Intervenci¨®n inicial de Bono en el Congreso sobre el siniestro del helic¨®ptero en Afganist¨¢n
Se?or presidente de la Comisi¨®n de Defensa, se?oras y se?ores diputados, comparezco esta ma?ana en el Congreso de los Diputados para informarles del tr¨¢gico suceso ocurrido en la ma?ana del pasado d¨ªa 16 en Afganist¨¢n, en el que perdieron la vida 17 militares espa?oles y resultaron heridos siete. Acudo, como pueden comprender, con la carga emocional de quien, como responsable de la direcci¨®n cotidiana de los ej¨¦rcitos, ha vivido de cerca, minuto a minuto, este suceso tan triste.
Vengo a trasladarles toda la informaci¨®n que tengo y a responder honestamente a cuantas preguntas tengan a bien formularme. Por ello, solicit¨¦ esta comparecencia con car¨¢cter urgente el mismo d¨ªa del siniestro, el d¨ªa 16.
Perm¨ªtanme, al comenzar, recordar que, despu¨¦s de los familiares y junto a sus amigos m¨¢s cercanos, los militares, los ej¨¦rcitos son los primeros en sentir la p¨¦rdida de sus compa?eros. Y que nuestros militares son personas que trabajan para hacer realidad los valores que habitualmente usamos los pol¨ªticos en nuestros discursos, para hacer realidad los valores que se encierran en las palabras de nuestros discursos: la libertad, la democracia, la justicia. Palabras cotidianas entre nosotros por las que los militares est¨¢n dispuestos a entregar sus vidas. Son 122 los militares espa?oles que han perdido su vida en misiones internacionales. Habr¨¢ quienes no quieran a los ej¨¦rcitos, habr¨¢ quienes piensen que en el mundo se podr¨ªa estar mejor sin soldados. Lo que no se podr¨¢ negar es la evidencia de que, adem¨¢s de en este momento ser necesarios, como lo son en Afganist¨¢n, la suya, la vocaci¨®n de los soldados es digna de respeto, est¨¢ insuficientemente reconocida y, desde luego, est¨¢ mal remunerada.
Los fallecidos han sido 17 militares del Ej¨¦rcito de Tierra. De ellos 12 estaban destinados en la Brigada de Infanter¨ªa Ligera de Figuerido, en Pontevedra; cuatro pertenec¨ªan a las fuerzas aerom¨®viles del Ej¨¦rcito de Tierra, destinados en El Copero, en Dos Hermanas (Sevilla). Uno pertenec¨ªa al parque y centro de mantenimiento de helic¨®pteros de Colmenar Viejo, en Madrid. En cuanto a sus empleos 11 eran soldados, uno era cabo, hab¨ªa dos sargentos, un brigada, un teniente y un capit¨¢n. De los 17 fallecidos, 14 ten¨ªan menos de 30 a?os y varios de ellos ten¨ªan 20 a?os. El m¨¢s joven de todos, el soldado don Iv¨¢n V¨¢zquez, con 20 a?os reci¨¦n cumplidos en abril. El mayor, el brigada don Juan Morales Parra, que hubiese podido cumplir 40 a?os en el pr¨®ximo septiembre. De ellos, siete se hab¨ªan casado y tres ten¨ªan hijos: el brigada don Juan Morales Parra ten¨ªa dos hijas; el sargento don Jos¨¦ Gonz¨¢lez Bernardino ten¨ªa una ni?a de siete a?os, y el cabo don Daniel Abr¨¦u Fern¨¢ndez, un ni?o de pocos meses. Ya s¨¦ que mi intervenci¨®n no debe ser una evocaci¨®n f¨²nebre, pero deseo decir todos sus nombres para rendirles aqu¨ª en el Congreso de los Diputados, representaci¨®n del pueblo espa?ol, el homenaje al que se han hecho acreedores para siempre. Al mencionarles a todos no lo hago simplemente a t¨ªtulo informativo sino a t¨ªtulo de honor. Perm¨ªtanme, por tanto, recordar a estos 17 espa?oles de bien por sus nombres, por los nombres que ya han escrito con su ejemplo en la historia de Espa?a. Adem¨¢s de los mencionados el soldado don Isaac Calvo Pi?eiro, el soldado don Jes¨²s Casal Rivera, el soldado don Gonzalo Casalderrey Nazara, el soldado don Pedro Fajardo Cabeza, el sargento don Alfredo Francisco Joga, el soldado don Diego Gonz¨¢lez Blanco, el teniente don Javier Gonz¨¢lez Hern¨¢ndez, el capit¨¢n don David Guitar Fern¨¢ndez, el soldado don Pablo Iglesias S¨¢nchez, el soldado primero don Jos¨¦ ?ngel Mart¨ªnez Parada, el soldado don Jos¨¦ Manuel Moreno Enr¨ªquez, el soldado don Diego Prado L¨®pez, y el soldado don Pedro Manuel Sanmart¨ªn Pereira.
En cuanto a los heridos que viajaban en el segundo helic¨®ptero, quiero comunicarles que se encuentran satisfactoriamente. Todos fueron evacuados a territorio nacional el pasado d¨ªa 18, menos el soldado don Agust¨ªn Gallardo Gonz¨¢lez, cuyo traslado en un primer momento desaconsejaron los m¨¦dicos, pero que hoy cuando les hablo, esta madrugada ha llegado, se encuentra en Madrid en el Hospital Central de la Defensa, y he podido hablar en varias ocasiones con ¨¦l sin que su situaci¨®n evoque peligro grave. Todos los fallecidos eran, como sus familiares a los que he conocido, gentes sencillas, personas que viv¨ªan de su trabajo en el Ej¨¦rcito y con los sueldos que les tenemos asignados y que, quiz¨¢, convenga que no olviden SS.SS.
Dividir¨¦ mi exposici¨®n en varios apartados: el primero, me parece obligado responder a la pregunta ?qu¨¦ hace Espa?a en Afganist¨¢n?. Afganist¨¢n es un pa¨ªs destrozado por d¨¦cadas de violencia y de guerra. El producto interior bruto afgano per c¨¢pita es 120 veces menor que el espa?ol. La droga representa el 61% del producto bruto afgano. El terrorismo internacional ha tenido, y tiene todav¨ªa en Afganist¨¢n, su principal guarida. Afganist¨¢n es el quinto pa¨ªs m¨¢s pobre del planeta. Es el pa¨ªs con el peor sistema educativo del mundo. Tiene una tasa de analfabetismo que permite decir con las Naciones Unidas que, en el caso de las mujeres, son el 86% de ellas analfabetas; y la tasa de poblaci¨®n en estado de desnutrici¨®n alcanza el 70%. Algunos periodistas aqu¨ª presentes y algunas de SS.SS. tuvieron la ocasi¨®n de comprobar in situ en la visita que tuvieron a bien hacer a principios de este mes de agosto al pa¨ªs cuando fuimos a visitar a nuestras tropas.
