Beth, la evoluci¨®n de OT
Elisabeth Rodegras tiene 21 a?os. Y una buena encima. Por supuesto, pocos habr¨¢ que no reconozcan su casi ic¨®nico peinado rasta como uno de los que este a?o han vivido el sue?o medi¨¢tico y musical de Operaci¨®n Triunfo. De hecho, Beth, simplemente Beth, se ha llevado, en teor¨ªa, el premio gordo: representar a Televisi¨®n Espa?ola en Eurovisi¨®n. Aunque ella no ganara el concurso (eso se lo qued¨® la vasca Ainhoa Cantalapiedra) y que fuera la tercera clasificada con el 16% de los votos, una canci¨®n discotequera y con guitarras aflamencadas titulada Dime se ha metido con fuerza en el o¨ªdo del p¨²blico. Tal vez a su pesar, el 45% de los que votaron dej¨® su nombre y rubric¨® de forma extra?a el triunfo de esta catalana nacida en S¨²ria, un pueblo de la comarca de Manresa de poco m¨¢s de 6.000 habitantes, que tal vez hab¨ªa cumplido sobradamente su objetivo con el tercer puesto y su correspondiente premio: 60.000 euros y un disco editado por Vale Music -"una carrera discogr¨¢fica", como reza la peculiar ret¨®rica del programa-. La historia ha cambiado.
LA FRASE
La segunda edici¨®n ha tenido cosas buenas y cosas malas. Lo del a?o pasado era inigualable, y lo sab¨ªamos. La inocencia que ellos ten¨ªan era muy buena
El club de fans de Beth tiene 1.350 miembros de entre 9 y 52 a?os de edad.
Y por si alguien lo dudaba, ah¨ª est¨¢n las declaraciones de Beth, un personaje casi antag¨®nico a Rosa, la granadina que el pasado a?o por estas fechas representaba el mismo papel en esta obra. "La canci¨®n es la que menos me gustaba, la m¨¢s alejada de mi estilo, pero poco a poco espero hacerla m¨¢s m¨ªa", dijo en la rueda de prensa posterior a su nombramiento. Desde entonces ha tenido sobradas oportunidades para matizar esa declaraci¨®n, para aclarar que la canci¨®n ya se ha pegado a su piel, que la siente dentro, y dem¨¢s. Pero la significativa distancia inicial habla mucho del nuevo perfil de la segunda generaci¨®n de cenicientas. En realidad, ella misma lo retrata bien, hecha un ovillo en el sof¨¢ de un estudio de grabaci¨®n madrile?o donde, dos meses despu¨¦s de salir de la academia, ya se ultima su primer disco, Otra realidad. Es la velocidad OT. "La segunda edici¨®n ha tenido cosas buenas y cosas malas. Lo del a?o pasado era inigualable, y lo sab¨ªamos. Por otra parte, la inocencia que ellos ten¨ªan era muy buena". Que la inocencia estaba perdida qued¨® claro desde el principio, s¨ª. Concursantes con m¨¢s pretensiones (casi todos componen o aspiran a ello), menos alucinados y menos entregados a la causa. M¨¢s fr¨ªos, m¨¢s conscientes de lo que quer¨ªan y de d¨®nde se met¨ªan. "En el concurso no s¨®lo ves al cantante, sino tambi¨¦n a la persona", contin¨²a Beth con su caracter¨ªstico tono bajo y pausado. "Se mezcla lo musical con el morbo. Y cuando sales, la gente lo sabe todo de ti. Yo vengo de eso y no puedo desprenderme de ello, no puedo pretender que lo olviden y me vean s¨®lo como cantante, aunque poco a poco me gustar¨ªa salir m¨¢s en prensa musical y no tanto en la del coraz¨®n. Por suerte, es una moda, y espero que luego la gente se calme".
