S¨ª, ministro
La actual universidad es una ontolog¨ªa de negocios disfrazada de servicio p¨²blico
El equipo del ministro Manuel Castells present¨® a finales de agosto, ante el Consejo de Ministros, su anteproyecto de ley para las universidades: la Ley Org¨¢nica del Sistema Universitario (LOSU). En este periodo de debate hasta su remisi¨®n al Congreso queremos hacer una reflexi¨®n sobre ella. Si bien es una ley que busca garantizar la calidad del sistema y la buena gobernanza, entendemos que cede la ordenaci¨®n acad¨¦mica a las editoriales cient¨ªficas ¡ªm...
El equipo del ministro Manuel Castells present¨® a finales de agosto, ante el Consejo de Ministros, su anteproyecto de ley para las universidades: la Ley Org¨¢nica del Sistema Universitario (LOSU). En este periodo de debate hasta su remisi¨®n al Congreso queremos hacer una reflexi¨®n sobre ella. Si bien es una ley que busca garantizar la calidad del sistema y la buena gobernanza, entendemos que cede la ordenaci¨®n acad¨¦mica a las editoriales cient¨ªficas ¡ªmultinacionales que sancionan el prestigio y la excelencia¡ª y que mantiene la autonom¨ªa universitaria como una empresa con financiaci¨®n p¨²blica y sin rendir cuentas.
Ahora bien, nuestra lectura propone que el principal problema que origina el anteproyecto de ley es que mutila a la comunidad investigadora y acad¨¦mica la capacidad de imaginar un cambio de pol¨ªticas hacia un mundo m¨¢s justo. En el texto del anteproyecto se sigue sin admitir, en horas y salario, el trabajo del profesorado asociado en el contexto del Proceso de Bolonia. Se otorga mucho peso a una evaluaci¨®n individualizada como fin en s¨ª misma y, si se fija en los escalones superiores de la universidad, adem¨¢s de que se llega tarde y mal a los problemas de las mujeres en la carrera acad¨¦mica.
La propuesta de ley se limita a enunciar la reducci¨®n del problema de la precarizaci¨®n de la docencia universitaria, ya que el profesorado universitario con contrato temporal, fundamentalmente el PDI asociado, no podr¨¢ superar el 20% de la plantilla. Recordemos que el l¨ªmite establecido por la actual ley est¨¢ en el 40 % y que, seg¨²n los datos del Observatorio del Sistema Universitario, la mayor¨ªa de universidades superan ese l¨ªmite, ?cu¨¢l es la responsabilidad p¨²blica de las y los gestores y gobernantes universitarios? La desprecarizaci¨®n de la docencia universitaria comienza con el reconocimiento de las horas de dedicaci¨®n docente al profesorado asociado, su correspondencia en el salario y sigue con el establecimiento de una vinculaci¨®n laboral estable con las universidades que posibilite, entre otras cuestiones, la participaci¨®n acreditada en la I+D+i competitiva espa?ola.
El acto de mantener la idea de calidad como centro de la evaluaci¨®n lleva a dotar de m¨¢s recursos econ¨®micos a las agencias de evaluaci¨®n, a aumentar gastos en generar m¨¢s estructuras para sostener un sistema deprimido m¨¢s por la ausencia de criterios adecuados para el reparto de la financiaci¨®n que por el siempre limitado dinero. As¨ª, la evaluaci¨®n es una medici¨®n permanente que se pone en el centro de la vida cient¨ªfica. El fetichismo de una evaluaci¨®n que reparte recompensas y castigos individuales en un mercado de prestigio cient¨ªfico regulado por ¨ªndices de impacto ¡ªcreados por editoriales privadas e incrustados en el subconsciente colectivo¡ª que estructuran el espacio de producci¨®n de conocimiento y que ordenan las vidas dedicadas a la investigaci¨®n. A partir de la nueva ley, tambi¨¦n a la docencia.
La desprecarizaci¨®n de la docencia universitaria comienza con el reconocimiento de las horas de dedicaci¨®n docente al profesorado asociado
Y de esas vidas dedicadas a la investigaci¨®n y a la docencia, las m¨¢s vulnerables se quedan fuera de la carrera acad¨¦mica, no por falta de capacidad, sino por falta de adecuarse a los criterios evaluables. ?Han revisado los estudios que indican que las mujeres son sistem¨¢ticamente peor evaluadas en docencia por el alumnado?, ?los que indican que las mujeres necesitan publicar m¨¢s para obtener el mismo reconocimiento?, ?sus sesgados sexenios de transferencia? Al sistema de I+D+i entran m¨¢s mujeres que hombres, pero, seg¨²n se avanza en la carrera cient¨ªfica, la proporci¨®n de hombres va superando la proporci¨®n de mujeres. El punto donde se cruzan los datos sol¨ªa darse en las primeras posiciones postdoctorales, los ¨²ltimos datos de la Comisi¨®n de Mujeres y Ciencia del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) indican que a las mujeres los problemas para su carrera se les adelantan en el tiempo, pues ya se igualan en la posici¨®n de partida, en la predoctoral. La entrada y mantenimiento en los primeros a?os de la carrera acad¨¦mica e investigadora es el problema material al que ellas se enfrentan, unas dificultades que se naturalizan por la tenencia de criaturas.
La actual universidad es una ontolog¨ªa de negocios disfrazada de servicio p¨²blico. Es una organizaci¨®n sin sem¨¢ntica, es solo la sintaxis de un sistema sostenido sobre falsas definiciones de profesorado y tensas jerarqu¨ªas, sobre parad¨®jicos criterios evaluativos y peritajes de la excelencia cient¨ªfica y sobre una academia que es, sencillamente, androc¨¦ntrica. Cambien de marco, sean creativos y den alternativas.
Iolanda Torr¨® pertenece a la Asociaci¨®n Estatal de Profesorado Asociado de las Universidades P¨²blicas
Teresa Samper pertenece a la Plataforma de PDI Asociado de la Universidad de Valencia
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