Sin embargo, y pese a esos datos, las Naciones Unidas aseguran en un informe de febrero de este a?o 2005 que el pa¨ªs ha realizado progresos desde que cay¨® el r¨¦gimen talib¨¢n y textualmente dice el informe: "m¨¢s de 6.000 afganos, entre ellos 600 mujeres, han cumplido los tr¨¢mites para presentarse a las elecciones convocadas el pr¨®ximo 18 de septiembre". Para quien conoce Afganist¨¢n sabe que supone una especie de milagro laico que puedan celebrarse elecciones en este plazo, y que pueda haber 600 mujeres candidatas que han cumplimentado sus documentos.
Quisiera ahora responder y responder en p¨²blico a la pregunta: ?Cu¨¢les son las razones de la presencia espa?ola? Se?or¨ªas, muchos espa?oles, cuando vemos en televisi¨®n que se ha producido un atentando en Londres, Nueva York o Madrid, quisi¨¦ramos ser ¨²tiles, quisi¨¦ramos poder hacer algo ¨²til para evitar ese tipo de atentados. Mi convicci¨®n es que no podr¨ªamos hacer otra cosa distinta que rezar si no fuese porque hay soldados que, dentro de la m¨¢s estricta legalidad, luchan contra el terror y contra el terrorismo. El terrorismo que estalla en Londres, en Nueva York o en Madrid se engendra all¨ª, y esta constataci¨®n es suficiente para responder a quienes se preguntan qu¨¦ hacen all¨ª nuestros soldados.
Se atribuye la expresi¨®n sin fronteras a los m¨¦dicos, m¨¦dicos sin fronteras, farmac¨¦uticos sin fronteras se dice, y a tantas profesiones que generosamente trabajan por los dem¨¢s en cualquier lugar del planeta. Pues bien, nuestros soldados son, si me lo permiten, verdaderos espa?oles sin fronteras en la campa?a contra la pobreza, el fanatismo y el terror. El ministro no dice que sean los ¨²nicos, pero afirmo que son imprescindibles.
Nuestros soldados est¨¢n en Afganist¨¢n para luchar contra el terrorismo, s¨ª, para dar seguridad al pueblo afgano y para propiciar la libertad, el progreso y la democracia.
Otra pregunta que me parece obligado responder y responderme es: ?Desde cu¨¢ndo est¨¢ Espa?a en Afganist¨¢n? El 11 de septiembre de 2001 tuvieron lugar los atentados de los Torres Gemelas y del Pent¨¢gono en Estados Unidos, y entonces los Estados Unidos crearon una coalici¨®n internacional que se llam¨® Libertad Duradera, contra los talibanes de Afganist¨¢n que hab¨ªan dado y daban protecci¨®n a la organizaci¨®n terrorista Al Qaeda.
Algo m¨¢s tarde se cre¨® una fuerza internacional de paz ya vinculada a las Naciones Unidas, ISAF, que ten¨ªa por objeto apoyar a la autoridad provisional afgana. La respuesta espa?ola entonces (gobernaba el se?or Aznar) en Afganist¨¢n se inici¨® el 14 de diciembre del a?o 2001, integr¨¢ndose nuestras tropas en la coalici¨®n Libertad Duradera, y d¨ªas despu¨¦s, adem¨¢s de en Libertad Duradera, en ISAF, tambi¨¦n esta segunda bajo el mandato de las Naciones Unidas.
Otra pregunta: ?Qu¨¦ hizo el Gobierno de Espa?a que surgi¨® de las urnas del 14 de marzo de 2004 a este respecto? Tras ordenar el regreso de las tropas de Irak, el nuevo Gobierno decidi¨® no participar en la operaci¨®n Libertad Duradera. Por tanto, se?oras y se?ores diputados, es falso, aunque as¨ª se haya afirmado, que nuestras tropas est¨¢n integradas en la operaci¨®n Libertad Duradera. Se tom¨® esta decisi¨®n por el Gobierno del presidente Zapatero, pero tambi¨¦n se tom¨® la decisi¨®n de apoyar el proceso electoral para la elecci¨®n de presidente enviando un batall¨®n durante el plazo de 90 d¨ªas a la ciudad y el entorno de Mazar i Sharif, y adem¨¢s as¨ª lo aprob¨® el Parlamento espa?ol. Se?or¨ªas, era entonces, por primera vez en 27 a?os de democracia, que el Parlamento de Espa?a se pronunciaba sobre la salida de soldados en misi¨®n al extranjero. Entonces cambiamos la participaci¨®n espa?ola en coaliciones de guerra por la participaci¨®n espa?ola en misiones de paz.
El 21 de febrero de este mismo a?o el Parlamento respald¨® por unanimidad de todos los presentes un programa de reconstrucci¨®n provincial en una ciudad de Afganist¨¢n que se llama Qala-i-Now, y que est¨¢ situada al Norte de Herat y en la zona Oeste de Afganist¨¢n, y tambi¨¦n se constituy¨® una base de apoyo avanzado en Herat. Por tanto, en este momento tenemos un PRT de ayuda a la reconstrucci¨®n de una zona en Qala-i-Now, una base de apoyo a los PRT de la zona, que son un PRT italiano, un PRT espa?ol, como queda dicho, otro lituano y otro norteamericano, y tenemos un hospital para atender al contingente que desde primeros de agosto, como bien saben los parlamentarios que me acompa?aron, di instrucciones de que tambi¨¦n atendiese con las necesarias medidas de seguridad a la poblaci¨®n civil de la ciudad de Herat.
El d¨ªa 22 de junio ese Parlamento tambi¨¦n respald¨® el env¨ªo de un batall¨®n de apoyo al proceso electoral que tendr¨¢ lugar el d¨ªa 18 de septiembre en Afganist¨¢n.
Luego, por tanto, en resumen, ?cu¨¢l es la situaci¨®n de la presencia espa?ola en Afganist¨¢n en este momento? Estamos en misi¨®n de paz, y no porque as¨ª lo denomine el ministro de forma arbitraria, sino porque esa es, misi¨®n de paz, la calificaci¨®n adecuada, exacta y literal que dan las naciones Unidas en su departamento de operaciones.
No estamos en la operaci¨®n Libertad Duradera; tenemos un batall¨®n de apoyo al proceso electoral que regresar¨¢ a Espa?a a partir del 20 de septiembre; mantenemos un programa de reconstrucci¨®n para dar apoyo a cooperantes y ONG en Qala-i-Now; y tenemos una base de apoyo avanzada en Herat para proteger a los cooperantes y a los PRT que act¨²an en la zona, as¨ª como para mantener en r¨¦gimen de seguridad abierto un hospital de nivel adecuado.
Se trata, en definitiva, de que nuestra presencia all¨ª coadyuve a mejorar la vida en Afganist¨¢n, y para ello los especialistas civiles necesitan protecci¨®n a ayuda sanitaria que dan nuestros militares, y todo esto lo hacemos con el apoyo legal necesario, es decir, la decisi¨®n del Gobierno de Espa?a, el apoyo del Parlamento, y dentro de una misi¨®n que nos ha sido solicitada por las Naciones Unidas.