El hecho es que Beth no s¨®lo no encaja en el molde por su aspecto, sus piercings, tatuajes o peinado. Sus referencias musicales (Ben Harper, Ani DiFranco) tienen poco que ver con lo que se les produce a los que salen de OT. "El tipo de m¨²sica que a m¨ª me gusta y OT no son incompatibles. He encontrado a mucha gente que comparte mis gustos", se defiende. A pesar de su omnipresente correcci¨®n pol¨ªtica, se intuye que ha tenido que ser complicado unir sus ambiciones para un primer disco con las necesidades que impone el fen¨®meno en el que est¨¢ inmersa. "He intentado que el disco no se alejara de lo que yo quer¨ªa hacer", explica. "Es el primero, y espero ir acerc¨¢ndome poco a poco a mi idea. Pero est¨¢ claro que este disco ten¨ªa que ser comercial, aunque ¨¦se es un t¨¦rmino muy relativo, cada uno lo aplica a su manera. Por ejemplo, ?es Bj?rk comercial?". La pregunta ret¨®rica flota en el aire. Todo es tan comedido. ?Les han preparado para enfrentarse a la prensa? "Nos hicieron una sesi¨®n para enfrentarnos a preguntas dif¨ªciles y as¨ª, pero, en lo que llevo de promoci¨®n, los periodistas no han sido tan agresivos".
Respuesta del p¨²blico
La mayor profesionalidad de OT-2 ha condicionado una respuesta del p¨²blico que poco tiene que ver con el fen¨®meno de masas de la edici¨®n anterior. Significativamente, la decisi¨®n eurovisiva de la segunda edici¨®n perdi¨® casi cinco millones de espectadores respecto a su predecesora (6.237.000 personas frente a 10.680.000). Aunque ello no supone fracaso alguno. Al igual que sus protagonistas, Operaci¨®n Triunfo se ha reciclado, y de circo descomunal ha pasado a negocio muy rentable. Entre sus logros est¨¢ el arrasar en las llamadas telef¨®nicas para decidir el rumbo del concurso (se recibieron casi 1,5 millones para votar por el sexto y definitivo finalista); la venta de tonos, logos, melod¨ªas y postales para los tel¨¦fonos m¨®viles (de octubre a enero de 2003 se han comprado casi medio mill¨®n a trav¨¦s de mensajes; a raz¨®n de 0,9 euros, calculen), y sobre todo el aumentar los ingresos millonarios de los discos semanales con la incre¨ªble idea de los singles. Un vistazo a la lista de ventas de sencillos que elabora la AFYVE arroja un dato inapelable: el 20 de abril, de los 20 m¨¢s vendidos, 15 son del concurso. En primer lugar, y por segunda semana consecutiva tras una entrada directa, est¨¢ Beth con Dime. Pero detr¨¢s vienen todos sus compa?eros gracias a una estrategia brillante: los tres finalistas ten¨ªan el disco asegurado, el resto deb¨ªa ganarlo vendiendo m¨¢s de 200.000 copias de una canci¨®n. La idea es magistral por dos motivos: a) elimina el efecto pirater¨ªa de un plumazo, ya que lo que importa es sumar ventas oficiales para ayudar al ¨ªdolo, y b) permite obtener jugosos beneficios mientras se estudia el mercado.
Y ah¨ª est¨¢ el resultado: dos ya hab¨ªan superado en esa fecha el list¨®n; otros cinco hab¨ªan vendido m¨¢s de 100.000 copias, y siete m¨¢s defend¨ªan cifras que pudieran parecen nimias, pero que no bajan de las 45.000 copias (lo que en ¨¢lbumes es pr¨¢cticamente un disco de oro).
