"No s¨¦ qu¨¦ gritar"
La manifestaci¨®n de Madrid reuni¨® sentimientos y lemas enfrentados en un clima de desconcierto y profunda indignaci¨®n
"Fuera los paraguas", dec¨ªa un grupo de j¨®venes en la Plaza de Col¨®n, poco antes de arrancar la marcha. Pasada la media hora, muchos siguieron el consejo, parados en sus puestos sin poder avanzar y atrapados en una aut¨¦ntica marea humana. Al fin y al cabo, qu¨¦ m¨¢s daba acabar literalmente regados en agua.
Fue una manifestaci¨®n con escasas pancartas, muchas banderas de Espa?a y sentimientos encontrados. En algunos momentos, el silencio del duelo permiti¨® escuchar el ruido de la incesante lluvia. Un silencio roto en ocasiones por los gritos de "?Asesinos hijos de puta!". Los silbidos acallaron a un grupo de personas que dec¨ªan: "Etarras, etarras!". Fue uno de los muchos contrastes.
Ante la imposibilidad de poder avanzar y ateridos por el fr¨ªo, muchos decidieron regresar a sus casas.
Uno de los momentos m¨¢s sobrecogedores fue la llegada de la cabeza de la manifestaci¨®n a la Puerta de Atocha. Unos aplaudieron, otros gritaron: "?Espa?a, unida, jam¨¢s ser¨¢ vencida!". Un hombre de mediana edad no pudo contener la rabia y grit¨® "asesino" a Aznar. Fue secundado, aunque otros a?adieron la "s".
Muchos silbaron. "?Por qu¨¦. Me imagino que silbo porque no s¨¦ qu¨¦ gritar. Es un gesto de cr¨ªtica para que no nos sigan enga?ando m¨¢s", dec¨ªa un chaval calado hasta los huesos.
"?Somos obreros, no vuestras dianas!", "?No al terrorismo!" o "Ellos tambi¨¦n dijeron 'no a la guerra". Diferentes frases escritas e imposibles de aunar bajo un lema del Gobierno que no lleg¨® a calar entre los manifestantes.
El tren de todo Madrid
La de esta noche ha sido una manifestaci¨®n especial, de lemas confusos. El culpable es el terror. Eso es lo ¨²nico claro. Por eso, el grito m¨¢s escuchado es el de "asesinos". A la hora de localizar responsables, m¨¢s all¨¢ del gen¨¦rico "terroristas", la mayor¨ªa de los gritos se refieren a ETA. Sin embargo, al margen de la condena grupal, casi ninguno de los manifestantes consultados est¨¢ convencido de la siniestra firma tras la matanza.
Pero da igual, hoy da igual. "Sea ETA o Al Qaeda, el dolor es el mismo. Siembran el terror y hay que rebelarse contra ¨¦l. Est¨¢ en juego la civilizaci¨®n", proclama David. No es el momento de la consigna pol¨ªtica. Los gritos favorables a la pena de muerte de cuatro j¨®venes se apagan a los pocos segundos, incapaces de contagiar a la multitud. Hoy estamos todos juntos. Hoy manda el dolor.
Hay una proclama que refleja a la perfecci¨®n el sentimiento de la ciudad: "?bamos todos en ese tren". La marea humana baja por Recoletos en direcci¨®n a la estaci¨®n de Atocha, el centro de la masacre de la v¨ªspera. Juntos, con ese lema, los madrile?os se unen a las v¨ªctimas y a su ciudad golpeada. Recordando, con su presencia, con su llanto, el verso de Sabina: "Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid".
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