La funci¨®n de nuestros soldados es prestar apoyo al Gobierno afgano en el mantenimiento de la seguridad y dar tambi¨¦n seguridad al personal de Naciones Unidas y a otro personal internacional para que lleven a cabo operaciones humanitarias en un ambiente seguro. Probablemente los parlamentarios que me acompa?aron podr¨¢n dar fe de c¨®mo las ONG de algunos pa¨ªses se han replegado de la zona de la que les hablo y de otras de Afganist¨¢n porque no pueden hacer su trabajo, no ya en r¨¦gimen de seguridad, sino que sin la presencia de los soldados resulta imposible llevar a cabo su actividad y su trabajo humanitarios.
Estas actividades de nuestros soldados -entre comillas-, impropias de nuestros soldados no me lo parecen a m¨ª, sino que los mismos soldados que limpian los campos de minas, que por cierto hay muchas, tambi¨¦n de la ¨¦poca sovi¨¦tica, los mismos soldados que patrullan, que despliegan, que se arriesgan, son los que tambi¨¦n ofrecen sus vidas para garantizar la presencia segura de cooperantes y ciudadanos generosos de todo el planeta que van a Afganist¨¢n a ayudar a aquellas gentes.
Desde mi punto de vista, solo desde la ignorancia de lo que se hace o desde la torpeza intelectual puede considerarse incompatible la solidaridad con el uniforme de los soldados de Espa?a. Adem¨¢s, junto a Espa?a en Afganist¨¢n hay presentes 35 pa¨ªses con fuerzas militares: 25 de ellos pertenecen a la Alianza Atl¨¢ntica y diez no, y en el momento en que les hablo hay en total 9.985 efectivos pertenecientes a estos pa¨ªses integrados en la misi¨®n de las Naciones Unidas que denominamos ISAF, al margen de la operaci¨®n llamada Libertad Duradera.
Me formulo otra pregunta: ?La presencia y la actividad de nuestros soldados conlleva riesgos? La respuesta es clara: s¨ª, desde luego. Los riesgos existen, los militares los asumen y en esta C¨¢mara no solamente no se ha negado nunca, sino que concretamente el d¨ªa 21 de febrero de este a?o, provocando alg¨²n esc¨¢ndalo en el exterior, dije lo siguiente: "Existen riesgos procedentes de los males end¨¦micos de la sociedad afgana: corrupci¨®n, drogas, armas, en donde, por cierto, no se ve mucho al Estado, donde hay poco Estado". Hay riesgos que se eval¨²an a diario por nuestros agentes de la inteligencia militar y tambi¨¦n por nuestros funcionarios del Centro Nacional de Inteligencia. En el momento en que les hablo y en la zona en la que estamos presentes puede decirse que la hostilidad de la poblaci¨®n civil no se percibe o no existe y que el riesgo se juzga moderado.
Se?or¨ªas, hoy comparezco sobre todo para darles cuenta del riesgo, de ese riesgo no negado, que lamentablemente se ha transformado en un siniestro grave y de cu¨¢les sido las causas de ese siniestro ocurrido el d¨ªa 16 de este mismo mes. Cuanto les relate a continuaci¨®n tiene su fundamento en el informe t¨¦cnico inicial que ayer noche -por cierto, dentro del plazo legal que marca nuestro ordenamiento jur¨ªdico- me fue remitido desde Herat por el general presidente de la Comisi¨®n de Investigaci¨®n de Accidentes A¨¦reos. Se basa tambi¨¦n en los informes del jefe del Estado Mayor de la Defensa, quien me acompa?a en esta comparecencia, y en diversos testimonios que durante estos d¨ªas he recibido de muy diversas personas que estuvieron cerca del siniestro o que, a mi modo de ver, tiene una opini¨®n cualificada.
A las once horas aproximadamente del pasado d¨ªa 16 dos helic¨®pteros matr¨ªculas ej¨¦rcito de tierra 657 y 659 despegaron de la base de Herat con destino al aeropuerto de Sindhad para hacer una operaci¨®n helitransporte en vuelo t¨¢ctico -ahora les explicar¨¦ en qu¨¦ consiste el vuelo t¨¢ctico. En la primera rotaci¨®n -estaban previstas dos- salieron 12 hombres en cada helic¨®ptero, volando ambos con sus tripulaciones completas. Antes de iniciar la misi¨®n, como es obligado, el capit¨¢n Guitar realiz¨® una explicaci¨®n de la misi¨®n que se iba a desarrollar y destac¨® lo siguiente: Primero, que la ruta que seguir¨ªan ya era conocida de vuelos anteriores. Segundo, que volar¨ªan dejando la carretera a la izquierda. Tercero, que no volar¨ªan en formaci¨®n, pero s¨ª lo har¨ªan con contacto visual permanente entre las dos aeronaves. Cuarto, que la altura de vuelo ser¨ªa de entre 50 y 60 pies sobre el terreno. Quinto, que la velocidad m¨¢xima alcanzar¨ªa los 230 kil¨®metros por hora. Y sexto, que situaba la amenaza para la misi¨®n en lo que calific¨® de grado medio. El primer helic¨®ptero, es decir el ET-657, volaba unos 500 metros por delante del que le segu¨ªa. Detr¨¢s y a su izquierda volaba el ET-659. Cuando hab¨ªan recorrido aproximadamente unos 21 kil¨®metros en direcci¨®n sur el helic¨®ptero que iba en posici¨®n retrasada, antes de descrestar -es decir, antes de superar la cima de una peque?a colina, que as¨ª es como se denomina en el argot de los pilotos de aeronaves-, elev¨® repentinamente el morro, realizando una maniobra llamada flare que consiste en levantar el morro bruscamente y bajar la potencia de la aeronave, lo que suele hacerse para frenar la aeronave. Adem¨¢s, ese mismo helic¨®ptero gir¨® bruscamente hacia la izquierda. Parece ser que el helic¨®ptero no consigui¨® la frenada que pretend¨ªa antes de la cima de la colina, sino que la sobrepas¨®. Esta maniobra llamada flare parece estar motivada por que el piloto avist¨® -y probablemente antes que ning¨²n otro tripulante- fuego y humo en la direcci¨®n de su vuelo, exactamente a las 12 del sentido del vuelo. El fuego y el humo que avist¨® el piloto proced¨ªan de la explosi¨®n del helic¨®ptero que les preced¨ªa, el ET-657, y que tr¨¢gicamente ya hab¨ªa impactado contra el suelo. El segundo helic¨®ptero, el ET-659, gira a la izquierda, como queda dicho, de manera brusca e intenta escapar, pero la realidad es que se va al suelo. La ca¨ªda, de suyo, no ser¨ªa consecuencia de la maniobra flare, sino del brusco giro y de la fuerza del viento que le azota casi perpendicularmente. Por ello pierde las condiciones de sustentaci¨®n y queda encajonado en un barranco que, por su estrechez, destroza las palas del rotor principal, pero sin producirse, gracias a Dios, las fatales consecuencias que previsiblemente podr¨ªan presentarse en aquellas condiciones ya que, se?oras y se?ores diputados, no hay que olvidar que volaban a cota muy baja. El giro brusco hacia la izquierda de este helic¨®ptero quiz¨¢ fuese producto de un estado cr¨ªtico en quien posiblemente pens¨® que, si el helic¨®ptero que le preced¨ªa hab¨ªa sido atacado, tambi¨¦n podr¨ªa serlo el suyo. Esa idea del piloto ten¨ªa adem¨¢s un fundamento; el fundamento que nace de que, seg¨²n los informes de nuestros servicios de inteligencia, los tiradores que utilizan misiles capaces de derribar un helic¨®ptero en las circunstancias que pudo pensar el piloto que se produc¨ªan en ese momento, suelen estar apostados y escondidos, y que no usan un solo misil sino que, por estar bien pertrechados al estar escondidos, de manera que no son vistos, puede esperarse que haya un segundo misil.