El cambio en la nueva generaci¨®n se nota en casi todo, al menos en lo que a Beth se refiere. Estamos a d¨ªa 7 de abril y nos desplazamos hasta su pueblo. Ella se niega a que la ruta pase por su familia y se muestra muy reticente a que incluya a sus amigos. "Esto no tiene nada que ver con ellos, sino conmigo". As¨ª, la primera parada es el castillo de Cardona. Una obra monumental que sol¨ªa frecuentar con sus amigos "para cantar y ver las estrellas". Ha pasado una semana despu¨¦s del encuentro en el estudio de grabaci¨®n y ya est¨¢ m¨¢s curtida en la promoci¨®n. ?Todo sigue siendo bonito? "Bueno, ya ha habido algunas cositas", cuenta mientras se prepara para las fotos. "Una periodista a la que le deb¨ªa de caer mal se col¨® en el tiempo de otra y escribi¨® un art¨ªculo que bueno?, y dec¨ªa cosas que no eran verdad, como que acabamos en la comisar¨ªa en la sesi¨®n de fotos para el disco". Mientras el fot¨®grafo dispara parece buen momento para acercarse a Ernest, el esquivo road manager que la acompa?a a todas partes. "Tiene las ideas muy claras y es muy cabezona", cuenta este antiguo integrante del grupo teatral Els Comediants. "Eso es bueno para trabajar". ?Y se nota su convicci¨®n? "M¨¢s all¨¢ del impacto medi¨¢tico, tiene el mismo control sobre el trabajo que cualquier artista que empieza y que trata de imponer sus criterios en la medida de lo posible".
"Aqu¨ª empec¨¦ a tocar"
Las fotos acaban y Beth nos lleva al Firabar. "Aqu¨ª empec¨¦ a tocar. Ten¨ªa 17 a?os y montamos un grupo de rock en catal¨¢n con Marc Mart¨ªnez, el hijo del propietario. Se llamaba Habit". El mencionado propietario, Toni, recibe a Beth como una hija pr¨®diga: ella se mete en la barra, se abrazan profusamente y se reencuentra con un grupo de amigos. El azar nos sonr¨ªe. De momento. En el bar, paredes forradas con fotos de Beth en concierto, algunas de OT y numerosas im¨¢genes de una sesi¨®n de posados de la ¨¦poca pre-rasta. "Son de un book que me hizo un amigo de mi padre. De peque?a ya hice algunos anuncios, porque mi t¨ªo es publicista. Luego estuve en un par de agencias de Barcelona". Mientras la c¨¢mara vuelve a disparar, todo el pueblo parece haberse enterado de su llegada. Ni?os, adultos y abuelos, todos por igual, entran en el bar, se meten en las fotos, la saludan, le cuentan alguna historia, chillan y piden aut¨®grafos. Ella trata de mantener el tipo, pero el rictus es inevitablemente forzado. Poco tarda la situaci¨®n en convertirse en insostenible (la avalancha no parece una amenaza demasiado lejana, la verdad), y Beth, que tiene otro compromiso, sale casi en volandas del pueblo. As¨ª se acaba el recorrido con ella, aunque siempre hay tiempo para interrogar a sus locuaces amigos. Una de las chicas resulta ser su prima. La suerte nos sonr¨ªe de nuevo. Se llama Ana y valora su actitud en los meses que dur¨® la academia -"frialdad catalana", se oy¨® varias veces en los foros de Internet-: "Creo que lo que hizo fue observar y escuchar mucho. Me parece lo m¨¢s normal si te est¨¢ mirando toda Espa?a. Aunque creo que, una vez finalista, ya estuvo m¨¢s relajada".
Tampoco estos amigos responden mucho al perfil OT. Si es que algo as¨ª existe a¨²n. Ana ya ha o¨ªdo el disco y comenta que "lo ha hecho muy como ella quer¨ªa, no se ha salido de su palo". "Adem¨¢s hay una canci¨®n suya y otra de unos amigos, de la ¨¦poca de Habit. Est¨¢ bien porque es un poco surrealista que en tu disco todas las canciones sean de otros", apunta ?scar. "Ella al principio tem¨ªa que no la cogieran por las rastas", sigue contando Ana, "y a m¨ª me daba un poco de miedo lo que le hicieran all¨ª. Le dec¨ªa: 'Ahora ir¨¢s y te pondr¨¢n unos pendientes de esos y un vestido de lolailo como los que llevaba la Ferg¨®'. Pero al final no ha sido as¨ª". Qu¨¦ bien cuando la correcci¨®n pol¨ªtica desaparece un rato.
