Texto ¨ªntegro del discurso del Rey
En este a?o que est¨¢ a punto de finalizar, Espa?a ha seguido disfrutando de un alto grado de prosperidad y estabilidad. Entiendo que es bueno y oportuno destacarlo.
A pesar de las circunstancias menos favorables en que se han desenvuelto las econom¨ªas occidentales, la econom¨ªa espa?ola ha podido seguir creciendo, asegurando as¨ª el desarrollo y la expansi¨®n del bienestar en nuestro pa¨ªs.
Tan importante es continuar trabajando por el progreso econ¨®mico como mantener y consolidar un amplio esp¨ªritu de consenso sobre los principios y los valores democr¨¢ticos que rigen en nuestra convivencia. Para cumplir con nuestros deberes ciudadanos no debemos olvidar la necesidad de procurar la justicia y el progreso social como valores irrenunciables y propios de la sociedad democr¨¢tica que disfrutamos.
A lo largo de estas ¨²ltimas d¨¦cadas, los espa?oles hemos hecho mucho por nosotros mismos y hemos dado cauce tambi¨¦n a los impulsos de solidaridad con los dem¨¢s que han estado siempre presentes en nosotros. Con limitaciones, pero tambi¨¦n con indiscutible voluntad de superarlas, hemos conseguido entre todos hacer de Espa?a una sociedad cada vez m¨¢s libre, m¨¢s igualitaria y justa, m¨¢s equilibrada, tolerante y generosa.
Esa es la senda por la que debemos y queremos seguir transitando: la que enaltece los valores universales de defensa y promoci¨®n de los derechos fundamentales de la persona; la que procura el bien com¨²n desde la convicci¨®n de que el bienestar individual debe ir unido al bienestar colectivo; la que fomenta el respeto y el aprecio por los otros y por sus ideas, aunque sean distintas de las nuestras; la que considera la paz indisolublemente unida a la libertad y a la justicia; la que lamenta como propio el sufrimiento ajeno y trabaja generosamente para aliviarlo.
Nuestra sociedad tiene ante s¨ª un desaf¨ªo reciente, como es el de la inmigraci¨®n, al que hemos de hacer frente con la fortaleza que nos dan los valores que acabo de mencionar. Somos un pueblo que sabe apreciar el inmenso valor de ser acogido con justicia, respeto y afecto, y que sabe tambi¨¦n lo penoso que resulta unir al dolor de la separaci¨®n de la familia y de la patria el rechazo social o la discriminaci¨®n laboral. Los poderes p¨²blicos tienen sus deberes y obligaciones, pero tambi¨¦n debemos asumirlos cada uno de nosotros, incluidos los inmigrantes, as¨ª como facilitar las medidas necesarias para resolver los problemas y potenciar los beneficios que entra?a la inmigraci¨®n.
Este a?o que ahora termina ha abierto una nueva etapa en la historia del mundo. Los espantosos atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, de una magnitud y condici¨®n nunca vistas hasta ahora, han sacudido la conciencia de la humanidad y han trastocado muchos de los presupuestos sobre los que bas¨¢bamos el modo de vida de nuestras sociedades y el modelo de relaciones internacionales vigente.
La reacci¨®n de la comunidad internacional ha mostrado de manera clamorosa su decisi¨®n de impedir que, en el futuro, puedan ejercer su tiran¨ªa quienes creen que la violencia y el terror son instrumentos v¨¢lidos para imponer sus propias ideas y para ahogar la libertad de quienes no las comparten.
Estamos seguros de que estos tr¨¢gicos acontecimientos propiciar¨¢n un entendimiento m¨¢s cabal del peligro que el terrorismo entra?a para la civilizaci¨®n y sus valores y fortalecer¨¢n, en consecuencia, los mecanismos de cooperaci¨®n internacional para combatir a quienes lo aplican, lo apoyan o lo encubren y para aislar a quienes lo justifican o defienden. De hecho, en el ¨¢mbito de la Uni¨®n Europea se han dado ya en estos ¨²ltimos meses pasos muy importantes y concretos en ese sentido.
En Espa?a, a lo largo de este a?o, el terrorismo ha seguido est¨¦rilmente sembrando de sangre nuestra geograf¨ªa y llenando de sufrimiento a muchas familias.
Quiero, una vez m¨¢s, decir a las v¨ªctimas del terrorismo y a sus familias que siempre tendr¨¢n, junto a nuestro recuerdo emocionado, nuestro especial afecto y el de toda la sociedad espa?ola, deudora de su sacrificio.
Sepan los terroristas que la sociedad vasca, con el total apoyo del resto de la sociedad espa?ola, nunca permitir¨¢ que su libertad y sus instituciones democr¨¢ticas sean sustituidas por el totalitarismo excluyente y reaccionario de unos fan¨¢ticos asesinos.
Espa?a est¨¢ participando desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, de manera plena y activa, en la construcci¨®n de la unidad pol¨ªtica y econ¨®mica europea. Hemos efectuado cambios y llevado a cabo importantes adaptaciones para ir convergiendo con Europa y, al igual que otros pa¨ªses europeos, hemos armonizado muchas de nuestras pol¨ªticas para este ambicioso proyecto. El pr¨®ximo 1 de enero entrar¨¢ en vigor el euro, la moneda com¨²n, por el momento, a doce pa¨ªses europeos, en un paos decisivo e hist¨®rico en esta Uni¨®n Europea que deseamos se ampl¨ªe pronto a otros pa¨ªses del continente. Espa?a asumir¨¢ la presidencia de la Uni¨®n durante el primer semestre del a?o y, con esta responsabilidad, haremos todos los esfuerzos necesarios para hacer avanzar los intereses comunes europeos.
En este a?o pasado, he querido unir a numerosos espa?oles a la conmemoraci¨®n del 25 aniversario de mi reinado. Mi familia y yo hemos recibido muchas muestras de afecto de nuestros compatriotas, de los medios de comunicaci¨®n y de amplios sectores sociales. A todos ellos, a todos vosotros, deseo agradeceros vuestro aliento y vuestro respaldo que tanto me anima a seguir prestando con ilusi¨®n mi servicio a Espa?a y a los espa?oles. Mi familia y yo os damos las gracias.
Que el nuevo a?o que est¨¢ a punto de comenzar haga realidad vuestros proyectos y colme lo mejor de vuestras esperanzas.
Felices Pascuas
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