Luego por tanto, ese giro brusco a la izquierda pudo tener ese fundamento y con esa hip¨®tesis se lo traslado. Los ocupantes de este helic¨®ptero, del que hizo la maniobra flare, salieron al exterior y observaron entonces, a unos 200 metros m¨¢s adelante, el incendio del primer aparato. Un soldado realiz¨® varios disparos al aire al observar que dos personas con t¨²nicas t¨ªpicas de la zona corr¨ªan por el campo. Fueron retenidas estas dos personas, as¨ª como otros tres viajeros que se desplazaban en una motocicleta por el entorno de los hechos. Los militares de este segundo helic¨®ptero se dirigieron hasta los restos ya calcinados del primero y comprobaron que se hab¨ªa producido la muerte de todos los ocupantes, de sus 17 compa?eros.
?Cu¨¢l es la raz¨®n de ejecutar el vuelo t¨¢ctico que realizaron los dos helic¨®pteros accidentados? Perm¨ªtanme a este respecto una breve explicaci¨®n. En Afganist¨¢n hay -y as¨ª lo sabemos por los servicios de inteligencia t¨¢ctica y por el CNI- dos tipos de armas muy peligrosas para nuestros helic¨®pteros y en general para cualquier tipo de helic¨®ptero: los misiles port¨¢tiles guiados por infrarrojos y los lanzagranadas. Estas dos armas necesitan un cierto tiempo de punter¨ªa, y para evitar que el tirador tenga tiempo suficiente de hacerla, se vuela bajo. Se vuela bajo para aumentar la velocidad angular, es decir, para aminorar el tiempo que estamos a la vista del tirador. Entre que el tirador ve la aeronave, le apunta e intenta hacer fuego, el vuelo t¨¢ctico debe permitir que haya desaparecido de su alcance hostil.
En el siniestro del d¨ªa 16, adem¨¢s del vuelo t¨¢ctico, del que les he dado esta peque?a referencia, el viento en cola era aproximadamente de unos 20 nudos. De manera que aprovecho el relato para decir que no se acomoda a la verdad la afirmaci¨®n de los que han dicho que no hab¨ªa ning¨²n viento. El viento en cola era de 20 nudos con rachas de hasta unos 35 nudos. Como f¨¢cilmente se comprende, no es lo mismo llevar el viento en cara que en cola. El viento en cara da sustentaci¨®n al requerirse menos potencia para despegar y para aterrizar. Pues bien, ellos llevaban el viento en cola y al descrestar, es decir al superar la cima de aquella colina, y seguir despu¨¦s del descreste la marcha en el sentido del viento, sin tocar las potencias de la nave, el efecto ventury permite, hace que el helic¨®ptero naturalmente tienda a descender. Es decir, una vez realizado el descreste, cuando se tiene fuerte viento en cola, si la navegaci¨®n es a poca altura del suelo, no es improbable un toque en tierra.
El hecho cierto, cualquiera que sea la causa, es que el primer helic¨®ptero, el ET-657, el que tuvo un siniestro total, despu¨¦s de descrestar contact¨® con el suelo, y de ello ahora les mostrar¨¦ unas fotograf¨ªas que lo evidencian de manera indubitada. A consecuencia de ese imprevisto contacto debi¨® perderse el control y el aparato lleg¨® perdiendo parte de su estructura, de su fuselaje y tambi¨¦n de su combustible hasta unos 50 ¨® 60 metros m¨¢s all¨¢ y en la direcci¨®n del vuelo del primer impacto, donde se incendia y provoca el incendio del combustible que en ese recorrido hab¨ªa ido derramando. Posiblemente, con lo primero que impacta en el terreno esta aeronave es con el tren delantero, posteriormente lo hace con el tren trasero y despu¨¦s con toda la panza, as¨ª se llama en al argot de los pilotos. En la investigaci¨®n de los restos que previsiblemente llegar¨¢n esta misma semana a la Maestranza de Madrid, podremos examinar este extremo y tendremos, la Comisi¨®n tendr¨¢, m¨¢s luz para averiguar las causas mediatas del siniestro.
Si el se?or presidente me lo permite, hemos preparado una breve exposici¨®n gr¨¢fica en la que vamos a intentar mostrarles lo ocurrido.
En la primera de las fotograf¨ªas estamos viendo la zona donde se produjo el siniestro. La flecha roja indica el sentido del vuelo. Se inicia la flecha roja en la parte inferior de la pantalla, que es donde estar¨ªa la zona de descreste o un poquito m¨¢s atr¨¢s. Quiz¨¢ puedan ver con facilidad SS.SS. c¨®mo hay una zona de impacto a la que me refer¨ªa, que parece ser que es el primer impacto que hace con el suelo el helic¨®ptero, y desde este punto hasta el incendio y explosi¨®n va perdiendo gran parte del fuselaje y otros elementos. La zona que se ve negra es porque el combustible que hab¨ªa ido derramando en su desplazamiento se incendia el llegar a ese punto. En la siguiente fotograf¨ªa se ve una ampliaci¨®n de la zona en que se produce el primer impacto sobre el suelo al que me he referido antes. En la siguiente fotograf¨ªa se puede observar la l¨ªnea roja que es el sentido del vuelo y estas colinas -que no son muy altas en comparaci¨®n con las alturas habituales en Afganist¨¢n- son aqu¨¦llas a las que me refer¨ªa del descreste, y este punto que les se?alo aqu¨ª es donde se encuentra el segundo helic¨®ptero. Es decir, el segundo helic¨®ptero aproximadamente tra¨ªa el mismo sentido y, girando a la izquierda, pudo hacer un aterrizaje de emergencia en ese punto en circunstancias complicadas, que podremos ver en la siguiente fotograf¨ªa. ?se es el segundo helic¨®ptero, en el que pueden observar las palas rotas del rotor principal, tiene la parte de la pipa del rotor trasero tambi¨¦n descoyuntada y parece absolutamente incre¨ªble que se pudiera posar en ese lugar sin da?os graves para sus ocupantes. La siguiente fotograf¨ªa es desde otra perspectiva el mismo helic¨®ptero, el ET-659, donde las palas del rotor se ven perfectamente da?adas.