El 23 de abril, d¨ªa de Sant Jordi y una de las fiestas m¨¢s queridas en Catalu?a, Beth sac¨® su primer disco. Un helic¨®ptero para desplazarla por las cuatro capitales catalanas en el mismo d¨ªa (por 6.000 euros, seg¨²n El Peri¨®dico de Catalu?a) y una edici¨®n especial con portada tem¨¢tica aseguraban un buen impacto en las ventas: 150.000 discos en un d¨ªa, seg¨²n la discogr¨¢fica. Muchas copias de una obra para todos los p¨²blicos que, en palabras de su productor, Carlos Quintero, "se ha realizado en dos meses, que es mucho para un producto OT. Ella quer¨ªa algo intimista, pero hab¨ªa que llevarla a todo el mundo. De momento debe algo a los que la han colocado donde est¨¢ y no puede traicionarlos o frustrarlos de golpe". Ese complicado equilibrio tambi¨¦n lo cita Narc¨ªs Rebollo, directivo de Vale Music: "L¨®gicamente, su primer disco abarca un p¨²blico muy variado con el mismo perfil del programa OT, pero con el tiempo se ir¨¢ definiendo".
A la espera de las ventas
Lo que hay por el momento son 12 temas, un bonus track de Dime y una pista interactiva. Se esperan unas ventas finales m¨¢s que notables. Como de todos sus compa?eros. Copar las listas le ha valido al programa muchos detractores con variadas justificaciones. "Todos los monopolios son malos", razona Quintero, "pero nosotros enriquecemos el trabajo con el punto de vista de gente que viene de lo alternativo, que experimenta en la medida de lo posible y que cree en lo que hace". Esa reivindicaci¨®n constante de la autenticidad es la clave de esta segunda camada. Maria Riba, manager de la Academia de Artistas, empresa que representa a todos los participantes de OT, defiende su implicaci¨®n en el trabajo: "Beth tiene un control directo y completo sobre su carrera. Trabajamos de una forma transparente y directa con nuestros artistas". Al disco se refiere en parecidos t¨¦rminos Rebollo: "Ella tiene un control absoluto. Los temas los ha seleccionado ella, junto a nuestros asesores, sobre un repertorio presentado por ella y por distintos autores, editoriales y productores que han aportado m¨¢s de cien temas para la selecci¨®n final. Adem¨¢s se ha estrenado como autora con el tema Hoy. En Abbey Road se grabaron 15 temas, de los cuales Beth descart¨® dos con los que no estaba totalmente satisfecha".
Tambi¨¦n sus fans quieren huir del t¨®pico. El club est¨¢ presidido por Juan Jos¨¦ Jim¨¦nez, un inform¨¢tico de 31 a?os de Barcelona, y tiene ya 1.350 socios, que oscilan entre los 9 y los 52 a?os, aunque la media se sit¨²a en la franja de 16 a 22 a?os. Jim¨¦nez explica, el d¨ªa despu¨¦s de que el ¨¢lbum saliera a la calle, que gustan de llamarse la rastafamily, aun cuando "no seguimos en general la imagen que lleva ella, somos todos m¨¢s normales: hay amas de casa, empresarios, estudiantes, de todo". Sobre la capacidad de decisi¨®n del ¨ªdolo, se muestra anal¨ªtico: "A todos los llevan, claro, pero desde hace un mes se ha notado un cambio. Creo que Beth ha podido marcar m¨¢s su estilo. Cuando he hablado con ella, o en las ruedas de prensa, la he visto cada vez con m¨¢s control. No tiene el perfil para vender discos como churros, aunque creo que s¨ª puede gustar a mucha gente".
