para entender lo que est¨¢ en juego, supongamos que Trump consigue despedir a Powell y presiona a la Fed para que mantenga los tipos de inter¨¦s bajos con el objetivo de estimular el crecimiento econ¨®mico, sobre todo en sus primeros dos a?os, antes de que, como es probable, los dem¨®cratas recuperen la C¨¢mara de Representantes. Es casi seguro que subir¨ªan los tipos de inter¨¦s a m¨¢s largo plazo ¡ªpor ejemplo, los de los pr¨¦stamos para la compra de viviendas y autom¨®viles, sobre los que la Fed no tiene control directo¡ª, primero en forma gradual y luego dr¨¢stica. En poco tiempo, la Fed se ver¨ªa obligada a dar marcha atr¨¢s, lo que erosionar¨ªa su credibilidad y debilitar¨ªa la econom¨ªa estadounidense.
La buena noticia es que m¨¢s all¨¢ de su car¨¢cter err¨¢tico, en el fondo Trump es un pragm¨¢tico, no alguien que siga ideolog¨ªas. A largo plazo, debilitar la independencia de la Fed no beneficiar¨ªa a nadie, ni siquiera a ¨¦l mismo.