Por ¨²ltimo, si les interesa a SS.SS., les vamos a mostrar una recreaci¨®n gr¨¢fica que no se corresponde m¨¢s que de una manera esquem¨¢tica con lo que pudo ser el accidente y les decimos todo cuanto sabemos. Hemos hecho el esfuerzo de realizar esta recreaci¨®n en el ministerio, que, aunque con fallos que tiene la propia imagen, quiz¨¢, en su conjunto, pueda ser suficientemente ilustrativa de lo que es una versi¨®n -que no descarta otras- que me traslada el presidente de la Comisi¨®n de Investigaci¨®n. Si hace el favor.
?ste ser¨ªa el primer helic¨®ptero, ah¨ª tocar¨¢; por esta zona va perdiendo parte del fuselaje, deja las rodadas en el suelo, como se observan, el combustible y la explosi¨®n, y ¨¦ste ser¨ªa el segundo helic¨®ptero, que hace antes la maniobra flare que hemos visto en vez de ah¨ª -este ser¨ªa el principal error de esta recreaci¨®n-. Si les parece y es posible, podemos volver a repetir la recreaci¨®n: en el suelo quedan esas se?ales y ¨¦sta junto con la mancha negra.
Al final de la sesi¨®n, si a SS.SS. les interesa, les podemos ofrecer estos elementos gr¨¢ficos, sabiendo que tienen la limitaci¨®n tan importante a la que me he referido y que tienen una vocaci¨®n meramente explicativa, en ning¨²n caso cient¨ªfica y mucho menos exacta.
?Cu¨¢l es la causa por la que esta aeronave impacta violentamente contra el suelo? Como es l¨®gico, se?oras y se?ores diputados, no puedo ofrecerles una respuesta indiscutible. Les plantear¨¦ diversas hip¨®tesis que, a una semana del siniestro, pueden mantenerse con alg¨²n grado de verosimilitud. Con honestidad, no deseo fabricar un prejuicio -es decir, un juicio previo- para defender tal o cual posibilidad y mucho menos deseo descalificar o tratar de mezquino o de miserable a quien no compartiera esta exposici¨®n, que, ya les adelanto, ni es dogm¨¢tica ni es definitiva. En el ministerio deseamos que la investigaci¨®n sea profunda, rigurosa y r¨¢pida. Sus se?or¨ªas ya saben que el Real Decreto 1099/1994 exige la realizaci¨®n de tres informes: el inicial (a los siete d¨ªas del siniestro), que ya se ha producido; el preliminar (a los 21 d¨ªas) y el final (a los 45 d¨ªas) siempre -dice la norma- que no haya razones que aconsejen su ampliaci¨®n.
En primer lugar procede interrogarse acerca de si ha sido un accidente o un atentado, si ha habido un fallo de cualquier clase o si, por el contrario, sufrieron un ataque exterior. Planteamos la hip¨®tesis del ataque hostil desde el primer momento como posible y a ello nos invitaban algunos datos. Que hubiese personas merodeando por la zona hizo pensar que podr¨ªan haber atacado la aeronave, sin embargo el interrogatorio posterior y las numerosas pesquisas de nuestros agentes de inteligencia en la zona sugieren en ese caso una presencia inocente y no hostil. Otra raz¨®n para no descartar la hip¨®tesis del ataque tiene su fundamento en la reivindicaci¨®n que hizo el Mul¨¢ Dadullah-Lang, sin embargo, por la informaci¨®n que tenemos y por aquella que hemos obtenido desde su reivindicaci¨®n, sabemos que a m¨¢s de sus escasas y nulas condiciones morales, este individuo tiene escasa credibilidad, incluso entre sus propios compinches. La hip¨®tesis de un ataque sustentada en la informaci¨®n de que los tripulantes del segundo helic¨®ptero oyeron detonaciones no tiene fundamento ya que las mismas se produjeron y fueron numerosas, pero no se deb¨ªan a proyectiles percutidos o disparados contra la nave, sino a explosiones de la munici¨®n de las ametralladoras del helic¨®ptero incendiado, provocadas ¨¦stas por el calor tan intenso que se produjo, que lleg¨® incluso a fundir elementos met¨¢licos del helic¨®ptero y, por supuesto, el aluminio del mismo.
El propio jefe del Estado Mayor de la Defensa, en un informe de urgencia aquella ma?ana de los hechos, no descarta el ataque hostil, y as¨ª lo refleja por escrito al decir textualmente -les leo-: "Dado que se cambia constantemente la ruta del vuelo y que no existe antecedente de ataques contra nuestras aeronaves en el ¨¢rea, podr¨ªa parecer descartable la hip¨®tesis del ataque. No obstante, al examinar las primeras fotos del impacto, esta posibilidad se mantiene porque el helic¨®ptero cay¨® en un lugar llano en apariencia, en el que no son precisas maniobras complicadas de evasi¨®n o de otro tipo en caso de ataque." El general presidente de la Comisi¨®n de Investigaci¨®n T¨¦cnica de Accidentes A¨¦reos Militares manifiesta como primera impresi¨®n lo siguiente -les leo-: "La observaci¨®n inicial en el lugar del accidente y las primeras declaraciones de la tripulaci¨®n del helic¨®ptero accidentado con personal herido conducen a unos primeros indicios: primero, no existe ninguna evidencia apreciable inicialmente de un ataque con alg¨²n tipo de armamento. Aunque remota, esta posibilidad se investigar¨¢ en todo lo posible; segundo, la informaci¨®n aportada por los tripulantes del segundo helic¨®ptero descarta absolutamente la idea de un choque entre ambos" -choque entre ambos, por cierto, que tambi¨¦n se ha afirmado y extendido en algunos ¨¢mbitos-; "tercero, est¨¢ claro que no hubo ning¨²n ataque sobre el segundo helic¨®ptero confirmado por la tripulaci¨®n y que la causa de su accidente fue el intento de realizar una agresiva maniobra de evasi¨®n para escapar de la zona que cre¨ªa estaban atac¨¢ndoles." Hasta aqu¨ª la cita del presidente de la CITAAM.
La otra hip¨®tesis es la del accidente. Los expertos informan que el tipo de vuelo que se lleva a cabo en la zona es de un riesgo elevado, que nada tiene que ver con el vuelo de entrenamiento en un espacio preparado al efecto y sin condicionantes reales que contribuyan a ese riesgo. Bien es verdad que las unidades a¨¦reas operativas organizan su entrenamiento de la forma m¨¢s parecida a la realidad del combate, pero no es menos cierto que ante la posibilidad real de un ataque las reacciones humanas no son las mismas que en una situaci¨®n simulada. Las tripulaciones implicadas en los helic¨®pteros objeto de la investigaci¨®n ten¨ªan una experiencia elevada, tanto en horas de vuelo como en misiones de este tipo.