Adem¨¢s del despliegue de medios con el que se present¨® Otra realidad, el d¨ªa 24 de abril, Beth present¨® su alianza estrat¨¦gica con ONLY, una marca de ropa que la viste en exclusiva. Se trata de una de las cinco etiquetas de una multinacional de origen dan¨¦s, Bestseller, que en 2002 factur¨® 608.126.000 euros y que est¨¢ iniciando su expansi¨®n en Espa?a. De momento cuenta con 2.000 clientes multimarca, pero planea abrir hasta 200 tiendas propias en cinco a?os. Casi nada. "Tuvimos una entrevista con la Academia de Artistas para propon¨¦rselo", relata Gina Rodr¨ªguez, responsable de marketing de la empresa. "Como Beth ya nos conoc¨ªa y la ropa es muy de su estilo, la idea le gust¨®. Ten¨ªan otras ofertas parecidas, pero fue ella la que nos eligi¨®, porque tambi¨¦n tiene poder de decisi¨®n".
Primera en las encuestas
Beth va primera en las encuestas de Internet sobre Eurovisi¨®n, Maria Riba dice que "ya es una de las favoritas de la prensa europea" y el gaudiniano v¨ªdeo de la canci¨®n rodado en cuatro d¨ªas (mucho para un producto OT) por Pol Mainat aparece constantemente en televisi¨®n. "Intento quitarle hierro, porque hay mucha presi¨®n", explica ella. "Es como una misi¨®n que me ha sido encargada y que voy a intentar cumplir lo mejor que pueda. Nada de esto es negativo. Lo ¨²nico que hay es cansancio f¨ªsico". Se recuerda desde todas partes el da?o que puede hacer engordar las expectativas, pero ella responde que "la gente dice muchas tonter¨ªas sobre lo que le pas¨® a Rosa".
Por otra parte, el inter¨¦s general por las vivencias de Beth y compa?¨ªa en el tr¨¢mite hacia el evento que se celebrar¨¢ el 24 de mayo en Riga (Letonia) tambi¨¦n ha bajado. Por ejemplo, el programa Beth y amigos, que se emiti¨® el d¨ªa antes del lanzamiento de su disco y en el que present¨® algunos de sus temas, capt¨® la atenci¨®n de 2.413.000 espectadores y tuvo un 18,8% de share, frente a, por ejemplo, el 26,1% del estreno de la serie Los Serrano, en Tele 5. En un mercado en el que a¨²n batalla la primera promoci¨®n (Bisbal, Bustamante, Chenoa o Gisela aguantan entre los m¨¢s vendidos casi un a?o despu¨¦s de su publicaci¨®n), la l¨®gica comercial lleva a buscar nuevos huecos y acomodos para los productos. "Aunque este primer disco tiene un concepto m¨¢s amplio, provocado por el poder medi¨¢tico que le precede, podemos definir su estilo como solista femenina de pop folk, g¨¦nero que actualmente no est¨¢ siendo desarrollado por ninguna artista de ¨¦xito espa?ola", argumenta Narc¨ªs Rebollo. Tal vez lo ocupe ella. ?sa es la idea. De momento queda por ver qu¨¦ ocurrir¨¢ en el siempre pol¨ªtico certamen de Eurovisi¨®n, y saber si Beth conseguir¨¢, como quiere, que la moda pase. Que s¨®lo quede la cantante. Que las cosas vuelvan a su sitio. Que OT sea un primer paso. S¨®lo eso.
La gala de Eurovisi¨®n ser¨¢ retransmitida por TVE-1 el d¨ªa 24 de mayo. 'Otra realidad' est¨¢ editado por Vale Music. M¨¢s informaci¨®n en: www.portalmix.com.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.