Les voy a dar lectura de las horas de vuelo de cada uno de los pilotos de las dos aeronaves: el capit¨¢n Guitar ten¨ªa 470,5 horas de vuelo; el brigada Morales ten¨ªa 1.986,7 horas de vuelo; el teniente Navarro, 1.572,5 horas de vuelo, y el sargento primero Pe?afiel, 741 horas de vuelo. En los seis meses ten¨ªan como horas de vuelo las siguientes: el capit¨¢n Guitar 111,3, el brigada Morales 105,5, el teniente Navarro 96,2 y el sargento primero Pe?afiel 76,8. La media de vuelo por piloto en la Unidad de El Copero ha sido de 110,5 horas piloto/a?o y en Betera, de donde proced¨ªan las dos tripulaciones, era de 91,7 horas piloto/a?o. En ambos casos las tripulaciones superaban esta media. Estas informaciones proceden -les cito la fuente- del Informe Inicial y de Famet.
Las condiciones ambientales de fuerte viento racheado y elevada temperatura, sin duda, a?ad¨ªan dificultad para el vuelo a baja cota, aumentada en este caso por tenerlo en cola -para aquellos que dec¨ªan que no hab¨ªa viento- de aproximadamente un tercio de la velocidad del helic¨®ptero y en una orograf¨ªa adversa para solventar las fuertes descendencias que se producen.
A continuaci¨®n, se?oras y se?ores diputados, les quisiera dar cuenta de las caracter¨ªsticas del helic¨®ptero siniestrado. Se trata del helic¨®ptero m¨¢s moderno que tenemos en las Fuerzas Armadas. Por si puede ser de utilidad a la comprensi¨®n generalizada de SS.SS. y de las personas que sigan con inter¨¦s el desarrollo de esta Comisi¨®n, les dir¨¦ que es el mismo tipo de helic¨®ptero en el que vuela Su Majestad el Rey, aunque l¨®gicamente con equipamiento distinto. El que utiliza Su Majestad el Rey es un Superpuma y el Cougar es una versi¨®n m¨¢s moderna que el Superpuma.
El Ej¨¦rcito de Tierra cuenta con 15 unidades de helic¨®ptero Cougar. Se trata de un helic¨®ptero multiprop¨®sito, bimotor, de transporte medio, fabricado por Eurocopter, con un amplio margen de seguridad y maniobrabilidad y con la posibilidad de operar en condiciones de altas temperaturas y gran altitud. Puede despegar con un peso m¨¢ximo de 9.000 kilos, que por supuesto no llevaba ni hab¨ªa superado, a pesar de que se ha dicho -he aqu¨ª otra mentira- que hab¨ªa superado el peso m¨¢ximo, lleg¨¢ndose a decir en alg¨²n caso que llevaba miles de toneladas. Tiene capacidad para transportar hasta 24 soldados con su equipo o una carga de hasta 4,5 toneladas, con una velocidad de crucero de 252 kil¨®metros por hora y una autonom¨ªa de 842 kil¨®metros, con posibilidad de vuelo instrumental, de d¨ªa y de noche. El helic¨®ptero est¨¢ especialmente dise?ado para actuar en condiciones duras y en ambiente hostil y presenta una reducida firma radar, es decir, reducida detectabilidad ante el radar, y tambi¨¦n una peque?a firma infrarroja, es decir, por la emisi¨®n de calor. Los dos helic¨®pteros siniestrados dispon¨ªan de blindaje en laterales y suelo de cabina de pilotos, dep¨®sitos autosellantes de combustible, consistentes en unos dep¨®sitos con doble c¨¢mara, en los que, en caso de impacto por fusiler¨ªa de car¨¢cter ligero y ser horadado uno de ellos, se expande una espuma e impide que salga el combustible, pintura de absorci¨®n infrarroja, sistema de dispensador de Chaff, que consiste en la emisi¨®n de peque?as part¨ªculas met¨¢licas que distraen en gran medida y tratan de evitar que puedan ser objeto f¨¢cil de un ataque, y dispensador de bengalas que producen en su lanzamiento una gran fuente de calor alejada del helic¨®ptero para que pueda atraer cualquier objeto hostil que al mismo se acercase. Asimismo, tiene deflectores de radiaci¨®n infrarroja, con diluidor de los gases de escape, para reducir la firma en cuanto a infrarrojos, asimismo, lleva dos ametralladoras de 7,62 mil¨ªmetros.
?Qu¨¦ pa¨ªses disponen de estos dos helic¨®pteros Cougar? La flota mundial de los helic¨®pteros de esta familia Superpuma o Cougar se eleva por encima de las 570 unidades repartidas por m¨¢s de 30 pa¨ªses, entre los que les cito Francia, Emiratos ?rabes, Brasil, Chile, China, Grecia, Jap¨®n, Suecia, Suiza, Alemania, Holanda, Argentina o M¨¦xico. Adem¨¢s, hay pa¨ªses, como es el caso de Francia o Chile en Hait¨ª, que utilizan este tipo de helic¨®pteros no solo en sus despliegues ordinarios, sino en sus operaciones de paz.
El helic¨®ptero Cougar que tuvo el siniestro total fue fabricado en 1999, ten¨ªa sus papeles en regla, pose¨ªa 1.237 horas de vuelo y la inspecci¨®n de las 500 horas o de dos a?os se le realiz¨® en Betera el 20 de diciembre de 2004.
?Por qu¨¦ se eligieron los helic¨®pteros Cougar para operar en Afganist¨¢n? Los helic¨®pteros Cougar son los helic¨®pteros de transporte medio m¨¢s modernos con los que cuenta el Ej¨¦rcito de Tierra. Se?oras y se?ores diputados, se mand¨® lo mejor que tenemos. Por sus caracter¨ªsticas, transporte medio y gran capacidad para el vuelo t¨¢ctico -superior a la de otros-, se ajustan a las necesidades de nuestras tropas en Afganist¨¢n. Hasta la fecha han sido utilizados con resultados muy satisfactorios en otras operaciones en el exterior. Singularmente, se?oras y se?ores diputados, los helic¨®pteros siniestrados -los dos que hemos podido ver en la fotograf¨ªa, no otros de su clase- hab¨ªan sido utilizados el 657 en Mozambique en el a?o 2000 y el 659 en Bosnia-Herzegovina en el 2003. Los helic¨®pteros Superpuma y dos Cougar -el 653 y el 658-, como es p¨²blico y notorio, a pesar de afirmaciones que hasta este momento no he querido contestar, han estado en la guerra de Irak entre agosto de 2003 y hasta que las tropas fueron repatriadas. Reitero que los helic¨®pteros Superpuma y los Cougar 653 y 658 fueron desplegados en la guerra de Irak.
Se?oras y se?ores diputados, la verdad tiene que imponerse y la verdad no puede ser falseada, se abre paso siempre.
Tambi¨¦n en la operaci¨®n de Libertad duradera, a la que antes me refer¨ªa, en la que el Gobierno del presidente Zapatero orden¨® que nos retir¨¢semos, tambi¨¦n participaron los helic¨®pteros a los que me estoy refiriendo enviados por el anterior Gobierno. Esa es la realidad y contra hechos no valen razones. Por cierto, no lo critico. Mandaron, como mandamos, los mejores helic¨®pteros que tenemos. Estas son algunas verdades, pero la investigaci¨®n prosigue. Sin embargo, son tantas las suposiciones sin base y las falsedades que se han difundido que en algunos casos pareciera como si en algunas cabezas la imaginaci¨®n hubiese ocupado el lugar de la raz¨®n. En estos d¨ªas he o¨ªdo algunas versiones que discrepan no ya de la del ministro, que ser¨ªa natural, sino de las evidencias m¨¢s obvias. Por ejemplo, se ha dicho que el vuelo fue nocturno y quien esto dijo reclamaba una versi¨®n definitiva e inmediata de lo que pas¨®. ?Saben cu¨¢ndo? El d¨ªa 18, es decir, 48 horas despu¨¦s de la tragedia quer¨ªa una versi¨®n definitiva. Si lo que buscaba era una versi¨®n definitiva con el mismo fuste que su comentario del vuelo nocturno no hac¨ªan falta ni 48 horas, bastaba medio minuto.
Tambi¨¦n se ha dicho que el helic¨®ptero siniestrado realizaba una prueba de resistencia con armas y escucha, una prueba de resistencia con hombres. Esto adem¨¢s de una gran mentira supone una temeridad de tal calibre. ?Cabe en la cabeza de alguien que se puedan hacer pruebas de resistencia con hombres? Se ha publicado, porque se ha dicho. Tambi¨¦n se ha dicho que transportaban carga caliente y se aclaraba: es decir, material explosivo. En este ¨¢mbito lo ¨²nico que llevaban era la munici¨®n de las ametralladoras. Como les dije antes se habl¨® de que transportaba miles de toneladas. No merece la pena el comentario. Se ha dicho en p¨²blico que no ten¨ªan certificado de aeronavegabilidad, pero claro tambi¨¦n se ha dicho en privado. Por el momento solamente me referir¨¦ para los que lo dicen en privado y para los que lo dicen en p¨²blico que aqu¨ª tengo los certificados de aeronavegabilidad de los dos helic¨®pteros siniestrados y la mentira no deber¨ªa poderse mantener, por muchas razones, entre otras cosas, porque no es verdad. Se ha hablado de que los pilotos estaban cansados y debo decirles que ayer tarde recib¨ªa un estadillo de servicios que me permite decir que en un caso uno de los pilotos no hab¨ªa volado en los cuatro d¨ªas anteriores y los otros tres pilotos no lo hab¨ªan hecho en los seis d¨ªas anteriores. Cuatro d¨ªas y seis d¨ªas sin volar. Hay m¨¢s, alg¨²n diputado, no dir¨¦ su nombre ni su partido, me ha llamado trilero. All¨¢ ¨¦l con su conciencia. A m¨ª no me molesta, lo digo sinceramente. Quiz¨¢ sea la prueba de que cuando se utilizan estos argumentos no se tienen razones, pero en fin yo solicit¨¦ esta comparecencia por la v¨ªa urgente sin saber que ante este siniestro el ministro de Defensa iba a ser acusado de trilero antes de comparecer para explicar lo que estoy exponiendo.
Ahora quisiera explicarles la parte referida a identificaci¨®n y repatriaci¨®n de los cad¨¢veres. La primera informaci¨®n del siniestro se recibi¨® en el Estado Mayor de la Defensa hacia las 9:05 hora espa?ola del mismo d¨ªa 16. Se activ¨® el puesto de mando en el EMAD y tambi¨¦n los recursos del CNI en la zona por si se trataba de un ataque hostil. Pusimos en marcha todas las medidas que se deducen del protocolo para la recuperaci¨®n, identificaci¨®n, traslado e inhumaci¨®n de los restos mortales aprobado en diciembre del a?o pasado, del 2004. En la misma tarde del d¨ªa 16, tras despachar con el presidente del Gobierno, sal¨ª hacia Afganist¨¢n en compa?¨ªa del Jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, viaj¨¦ al frente de una comisi¨®n entre cuyos componentes hab¨ªa m¨¦dicos militares especialistas en anatom¨ªa patol¨®gica y el equipo de identificaci¨®n de cad¨¢veres de la Guardia Civil, as¨ª como personal auditor y del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperaci¨®n. En la identificaci¨®n de las v¨ªctimas participaron los dos m¨¦dicos especialistas en anatom¨ªa patol¨®gica del cuerpo de la sanidad militar y los 13 componentes del equipo de identificaci¨®n en cat¨¢strofes de la Guardia Civil: especialistas en biolog¨ªa, antropolog¨ªa, odontolog¨ªa forense, fotograf¨ªa y v¨ªdeo. Los especialistas invirtieron 14 horas en identificar indubitadamente a las v¨ªctimas. Para ello utilizaron los procedimientos avalados cient¨ªficamente como el cotejo de las huellas dactilares en nueve casos y, donde no les fue posible, el cotejo odontol¨®gico a trav¨¦s de la informaci¨®n dental ante-mortem que fue trasladada de manera muy eficaz por la sanidad militar y por los sistemas de transmisi¨®n que nuestra unidad tiene en Herat. Otros indicios como efectos personales, placas de identificaci¨®n, etc¨¦tera, que por s¨ª solos no tienen valor identificado aut¨®nomo, vinieron en todos los casos a coincidir con la identificaci¨®n cient¨ªfica que se hab¨ªa realizado. A¨²n as¨ª, se tomaron muestras de ADN, por si alg¨²n familiar, de acuerdo con la norma aprobada en diciembre del a?o 2004, solicitaba la pr¨¢ctica de alg¨²n tipo de prueba de ADN. Una vez certificada esta identificaci¨®n y cumplido lo dispuesto en el real decreto, orden¨¦, de acuerdo con el instructor, la repatriaci¨®n a Espa?a de los restos mortales de los 17 militares espa?oles. En el avi¨®n H¨¦rcules se depositaron los 17 f¨¦retros y un arc¨®n con restos que carecen de entidad para ser identificados, seg¨²n se hace constar en el informe del equipo de identificaci¨®n de la Guardia Civil. Los heridos, la esposa ya viuda del sargento Alfredo Francisco Joga, el personal m¨¦dico, el auditor y el equipo de la Guardia Civil regresaron en el avi¨®n Airbus, v¨ªa Man¨¢s. Mientras que el Jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito y el ministro tuvimos el honor de acompa?ar los cuerpos sin vida de nuestros militares hasta la llegada a territorio nacional. Todos los familiares aceptaron las conclusiones del trabajo de identificaci¨®n y, pese a ofrecerles el derecho a comprobar mediante pruebas de ADN las identificaciones realizadas, todos renunciaron a ello. Durante el d¨ªa 18 aparecieron en la zona del siniestro algunos fragmentos ¨®seos y esquirlas calcinadas de peque?o tama?o y sin ning¨²n valor identificativo, como dice el jefe del servicio de anatom¨ªa patol¨®gica del Hospital G¨®mez Ulla. Un avi¨®n de la fuerza a¨¦rea espa?ola se traslad¨® hasta el lugar para cumplir con la orden del juez instructor que orden¨® remitir estos restos al Hospital Central de la Defensa. De esta circunstancia se dio cuenta detallada, se?oras y se?ores diputados, a quien hab¨ªa que darla, a las familias, a todas y cada una de ellas, a las que se entreg¨® documentaci¨®n y se les facilit¨® cuanta informaci¨®n demandaran. El capit¨¢n jefe del equipo de identificaci¨®n en cat¨¢strofes de la Guardia Civil, el jefe del servicio de anatom¨ªa patol¨®gica del Hospital Central de la Defensa y un psic¨®logo de la Guardia Civil, del equipo antes citado, explicaron en una reuni¨®n conjunta a las familias los procedimientos de identificaci¨®n que hab¨ªan utilizado con los cad¨¢veres y luego, por separado, una a una, a cada familia, les fueron mostrando las fotograf¨ªas del cad¨¢ver a los que quisieron y adem¨¢s les explicaron el procedimiento de identificaci¨®n concreta seguido en el caso de su familiar. En tres casos, porque as¨ª lo desearon, se les mostr¨® tambi¨¦n el cad¨¢ver.
Atenci¨®n a las familias. Se?oras y se?ores diputados, cuando uno pierde a un ser querido lo que quiere y lo que necesita es consuelo y respeto, y eso es lo que hemos querido darles con todo lo que hemos hecho: consuelo, estando cerca de las familias; consuelo, dici¨¦ndoles la verdad de lo ocurrido; respeto, explic¨¢ndoles las causas del accidente, en la medida en que las conoc¨ªamos; respeto y consuelo, identificando rigurosamente los cad¨¢veres; consuelo y respeto, con el mayor reconocimiento p¨²blico de que hemos sido capaces. Hemos procurado, y ojal¨¢ lo hayamos conseguido, estar cerca de las familias desde los primeros momentos. Cerca para acompa?arles y para compartir su dolor, y cerca para ayudarles en cuanto fuere menester. Mi preocupaci¨®n m¨¢s importante, una vez conocida la dimensi¨®n de la tragedia, fue tratar de ayudar a las familias y, en cualquier caso, no aumentar su dolor con nuestras torpezas. En este punto aprovecho la tribuna parlamentaria, porque creo que es de justicia, para dar las gracias a todos los que de una manera cierta nos ayudaron en esta atenci¨®n. Sin duda habr¨¢ omisiones -que sepan disculparme-, pero quiero agradecer, y que SS.SS. sepan, el trabajo que han realizado en la sanidad militar, en el Hospital Central de la Defensa, porque all¨ª se pudieron albergar y hospedar las familias; all¨ª estuvieron con el recogimiento que desearon y quisieron. Y all¨ª los sanitarios y el personal hicieron lo que no se les puede reconocer en una n¨®mina, porque muchos vinieron estando de vacaciones, se incorporaron sin que nadie les llamara, y es muy digno de que los representantes de los ciudadanos lo sepan y, si es menester, lo valoren. Los auditores, que no tuvieron dificultad en volar hasta el lugar de los hechos y trabajar sin dormir durante los dos d¨ªas que estuvimos fuera. A la Guardia Civil, que pudimos activar su equipo de reconocimiento e identificaci¨®n. Se trata de 13 personas de una capacidad, de una experiencia y de un buen hacer profesional que me faltan palabras y se me vuelven torpes para expresar el servicio que han hecho y que han prestado en esta ocasi¨®n. Al servicio consular, que el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperaci¨®n quiso que nos acompa?ara para que las inscripciones de defunci¨®n se pudieran realizar en un tiempo r¨¦cord. A las unidades de Brilat y Copero, que a trav¨¦s de sus jefes comunicaron a las familias la triste noticia y pusieron a su servicio todos los medios que est¨¢n a su alcance. Al grupo del Ej¨¦rcito del Aire 45 y al Ala 31, que han fletado en este tiempo una enorme cantidad de aviones para prestar los servicios que han sido menester, sin que las tripulaciones hayan puesto obst¨¢culo a interrumpir sus vacaciones o a alterar los turnos ordinarios. Al se?or alcalde de Madrid, que tuvo el gesto, verdaderamente digno de resaltarse desde el primer momento, de ofrecer todo lo que a su alcance estaba y de manera singular con su colaboraci¨®n pudieron trasladarse los cad¨¢veres desde el Hospital Central de la Defensa hasta el Cuartel General del Ej¨¦rcito, donde se celebr¨® el funeral, sin ninguna interrupci¨®n, sin tener que parar en ning¨²n sem¨¢foro y permitiendo por esa circunstancia que muchos ciudadanos pudieran, con su aplauso, con su presencia, con su silencio o con su oraci¨®n, contribuir tambi¨¦n al honor de los que hab¨ªan muerto. A la Polic¨ªa Municipal de Getafe y de Madrid y de aquellos municipios o ayuntamientos de residencia de las familias o en que tuvieron lugar los sepelios. A los distintos gabinetes telegr¨¢ficos que han estado en permanente servicio y con la diligencia que imagino SS.SS. conocen. A los forenses que dej¨® el Ministerio de Justicia que actuaran, y durante toda la noche, para no incrementar el dolor de la familia, realizaron su trabajo de autopsia con diligencia digna tambi¨¦n de ser puesta en valor. Y a los oficiales de enlace que cada familia, por orden del jefe del Estado Mayor de la Defensa, tuvo y de los que he recibido, pese al dolor, por parte de las familias, toda clase de felicitaciones y agradecimientos por el comportamiento que estos compa?eros han dado a los familiares de sus compa?eros fallecidos. Los espa?oles, que han compartido su dolor siguiendo el funeral a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n; a todos. Hemos estado, y seguimos estando, en contacto con las familias.
Lamento las circunstancias en las que les he conocido, pero desde aqu¨ª agradezco su confianza y la lecci¨®n de humanidad que nos han dado. Desde el primer momento hemos querido honrar a las v¨ªctimas, aliviar el dolor de sus familiares, de sus compa?eros; hemos intentado hacerlo de buena fe, hemos cre¨ªdo cumplir con nuestro deber y tambi¨¦n desde aqu¨ª les ruego, a ellos y a ustedes, si pueden, disculpen aquello en lo que hayamos podido cometer de error o sea motivo de censura.
Diecisiete militares han entregado sus vidas cumpliendo una misi¨®n. El dolor que se acumula por su p¨¦rdida no tiene medida; tampoco el orgullo que sentimos por ellos. Descansen en paz, pero no en el olvido.
Perm¨ªtanme terminar evocando las palabras del jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general don F¨¦lix Sanz Rold¨¢n, las que dirig¨ªa a los compa?eros de los fallecidos. Dec¨ªa as¨ª: "El mordisco que nos ha dado el destino ha sido muy fuerte, s¨¦ que el mordisco os duele a¨²n m¨¢s a vosotros. En las cabinas de esos helic¨®pteros, la idea de que el mundo tiene que ser mejor vol¨® muchas veces; ahora vosotros ten¨¦is que hacer que esa idea siga volando".
Muchas gracias, se?or¨ªas.
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